¡¡ꜱᴏʀᴩʀᴇꜱᴀ!! [ＫｏｏｋＮａｍ]

08. Can You Hear Me

"TE EXTRAÑO TANTO."

Con NamJoon:

Habían pasado varios meses desde aquel encuentro, y ahora NamJoon estaba en el séptimo, casi octavo mes de embarazo. Sentado en el sofá, miraba el teléfono y, junto a él, la tarjeta que JungKook le había dado hacía unos días. Tanto él como su lobo debatían si llamarlo o no.

— Hazlo de una buena vez... antes de que me arrepienta —gruñó su lobo, impaciente.

Decidido, NamJoon tomó el teléfono y comenzó a marcar el número. Justo antes de presionar el botón para llamar, el timbre de la puerta lo interrumpió. Apagó el teléfono y lo dejó en la mesa junto a la tarjeta, avanzando lentamente hacia la puerta.

— Joonie —reconoció la voz de HoSeok al otro lado, y abrió la puerta sin dudar.

— Hobi hyung... —Se sonrieron mutuamente.

HoSeok mantenía sus brazos detrás de la espalda, ocultando algo—. Hola, ¿puedo pasar? —preguntó con una mezcla de timidez y expectativa.

— Claro que puedes, hyung —NamJoon se hizo a un lado para dejarlo entrar.

Una vez dentro, HoSeok se colocó frente a él y, extendiendo los brazos, le mostró un hermoso ramo de rosas blancas—. Son para ti. Aunque no se comparan con tu belleza.

NamJoon, sorprendido, tomó el ramo y acercó su rostro para inhalar el suave aroma, notando que tenían el toque a menta característico de HoSeok. Le dedicó una sonrisa radiante y miró al alfa, quien lo observaba con su típica sonrisa en forma de corazón y las mejillas ligeramente sonrojadas.

— Son hermosas, gracias, hyung —dijo, abrazándolo con ternura.

HoSeok le devolvió el abrazo, asegurándose de no aplastar el vientre de NamJoon, mientras aspiraba el suave aroma a cerezas del omega—. Como dije antes, no son tan hermosas como tú —susurró en el abrazo.

Después, HoSeok se inclinó a la altura del vientre de NamJoon, acariciándolo con suavidad—. ¿Y a ti qué te parecen, pequeña? ¿Te gustan las rosas?

NamJoon rió suavemente—. No puede verlas, hyu... ¡Oh! —exclamó al sentir una ligera patada en respuesta de la bebé.

— A ella sí le gustaron —dijo HoSeok, tocando suavemente el vientre en un gesto triunfante.

NamJoon sintió una conexión entre su hija y HoSeok, un vínculo inexplicable pero muy real. HoSeok se puso de pie, preocupado—. ¿Todo bien, Joonie?

NamJoon le sonrió, algo nervioso—. Sí, solo que la señora Lee insiste en que descanse más; casi me sacó de la florería el otro día.

— Hace bien. Debes cuidarte tú y la cachorra —respondió HoSeok, acariciando su mejilla.