Tsukamaete - 국민 Adaptacion [terminada]

Capítulo Catorce

-Voy a abr...

-¡Es Jungkook Yo voy!-gritó desde arriba Jimin.

Bajó las escaleras corriendo sonriente, iba a tener su primera cita oficial.

Su madre suspiró. Cuando abrió la puerta estaba el castaño esperándolo con un ramo de rosas rosas.

-¡Hijo! ¡No corras así, acabas de vomitar! -le advirtió.

-¡Mamá! No tenías que decir eso
-frunció el ceño.

-¿te sientes mal otra vez? -le preguntó Jungkook.

-¿otra vez? -preguntó su madre.

-¡ya nos vamos! -le dejo las flores a su madre, tomó a Jungkook de un brazo y lo arrastró hasta el carruaje azul.

-¿a dónde iremos? -preguntó sonriendo. Todavía no estaban dentro.

-No lo sé, había pensado en ir a tomar un helado, pero si no quieres...

-Me parece perfecto -le sonrió

-Hay una heladería cerca.

-¿En el reino Min? -arqueó una ceja.

-Si, perdón lo había olvidado -suspiró.

-Nunca fui al reino Min...¿Cómo es?

-Bueno, se parece un poco al tuyo y al de Taehyung, solo que tiene decoraciones un poco menos extravagantes.

-Fuiste al reino Kim?

-Si, ya sabes, mis padres trajeron artículos de las tierras del otro lado del mar.

-Cierto -recordó.

-Podríamos ir al reino Min si quieres.

-¿Seguro?

-Si, vamos -le tomó la mano y lo ayudó a subir.

Avisaron al jinete a dónde iban y empezaron a hablar.

Media hora después llegaron al centro del reino.
Jimin tenía razón, la plaza principal se parecía bastante al de los Jeon, pero esta no estaba rodeada de árboles, y el castillo de los reyes estaba en frente.

Jungkook fue el primero en bajar para poder ayudar al rubio.
Muchos los empezaron a reconocer mientras caminaban de la mano charlando. Se les quedaban mirando, sorprendidos de que el príncipe del "reino enemigo" este allí con el mejor amigo de su príncipe.
La pareja se sentía acosada, ni siquiera disimulaban, los miraban fijamente.

Se compraron el helado lo más rápido posible y fueron a dar un paseo al parque.

-¡Jimin!

Ambos frenaron.
No miraron atrás porque ya sabían perfectamente de quien era esa voz.

-Sigamos caminando -le susurró Jungkook.

Se aferró al brazo de Jimin e ignoraron el grito.

-¡Park Jimin! -volvió a llamarlo. No obtuvo respuesta.

-¡Jeon suéltalo!

El castaño frenó, se dio la vuelta para hablar seriamente con Yoongi y...

-¡Mi helado!

-¿¡Cómo te atreves a mancharme!?

Jimin se llevó una mano a la boca para ocultar su risa.

El pelinegro le había tomado el brazo a Jungkook cuando se dio vuelta, y justo con esa mano llevaba su helado de vainilla, haciendo que se manche su traje violeta.

-¿¡Cómo te atreves a quitarme mi delicioso helado!? -le recriminó enojado.

-¡Es un maldito helado!

-¡Los helados son sagrados!

-¡No puedo creer que este discutiendo contigo sobre esta idiotez!

-¡Estas enojado conmigo porque Jimin esta CONMIGO!-se aferró a el.

-¡Suéltalo, el debe estar conmigo!

-¿otra vez con esto? Yoongi, deja de pelear con mi novio -dijo Jimin enojado.

-¿Tu novio? Por lo que tengo entendido sigo siendo yo, amor, tus padres no cancelaron nuestro matrimonio.

-¡No me digas amor!

-Yo soy el único que puede decirle amor!-dijeron al mismo tiempo.

-volvamos -dijo Jungkook frunciendo el ceño y tomó a Jimin de la mano para volver al carruaje.

Subieron y pidieron volver a la residencia Park.

-Yo quería mi helado -dijo Jungkook e hizo un puchero a Jimin. El le dio un pequeño beso.

-¿Quieres? -le ofreció un poco del suyo y él asintió.

Se quedaron abrazados y mimándose el resto del viaje.
Llegaron a la casa de Jimin y bajaron.
El preguntó a sus padres si Jungkook se podía quedar a cenar, y por supuesto, durante la comida insistió con su matrimonio.

El castaño no quiso hablar del tema para evitar que sus suegros lo odien.
Así pasaron su noche. Los Conde Park notaron que Jungkook era un buen hombre y cuanto queria a su hijo.

-Ya es algo tarde... debo irme, no creo que mis sirvientes duerman antes de que llegue y son pequeños para quedarse despiertos.

-Esta bien, te acompaño -dijo Jimin.

-No, déjame a mi, quiero hablar con él -dijo su padre parándose de su asiento.

Jungkook tragó saliva. Se dirigió a la puerta junto al Conde.

-Príncipe... diré esto antes de que me arrepienta: tiene mi permiso para casarse con mi hijo.

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Voy a intentar terminar todo hoy.