Instante.

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Muchas gracias por todo el apoyo que está recibiendo este triste intento de historia, perdonen enormemente la demora espero que les guste este capítulo.

Cómo siempre los personajes no me pertenecen, yo solo los ocupo sin fines de lucro.

Capitulo VIII. Instante

Para la familia Granger siempre era una travesía molesta el entrar al callejón Diagon, no podían comprender completamente en qué momento de la historia ambas sociedades se habían separado tanto como para prácticamente una pareciera estancada en el tiempo, el uso de túnicas y vestimenta del siglo dieciocho ayudaba poco al caso de los mágicos, sin embargo en aquel momento fue aún más difícil presenciar lo que sucedía, pues en ocasiones anteriores solían resaltar y llamar la atención de una manera no tan agradable, pero en cuanto entraron al distrito mágico, fue evidente bastante pronto que algo estaba sucediendo, en la atmósfera general lograba sentirse la aprensión de la gente a su alrededor.

- Entonces. - Comenzó Sirius caminando a lado de Harry, aún estando un poco consternado del cambio que había sufrido su ahijado. - ¿Quieres ir a Gringrotts?, o podemos ir a las tiendas ver que necesitas, conozco una boutique a la que solían ir mis primas, ya sabes si quieres un cambio de look. - Le dijo con un guiño, mientras que señalaba las tiendas a su alrededor, sintiéndose culpable por el placer oculto que su propuesta albergaba.

Al joven Sirius Black nunca le gustó vestir túnicas, sin embargo siempre la había gustado los vestidos que solían usar las brujas, una vez había intentado que Lily ocupará alguno, incluso se lo había comprado con el dinero que ganaba como mesero en aquel momento, pero todo su plan se había ido al infierno con un pequeño detalle qué pasó por alto, James lo conocía perfectamente y era consciente de lo que trataba de hacer, por lo que terminó usando el vestido una semana cortesía del azabache, sabía que en cualquier lugar donde estuviera su hermano, lo estaría maldiciendo por lo que estaba haciendo, pero ya tendría tiempo de ocuparse de ello.

Harry vio su camisa de cuadros, solo para alzar la mirada y ver a su alrededor, y fue un solo instante en el que la sangre en su cuerpo pareció helarse.

- Estoy segura que Harry prefiere... - escucho a Hermione hablar, pero lo que fuera a decir, se vio interrumpido por una fuerza que la envío junto con toda la gente a su alrededor contra las tiendas que cubrían el callejón, la gente que había sufrido la magia de arrastre, vio paralizada a la única que permanecía de pie en medio de la calle, y presumiblemente era la causante del fenómeno, más de uno estuvo listo para vociferar sobre el ataque, solo para ser silenciados cuando al instante después una maldición de color sangre impacto en el suelo que solían pisar.

Más adelante en el callejón varias figuras se alzaban, sus túnicas negras y mascaras blancas dejaban poco a la imaginación de su objetivo, aún sin poder ver sus rostros era evidente que veían a quien los desafiaba y había hecho que casi todos sus hechizos fallaran.

- ¡Mortifagos! - El grito de un solo mago fue suficiente para quienes aún no creyeran lo que veían, cayeran en histeria, haciendo que el centro mágico se llenará de gritos ensordecedores, mientras que intentaban huir del ataque que sabían que se avecinaba.

Harry tomó su varita del bolsillo del pantalón, sentía la sangre bombear en sus oídos y las palmas de sus manos sudar, no podía entender el miedo primitivo que sentía, el terror que le causaban aquellos que tenía frente suyo, pero sobre todo no entendía el odió que sentía en su pecho, como maldiciones y hechizos se reproducían en su mente, cada uno más mortífero que el otro, y solo basto que volteara la mirada hacia dónde estaba Hermione protegida por el cuerpo de su padre que comprendiera por qué haría lo que fuera necesario para hacer que salieran ilesas de ese momento.

Entre Dos Brujas. (Harry Potter)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora