Entre Dos Brujas. (Harry Potter)

Amanecer.

Muchas gracias por todo el apoyo que está recibiendo este triste intento de historia, espero les guste este capítulo.

Como siempre los personajes no me Pertenecen yo solo los ocupo sin fines de lucro.

Capítulo III. Amanecer.

Los primeros rayos de sol ni siquiera habían comenzado a aparecer sobre Londres, cuando Madame Bones se encontraba viendo las túnicas formales que tendría que utilizar para el interrogatorio que tendrían ese día. Habían enviado los mensajes para la reunión de emergencia apenas habían llegado al edificio, sabía que algunos por una u otra razón no podrían asistir, pero lo que necesitaba eran testigos, personas que pudieran apoyarla.

Durante horas había preparado las preguntas que debían hacer, y sobre todo el medio para conseguir respuestas, todo estaba listo.

Se vistió con sus túnicas y comprobó la hora, cinco de la mañana.

Camino hasta la sala cerrada del sótano, justo a lado de las celdas.

En su camino encontró a algunos de los miembros del Wizengamoth, pero se rehusó a pronunciar palabra. Más cuando todos le exigían saber sobre el estado del héroe nacional, Harry Potter.

Al faltar unos metros para llegar a su destino se encontró de frente con Albus Dumbledore, y parecía que el había tenido que soportar el mismo interrogatorio que ella.

- Madame Bones. - Dijo haciendo una pequeña reverencia con la cabeza.

- Jefe brujo. - Respondió en especie con el mismo respeto.

Ambos avanzaron, hasta llegar al ministro, que pedía a los miembros del Wizengamoth un voto de silencio ante lo que verían.

Cuando la condición fue cumplida las puertas de la sala se abrieron, y los jadeos de las personas a su alrededor fueron ensordecedores.

En una jaula en el centro de la sala estaba Barty Crouch Junior vociferando sobre la muerte que les esperaba a todos los presentes.

Uno a uno, fueron entrando, los murmullos no se hicieron esperar, mientras que el sonido del metal rechinaba en todo el lugar.

- Gracias por venir con tan poca anticipación. - Dijo el ministro vistiendo una túnica formal, pero debajo de ella se alcanzaba a ver la misma ropa que el día anterior. - Se llamó a esta junta, por la traición a nuestro ministerio, a nuestra gente, a juzgar a un criminal de guerra.

Las voces estridentes de los magos y brujas, se hicieron cada vez más fuertes, tratando de hacerse oír sobre las demás, fue la varita del jefe brujo la que trajo orden a la sala.

- Gracias, ayer durante el torneo de los tres magos, un competidor fue atacado de gravedad, con consecuencias desastrosas en su persona, todo por las maquinaciones de este hombre, pido el uso de dos gotas de veritavenenum* para el interrogatorio. - Dijo Madame Bones, solo para que los gritos comenzarán de nueva cuenta.

- ¡Eso es inhumano, y ha estado prohibido durante más de dos siglos! - Gritó uno de los miembros.

- El acusado es un traidor y criminal de guerra, aunque no usemos el veneno en el su destino es la muerte, mejor que sea diciendo la verdad y con el cerebro hecho mierda, que con un beso de dementor. - Respondió sin ningún atisbo de incertidumbre la mujer. - ¿Que dice jefe brujo?

Los ojos de Dumbledore viajaron por toda la sala, ese podría ser un momento decisivo en el mundo mágico, no podía permitirse flaquear. - Se acepta. - Dijo aunque sabía que su posición política sufriría, pero en ese momento poco podía hacer. - ¿Alguien en contra?