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Tumbada en el pasto,
él estaba junto a ella.
Miraban  el  infinito cielo estrellado.
De pronto ella sintió como él le sujetaba
la mano con delicadeza y suavidad.
Él comenzó a  acariciar su muñeca
con su pulgar, trazando círculos.
Ella se estremece ante el contacto.
Son solo ellos dos. Están en su mundo.
Sin que nadie los moleste. Están tranquilos. 

Se sienten completos,
como si por fin nada les faltara
en sus vidas.

Ella ya no se  sentía  vacía.
Pero de pronto oye cómo
alguien la llamaba.
Entonces levanta
la mirada de su
libro y mira a
su alrededor.

Solo estaba tumbada en su cama,
sin nadie más.

Entonces su vacío había vuelto.

-ZeroZero

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Mi Querida Rosa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora