Marbella Vice
Lunes 7:38 a.m.No faltaba más decir que era un día bastante agradable, se sentía una fresca brisa, esta que a muchos les desagradaba; pues el frío no era lo suyo, lo que provocaba que a esas horas de la mañana de aquel Lunes, las personas que se dirigían a sus respectivos trabajos trajeran chaquetas para evitar aquella sensación de su cuerpo que los hacía tiritar.
Un hombre de traje se encontraba camino hacia la cafetería, tenía un semblante serio, pero cualquiera que lo conociera podía afirmar que aquel abogado era del todo agradable, siempre transmitía esa vibra tan ligera con su amena sonrisa que le dedicaba a la mayoría de sus clientes, asegurándole que haría todo lo posible para ayudarle.
Cargando un maletín con su mano izquierda, dirigiéndose a el lugar acordado con su más reciente cliente, que por alguna razón no le dio su nombre, solo una breve historia de lo ocurrido y nada más.
Deseaba que no fuera una broma pesada para hacerle perder el tiempo, pues tenía bastantes cosas que hacer, y su valioso tiempo servia para asuntos así.
Con la mirada en alto, pudo divisar el local en la calle del frente, a punto de poner un pie en el cruce de peatones, el semáforo cambió repentinamente al color verde que indicaba que los autos tenían autorización de pasar.
Dejo salir un suspiro, reviso el reloj en su muñeca (regalo de un cliente suyo). Estaba justo a tiempo para la cita con su cliente anónimo, observó el café ya conocido y se preguntó si la persona lo estaría esperando, o llegaría tarde y después se excusaría. Si algo le molestaba era la gente que llegaba tarde, tal vez no mostraba su enojo con sus clientes que lo hacían, pero deseaba golpear a aquellos que no llegaban a las citas con antelación.
Si bien, en su país llegar tarde era muy común, pero a él, desde pequeño, su madre le levantaba tres horas antes de ir al colegio.
Aquella señora con semblante frío era el motivo de su ambición por llegar temprano siempre.
Sacando de sus pensamientos a la mujer que le regañaba cuando sacaba malas notas, reaccionó y volvió andar con el semáforo en rojo.
Al entrar al local no muy grande, el olor a café invadió sus fosas nasales, una campaña sonó indicando su llegada. Recorrió el lugar con la mirada, al parecer nadie excepto la sonriente chica tras el mostrador de dio cuenta de su llegada, por lo que intuyo que la persona con la que había quedado, aún no llegaba.
A decir verdad, el ambiente de ahí le parecía muy alegre, de fondo se podía apreciar la típica música de ascensor en las películas, las charlas de los demás se escuchaban muy animadas, y la gente que atendía en el mostrador solía ser muy amable.
Camino unos pasos para llegar hasta la vitrina donde habían varios postres y demás cosas dulces, la muchacha enseguida sacó una libreta y un bolígrafo.
—un café con leche, si es tan amable— un extraño pedido para un abogado, que normalmente optaría por uno negro o incluso un americano, pero desde pequeño había sido aficionado de la amarga de bebida con leche de vaca que su padre recolectaba en la granja donde vivían.
La linda chica sonrió y se giró para preparar el pedido. Camino a la mesa junto a la gran ventana con la que contaba el lugar. Tomó asiento y colocó su maletín bajo las mesa, no sin antes sacar un papel que tendría que llenar con la información de su cliente.
Se colocó bien las gafas y agradeció a la muchacha que le había traído su pedido con una gran sonrisa. Le dio un sorbo a su café y observó la puerta repetidas veces, esperando la persona que le había citado a ese lugar.
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Iᴍᴘᴇʀғᴇᴄᴛ Bᴏʏғʀɪᴇɴᴅs | Rᴏɴɪ
FanfictionUn engaño causa la fractura de una hermosa relación se vuelve confuso al dar extraños indicios. Lo que parecía ser ya no es y lo que es puede ser lo que fue. Una extraña situación que hace a Raúl cuestionarse si su noviazgo con Toni Gambino siempre...