Guerrero Herido. 3.

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Perdón por faltas de ortografía.

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Hoy el doctor, el príncipe y el rey del mar del sur se encontraban en camino a las cuevas del noroeste del Reino "Libertad obscura", el príncipe se encontraba nervioso por lo que podría o no pasar al llegar a la superficie, el rey iba preocupado pidiendo a los dioses que todo saliera bien no quería ver sufrir más a su hijo, y el doctor, el iba tranquilo, el hablaría primero con su paciente para informarle de la llegada del que era su prometido.

El príncipe era un manojo de nervios, y no sólo por el ir a ver a su novio después de no verlo por dos meses, si no que también por la superficie, el nunca había ido hacia arriba, no le interesaba lo suficiente, no veía la necesidad de ir a ese extraño territorio, aparte de que le tenía un gran pánico, nunca se había imaginado que en algún momento tendría que subir, no le gustaba esa idea y menos después de de lo que le pasó a su madre.

Al llegar y estar unos metros bajo la cueva, el doctor subió, su padre y el chico esperaron un poco, no se escuchaba nada, todo estaba en silencio, pero de la nada empezaron a caer piedras al agua del orificio que había como entrada al la cueva, después de eso bajo de nuevo el doctor.

-El se niega a verlo su majestad-aviso el doctor.

-¿Debo suponer que le lanzó piedras al saber que habíamos venido?- preguntó el rey después de mirar a las rocas que ahora se iban hundiendo lentamente.

-Y supone bien mi señor-afirmó el doctor.

Los dos adultos se veían preocupados,  ambas preocupaciones dedicadas al chico frente a ellos.

-¿Puedo subir?- preguntó curioso.

-Claro que puede, pero no sería muy recomendable, no sabemos cómo reaccionaria el joven Todoroki, no le gusta que lo vean.

El príncipe se quedó extrañando, el chico en recuperación siempre había sido un buen Tritón, honorable, amable, responsable y gentil, y le fascinaba hasta cierto grado que la atención fuera hacia el, esto tratando de no opacar a nadie.

-Voy a subir, hablaré con el... - dijo seguro de su acción.

-Ten cuidado, nosotros estaremos aquí en todo momento.- apoyo su progenitor.

El príncipe no puso más atención a los adultos que lo acompañaban, y con mucho esfuerzo nado a la entrada de la cueva y subió, pues el estar muy delgado y sin mucha fuerza por no haber comido bien durante 2 meses enteros le estaba cobrando factura, al subir completamente se sentó cerca a la orilla, dentro de la cueva hacia un poco de frío, olía a húmedo y estaba un poco obscura al ser tan temprano.

No veía muy bien y aún tenía que acostumbrarse al no sentir el agua rodearlo.

-Touya.....¿Sigues aquí?... - no escucho nada, era un total silencio-soy... Soy yo, Tenko.... Se que estas aquí, vine para verte...

De nuevo silencio, pero ahora pudo escuchar como se deslizaban por las rocas, estar ahí dentro por meses le había dado una habilidad para desplazarse por toda la cueva al joven Touya, aun que en la manera que lo estaba haciendo asustaba un poco al de cabellera celeste, pues, se escuchaba como una serpiente de la superficie cuando está acechando a su presa.

-Tou.... ¿Por qué no sales?... Hemos pasado mucho tiempo separados, me gustaría verte, ver tu rostro.... - siguió escuchado el desplazamiento entre la cueva-me gustaría ver tu lindo rostro de nuevo..... - con esto último sintió como lo tomaban por la espalda bruscamente.

Poco después se encontraba con un brazo pasando por su cuello haciéndole imposible voltear a ver cualquier punto que no sea enfrente y otra mano lo sujetaba por el abdomen.

-Guerrero Herido.- DabiShiga. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora