Capítulo 17

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PAULA

Antes mi vida era una fiesta. Ahora, me siento claustrofóbica dentro de tanta gente, me abruma. Antes vivía plenamente. Ahora vivo con el temor de que no puedo ni tener a nadie a mi lado por no ponerlo en peligro. Todavía no es tiempo de pagar por mis errores, por no cumplir una orden, por no ser lo que esperaban que fuera. Se qué para él no es tiempo suficiente y seguirá haciéndome pagar con creces destrozarle el corazón con lo que más quería, aunque ella solo esté desaparecida....

Tomé una copa, o dos, del bar y sin más, salí caminando por el gran caserón. Encontré lo que buscaba, un pequeño balcón. Estaba aislado de la casa, del bullicio y tenía una vista fenomenal del océano. Despertar con esa vista cada mañana y que el sol te giñe el ojo antes de ocultarse mezclado con muchos todos de amarillos, naranjas y grises, podía a hacer que tu día fuera más bonito y colorido.

Mirando esa bonita vista recuerdo los veranos de pura diversión, donde la alegría brillaba en la cara de todos y mi vida, era feliz y estaba en paz. A mi cabeza viene aún ese día, al menos la parte que puedo recordar. Mis recuerdos aún están como cortina de humo, que bloquean todo lo que pasó, por estar hasta las nubes de alguna mierda, que no se en que momento me metí. Solo sé que respecto a la noche, desperté en casa de un completo extraño completamente vestida, en plena madrugada, no sé como llegué allí pero salí corriendo descalza a las 4 de la madrugada.

- Sucede algo hermosa? - esa voz me saca de mis pensamientos, William me trae de vuelta a la realidad, una realidad que se estaba volviendo turbia, y también...un poco peligrosa.

- No, nada...solo que estás aquí.

- Y eso es bueno o malo?

- Es bueno porque me gusta tenerte cerca, y mirar tus ojos, pero malo porque mi karma es bastante peligroso y...-

*mierda, lo dije o lo pensé? Espero que todo eso haya sido la voz de mi conciencia y no la voz que sale por mi bocota chismosa*

- Interesante...eres una chica que oculta grandes cosas, y como soy muy curioso, algún día las sabré...aunque espero que tú me las digas antes.

*Mierda, sí lo escuchó...y ahora qué!!!??*

- Primero, usted es mi jefe no mi dueño solo le debo explicaciones laborales, segundo su bella rubia lo espera ansiosa con un millón de fotos falsas espléndidas y tercero... tercero....emmm....- ya no sabia que decir porque esos ojos me hechizaban, seguían los míos como si no pudieran perder la conexión, como si las palabras fueran huecas porque solo le importan mis labios. Esperaba un beso, de verdad, un beso que no llegó....todavía.. - para saberlos, tendrá que matarme o morir, señor William

Sus ojos me miran expectantes, como procesando la información, intentando descifrar si fue una molesta broma de mal gusto o una rara realidad. Hasta que al fin decide hablar con su sonrisa de galán de noche en fase conquista.

- No recuerdo si lo dije esta noche, pero te ves majestuosa, eres una chica muy rara Paula, pero muy linda y sincera, y hoy si yo fuera tu acompañante estaría más que orgulloso de tener a una chica como tú a mi lado. Y también, un poco celoso, ya he visto como todos te miran, eres el centro de atención...

Pues da un vuelco inesperado a un momento tenso. Así que solo decido seguirle el juego aunque colorada de vergüenza por los comentarios.

*En serio? Tú avergonzada por la palabras de un charlatán? Este mundo está muy loco*

- Pero que dice William no..no es así, este es un vestido de pulguero...nada que ver con los trajes de gala de todas aquí. No lo digo por envidia, soy feliz con lo que tengo, este no es mi mundo...al menos no hoy. Y por cierto, hay muchas chicas babeando por sus huesitos además de su perfecta novia y usted aquí, en el medio de la nada, lejos de todo, por su secretaria...

*Dices que no estás de envidiosa y hablas como niña que quiere el juguete de la mucosa del lado*

Mira al horizonte como perdido, como estaba yo hace unos instantes.
- Paula, por favor háblame de tú. Sabes...eso que está ahí dentro es solo pantalla, es solo la cara falsa de una burguesía barata que busca establecer conexiones y salir en primera plana en las noticias un día más. Todo lo que no tenga un reloj de oro, bolsos de Channel, o miles en el banco, es solo un simple mortal. Yo, sé quién eres, te conozco poco, solo lo que me haz querido mostrar en algún momento, pero es como si pudiera ser yo mismo contigo, sin tantos falsos ni tanta mierda. Como si realmente fueras la que tantos años he buscado.

- Este mundo es demasiado pequeño nunca sabemos lo que nos traerá la vida, pero me siento feliz de haberlo, digo...de haberte conocido William, eres un buen hombre.

- Parece que Santa Claus, se adelantó con mi regalo de navidad.

- Ahora que tiene que ver él con todo esto?

- Tú eres mi regalo Paula, la vida te puso de nuevo en mi camino, está vez, no dejaré que te lleve de mi lado.

*Otra vez? Ahora que no entiendo nada, primero lo de Santa Claus, que por cierto, parece cursi pero me encantó, soy importante para él, y eso me hace feliz, ojalá siempre fuera así....eso seria ...mágico*

- No te entiendo. Cómo que otra vez?

- Paula, tu y yo...- interviene su sonido de celular, inoportuno.- perdón, debo contentar un momento - entra a la casa hablando con Daniel de los nuevos inversores, por lo que escuché algo no anda bien.

Miro mi reloj y es pasada la media noche. No es que me quiera parecer a la Cenicienta ni mucho menos, pero mañana va a ser un día largo y estos tacones ya me están matando. Miro una vez más lo bonito de la vida, esa vista que enamora. Pongo mis manos detrás de la cabeza como símbolo de paz, cierro los ojos y me estiro un poco y relajo el cuerpo. Una fría brisa salada acaricia mi rostro y hace que me sienta tranquila.

Pero esta vez es interrumpida por un sonido estruendoso de una maseta rota que cae a pocos centímetros de mi cabeza, haciendo que mi tobillo se tuerza. Piso por el mal gesto el vestido y termino perdiendo el equilibrio, sujetándome únicamente de mis manos a un endemoniado barandal, con mis pies colgando desde esa altura. Para mí parecía un puto abismo.

- AUXILIO!!!!!-Grito despavorida- POR FAVOR AYUDAAA- siento que mi voz se va quebrando, pero que nadie me escucha, la música elegante está a retumbar dentro del salón y yo estaba bastante lejos.

El barandal es hermoso, pero ahora mismo lo odio a muerte, es dorado pero metálico, y está helado. Mis manos van cediendo. Ya no puedo soportarlo

- Por favor, alguien- hago un intento de grito, pero hasta la voz se cansa. En mi búsqueda subo la mirada lo suficiente para darme cuenta de que alguien está mirando mi escena un piso más arriba, pero no logro distinguir su rostro, simplemente observa. Mi mano izquierda se separa del frío metal, dejándome colgada únicamente de mis finos dedos de mantequilla de la derecha, mientras la brisa fresca de antes se convierte en mi verdugo, batiendo mi cuerpo contra el duro cemento.

Siento miedo realmente. No tengo ni puta idea de cómo termino siempre en problemas. Estoy viendo mi vida pasar ante mis ojos, o eso es lo que lucen todos cuando están con la muerte tocándole la vida. Estoy repasando todos mis momentos felices, en fracciones de segundos, todos los que quiero, todos los que por mi culpa, ya no están.

Sentí que ya venía en camino la parca a llevarme, y que tendría que pelearle con uñas y dientes para tener otra oportunidad en este mundo, o tal ves sólo le haga un cambio de mi vestido por su túnica descolorida a ver si se alegra la vida y me deja quedarme por aquí unos añitos más.

Mis gritos están ahogándome siento que me voy a desmayar, pero un par de grandes manos sujetan mi muñeca antes de caer al duro pavimento, y otras las ayudan a subirme callando casi desplomada, revolcándome por el piso con alguien

Mi respiración se siente agitada, y mi pulso parece querer explotar. Solo siento que unas manos me abrazan y me pegan a un pecho duro que huele exquisito. Miro a arriba, veo una gran luna y le sonrió a pesar de mi cansancio.

Le agradezco por alumbrarme con dos ángeles, que me salvaron de mi muerte hoy.

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