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Siete años después Tiumén.
 
 
—Yo también te extraño, espero verte pronto es una promesa. —Sonrió ante la melancolía.
Su pequeña voz la hacía ser más fuerte, moría por poder tocarlo, sentir sus manitas, y esos ojos,  se deleitó escuchando su melódica voz,  observo aquella foto imaginando como estará haciendo esos gestos, a pesar de no poder acercarse, sabia su origen y extrañaba poder estar juntos, pero era imposible.
—Debes hacer caso a tío Niko, el solo quiere lo mejor para ti.
—Él no me comprende, solo quiero verte.
—Hice una promesa a la luna y el día está por llegar pero debes mantenerte a salvo, entendido debo dejarte con mi dolor de volverte a escuchar cariño pero sabes que es lo mejor.
 
 
Hace años cometí el error de involúcrame con él, solo fue la curiosidad, la misma que me arrastro don estoy, todos quieren traicionarme y estoy alerta no me dejo intimidar por nada, de los cinco clanes solo dos aún son fieles aun así desconfió hasta de mi misma sombra.
 
«—Como que mi madre está muerta, papa contéstame, necesito saber.
—Valentina el auto donde iba tu madre no quedo nada,  aun los fieles de Katsaros buscan venganza aun muerto el perro es un cáncer debemos buscar  a Víctor él no podrá negarse.
— ¿Trasvinia?, sabes que los murciélagos no soportan el régimen y tú mismo nos has llevado a sus garras.
—No hay opción Valentina, tu más que nadie no deberías decir nada le has dado un hijo a ese infeliz.
 
Sintió el ácido en su estómago, no lleva ni horas de tener a su cría no pudo ni estar con él, solo esperaba que Niko pueda cuidarlo mejor y protegerlo.
 
Él es solo mío, tiene sangre Greyca —apretó los dientes.
—Te imprimaste con ese animal, debiste matarlo en la primera oportunidad me has decepcionado  vagando con él por el mundo, como si fueras el mismo trofeo,  se todo Valentina.
 
Apretó los  puños encajando sus uñas en su palma hasta a sangrar. Sabía muy bien que estaba unida a Katsaros, su secreto que nadie debía saber.»
 
Suelto el aire contenido,  cada vez que hablo con Eros el pequeño de ojos intensos y aura siniestra el hijo de la bestia.
 
—No te vez muy bien, debemos irnos —veo al hombre de mirada oscura recargado en el marcó.
 
«Víctor Trasvinia, el rey de los nocturnos»
 
No veo la hora en deshacerme del, solo estoy ganando tiempo,   ahora más que estoy recuperando mi imperio,  para todos la hija de Duron esta desparecida, no saben que estoy hambrienta, deseosa de sangre, ahora soy la hija olvida por la madre Luna, perdí mi fe el día que mi padre murió.
 
La presa había resucitado, en una bestia imparable creí que había muerto supo esconderse bien todo estos años,  resurgió de los subterráneos de Atreo donde las Serpetias solo buscan la oportunidad de sobre salir, las serpientes venenosas y entre ellas Damira, la puta de Katsaros,  de solo saber siento el estómago revuelto.
 
—Sabes que odio que te sientas mi dueño Víctor, deberías aterrizar porque no lo eres —dijo mordaz, al nocturno.
 
—Pense que las noches en sabanas lo hacían, además te recuerdo que mi propuesta aún está abierta, tu prometido ha muerto  a manos de Katsaros como tu padre, no tiene a nadie solo a mí.
 
—Un error que no debí cometer, veras estaba sola y las ganas despertaron solo  fuiste “Eso” un desahogo carnal.
 
—Como tú lo digas cachorra, dime Valentina  me intriga saber  que tanto ocultan esos ojos.
 
Solo lo veo no estoy para sus comentarios, solo necesito saber  si los Voneta  se unirán, los leones tienen hambre y porque no darles de comer.
 

**
 


El amargo sabor aun lo tengo, el pecho tiene la punta de cicatriz,  los ojos de Valentina Greyca siempre los tengo presentes, la perra, fue lista demasiado, pero la venganza fue tardía, ver como se apagaba los ojos de Duron con mis propias manos fue el mejor placer, gritarle a los cuatro vientos como su hija pedía mi verga en mamar, ella es la presa que quiero someter y dárselo a los animales.
 
«Valentina, Valentina», de solo decir su nombre me dan ganas de destazarla lentamente.
 
La mujer se mueve en mi cama como una serpiente, Damira es seducción letal pero no le llega a  Greyca, mi hembra, mi mujer sin mencionar que es una maldita perra desgraciada.
 
Sonríe tomando mi verga llevándola a su boca, saborea como lo más dulce que hay, la puta saber mamarla bien, empujo con fuerza sometiéndola hasta el fondo se  atraganta y lo disfruto, su lengua larga me da el placer de liberar mi corrida, limpia sus labios con descaro, dando un beso en verga.
 
La giro de espalda abriendo su culo me la follo por su canal estrecho,  grita desesperada ante el dolor placentero, jalo su cabello, soy una animal  descargando mi furia al imaginar el rostro de Valentina.
 

—Arion me estas….  —arremeto con brutalidad, no quiero escuchar sus quejas solo es mi placer
 
Empujo más  hasta saciarme sacudiéndome como animal en su canal, me levanto es hora de irme, cada vez estoy más cerca lo puedo sentir, y es mejor que  esté preparada, paso mi mano por mi pecho  odiándola más.
 

—Deberías  dejarme a mí acabar con ella,  odio esa puta cicatriz, su marca que ha dejado en tu piel, me pongo celosa —solo dice estupidez.
 
No contesto,  me doy una ducha dejo que el agua recorrer mi cuerpo, los rumores que ella tiene algo que podría ser su caída, me da la ansiedad de escarbar, le he quitado todo, como para que tenga algo que  proteger, nadie sabe que oculta  y eso me irrita más.
 
—Saldrás otra vez ¿Por cuánto tiempo Arion?
 
—Damira algunas vez has pensado cocerte el puto hocico, solo eres mi puta.
 
—Se lo que soy, pero me gusta tener la exclusividad, gracias a mi estas vivo Arion, solo recuérdalo.
 

Börkot me espera, le doy la señal sé que los hombres de Greyca van con los Voneta, y sonrió tiene razón en algo los leones están hambrientos y yo les daré lo que quieran, sonrió ante mi factura victoria.
 
—Te vez contengo  Katsaros, debes compartí no seas egoísta —el zorro comenta  con demasiada curiosidad.
 
—Cada vez la presa está cerca del anzuelo, has  tenido noticias de Niko, es raro que ese hombre desapareciera de la faz de la tierra.
 
—Ese hombre  es como una sombra nadie sabe dónde  está sigue fiel a sus creencias.
 

Karin Börkot líder de los zorros único hijo se ha unido como los Serpetias aunque Damira es un puto dolor de culo, es bueno tenerla, la magia pagana  es un buen arma, ella me atraído a la vida y sé que perdí todo, ahora solo soy una bestia sedienta de venganza.
 

—Deja de pensar en esa puta de Greyca es un cáncer solo contamina  lo que estamos logrando el resurgimiento de la pirámide, los hijos  la luna será sometidos por los hijos olvidos, nuestra sangre esta maldita, por nuestros antepasados, ahora gobernaremos y tiene el apoyo Arion no lo arruines por abrirle las piernas a esa perra.
 
—Se mi propósito, bañarme con la sangre de los puros me hará eterno.
 
Me estaciono mirando al hombre recargado en el callejón sonríe y sé que el podrá traérmela. Ozmar Voneta los leones rugen.
 
 
 

Mi legado *Lobos en la Oscuridad*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora