Mala vibra

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Apenas se sentó Elisa dentro del automóvil cuando noté que Agustín bajó la ventana de el copiloto.

—Disculpe la pregunta joven, pero, ¿está chica viene con usted? – pregunto asomándose por la ventana

Justo cuando yo iba a responder me vi interrumpido por Elisa.

— Si, Sebas me invitará un helado – Respondió Elisa acercándose por al medio de la parte delantera.

— Disculpe, señorita?? – suspendió esperando que diera su nombre

— Elisa, ya nos conocemos, ¿cual es su nombre? – respondió estirando la mano para saludar a Agustín

— Disculpe señorita Elisa, pero solo puedo validar la respuesta que me de el joven Sebastián

— Ash, que mal educado, ¿y si te esta mintiendo?

— Disculpe mi descortesía, pero son las órdenes de la persona para quien trabajo, y mi lealtad y confianza son ciegas hacia el joven Sebastián y su familia, el sabrá lo que me dirá y sus razones.

— Gracias por aclararlo Agustín, aunque no era necesario, no para ella –

Elisa volteo su mirada hacia mi con sorpresa y ofensa.

— Bien, ya sabes que se llama Elisa y yo también, pero es lo único que sabemos de ella porque me ha obligado a pasar la tarde con ella, no la conozco y hasta este día, nunca había tenido nada que ver con ella.

Elisa se iba poniendo cada vez más furiosa conforme iba hablando.

— ¡¡Eso es mentira!!, ¿¿¡¡porque no le dices!!?? dijo mirándome con furia

— ¿Que?, ¿decirle que? ¿Estas loca?

Elisa salió del automóvil velozmente y me jalo nuevamente del brazo, a lo que yo me solté rápidamente

— ¡¡Muy bien niñito, no quieres problemas, necesito hablar contigo así que me invitaras un helado y ese tipo del coche no me hará preguntas al menos que yo hable!!

— Haber MOCOSITA – dije molestandome — claramente te hicieron falta clases de modales, y TU no vas a venir a decirme niñito, si quieres hablar conmigo te lo tienes que ganar, y no sabes nada de mi para amenazarme, así que no creo que tu me puedas provocar problemas.

— A mi no me vas a decir como tratarte

— No te estás ganando el respeto que quieres

— Bien idiota, si, así lo quieres, así lo haré – al decir esto, Elisa dio la vuelta y se metió al automóvil

Fui detrás de ella para sacarla.

— No se por que no te quiere decir que somos novios, pero no quiero hablar más de eso – dijo poniendo una cara triste

— ¡¿Que?! – dije justo antes de intentar sacarla

— Bien, no por el momento no puedo intervenir en esto, joven, ¿Ella viene con nosotros?

Me subí al auto, no sabía que hacer ni que decir, ahora yo necesitaba hablar con ella, esto es algo grande, ¿por que diría algo así como si nada?

— Iremos por un helado – dije mientras la miraba con furia

Agustín arrancó el auto, yo iba viendo lo ventana con mis audífonos puestos, estaba completamente furioso, y se que ella lo notaba, en cambio, ella, Lucía complacida, iba en el celular y de vez en cuando reía como si alguien le estuviera contando un chiste. Me preguntaba que pasaría con Clarisa, necesitaba hablar con ella, tal vez ella la conocía, pero era poco probable, debo aclarar esto, odio los malos entendidos, y Elisa es un buen ejemplo de porque se puede aborrecer a la humanidad.

Sebastian: Miserablemente PobreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora