La Venganza De Los Herederos ✅

7. La cruel realidad

Nada estaba bien y yo no quería estar ahí, me giro un poco para ver a los chicos y les doy una mirada de que todo está mal, esa mirada no dura mucho hasta que un brazo me jala y me lleva fuera del salón.

Landon...

Landon es diferente a todos el es paciente, inteligente y muy buen consejero, mi relación con el era genuina no era algo forzado sino algo más relajado los dos esperamos el tiempo suficiente para tener suficiente confianza para llamarlo amigo, aunque no confío en nadie más que en Mattheo mi vida la pondría en manos de ambos y solo uno elegiría lo correcto, salimos de la habitación caminamos por un pasillo y nls quedamos por un momento extraviados, cuando ambos nos dimos cuenta las risas invadieron nuestra mente.

-Imbecil- me reí lo más fuerte que pude me había sacado de esa situación y me hizo reír pero no por mucho. De la risa pase poco a poco a la tristeza, la tristeza me llevo a llorar, lágrimas empezaron a salir de mis ojos, mis ojos se nublaron y mis brazos cayeron en los hombros de Landon y mi cara se enterró en sus hombros -Lo siento...... Lo siento- me disculpé por...... La verdad no sé ni porque era un perdón más interno hacia mi que para alguien más

-Eh está bien- sus brazos rodearon mi cadera y me abrazo de una manera tan dulce y hermosa, me tranquilizó, me relajo, todo en mi mente era la conservación que había tenido con mi padre y los sentimientos que había encontrado en mi.

-Que pasó- Landon me alejo un poco dejando ver mis ojos

-Lo odio- hice una pausa -Nos arruinara la vida- mi mirada fue a sus ojos -Lo sabes ¿No?- mis manos abandonaron su cuerpo

-Lo se, pero vale la pena intentarlo.

Mi mirada se dirigió a las personas que estaban detrás de mí que recién habían llegado

-Estas bien- Gabriel se acercó a mi

-Si solo que- pensé en mis palabras antes de hablar -Hable con mi padre el solo quería saber que había pasado.

Todos estaban convencidos en parte pero una persona no lo estaba Mattheo, su mirada me daba inseguridad todos tenemos a ese amigo/amiga que nos conoce mejor que nadie bueno Mattheo era ese amigo. Su mirada cambia cuando mira atrás de mi

Es obvio.

Quién más puede ser....

Atrás de nosotros estaba mi padre con la misma vestimenta que hace un momento, una sonrisa enriquecedora era lo que adornaba su rostro. Ese maldito rostro.

-Padre- una sonrisa de pocos amigos salió de mi.

-Chicos, solo les avisaré- su mirada fue a mi y luego a Mattheo -Mattheo puedes abrir la cámara de los secretos- ahí caí en cuenta mientras más provoque a mi padre más pondere a los que me importan en peligro.

Al principio quería saber lo que mi madre había hecho lo que mi padre había hecho y todas las personas que habían estado involucradas en los Mortifagos y uno de ellos sería el hijo de Draco. El era mi sobrino y debía de confiar en la familia.

-!¿La cámara de los secretos?!- no pude protestar por lo pedido de mi padre hacia Mattheo

-Claro- respondió rápidamente Mattheo

-Bien, solo tienes que hacer esto- mire a Mattheo de reojo y mi padre le dio una hija supongo que con instrucciones de lo que debía de hacer.

-Sabes que tienes que ser cauteloso y siempre negar tus actos.

-Entendido.

Esto era una locura era tan obvio que nosotros abríamos la cámara de los secretos y que tal si no existe más si cuando el padre de Mattheo volvió y desapareció a la vez la hayan destruido o cerrado para siempre, era una misión suicida y por lo que veo nadie de nosotros quiere morir y mucho menos a manos de una maestra o del ministerio

-Es demasiado arriesgado- trato de protestar contra los deseos suicidas de mi padre para Mattheo

-Que ustedes estén aquí es lo arriesgado- Recalcó mi padre

-Pero esto es lago más, si El padre de Mattheo era descendiente de Salazar Slytherin es tan obvio que sabran que el igual lo es- me apoyo Allie

-Solo obedezcan y sobre los mortifagos encarcelados ya estoy planeando todo, tal vez en unas semanas todos estarán fuera de ahí.

Sus órdenes son misiones suicidas.

Obedezcan, mi padre quiere matarnos acabamos de llegar y ya habrá muertes no me sorprenden.

Que Merlin nos ampare......