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Se lo notaba nervioso, el ligero movimiento de su mano sobre la mesa, la que ocupaba para tomar agua en cada momento, lo delataba. Sentía su garganta seca, como si las palabras que querían salir se sacaran en ella. Intentó controlarlo, pero el repentino cambio en su aroma se hizo notable, llamando la atención de toda su familia.

— Cachorro, ¿Qué sucede? —preguntó su padre alfa, liberando ligeras feromonas para calmar su nerviosismo. Dentro de sí mismo lo agradeció.

— Bueno, tengo que contarles algo —dijo de manera tímida, volviendo a tomar agua para pasar sus nervios. Era el segundo vaso que vaciaba y sin si quiera haber probado del todo su comida.

— Vas a mearte encima si sigues tomando agua —bromeó su hermana mayor, Lia haciendo reír a todos, incluso a Sunoo.

— ¿Y? ¿Qué sucede? —preguntó ahora su padre omega, estirando su brazo para darle de comer lo que no había probado.

— Uhm... —emitió mientras masticaba, una vez terminó, volvió a hablar—. Pero primero prometan no alterarse —pidió mirándolos, esperando en silencio a que respondieran. Suspiró cuando su familia imitó su silencio, sabiendo que ninguno prometería nada que no estaban seguros de hacer, lema de la familia.

El omega estaba nervioso y con algo de miedo por lo que diría. Siendo el hermano menor y además, el único omega después de su padre, siempre era protegido de sobre manera, incluso luego de haber sido criado entre alfas. Lo trataban con mucho amor y ternura, le gustaba. Pero la familia Kim era celosa y mezquina cuando de su hermanito e hijo menor se trataba, no dejaban que ningún alfa o beta se acercara de más a este. Incluso aún desconfiaban de sus dos amigos alfas, a los que conocían desde hace tiempo. El bonito trato que tenían con él, le aterraba en esos momentos.

— Bueno, entonces lo diré... —soltó en un suspiro antes de proseguir—. A inicios del año pasado conocí a un chi...

— ¿Alfa? —preguntaron todos en la mesa, interrumpiendo al menor.

— Sí —afirmó—. Al principio me caía mal, pero cuando hablamos, comenzó a caerme bien. Él es muy dulce y atento... —la tos de su hermano Beomgyu le impidió poder continuar.

— ¡Sé a dónde va esto! —exclamó Beomgyu, con su rostro rojo, luego de calmar su tos.

— ¡Cállate y deja que el bebé siga! —regañó su padre omega al alfa—. Prosigue, cachorro.

— Gracias, papá —agradeció Sunoo antes de continuar—. Como dije, es amable y atento, me cuida mucho. Siempre me da su postrecito y me compra bolsitas de caramelos, y-y...

— Ya entendimos Sunie, él te gusta ¿no? —fue Yeji quién lo interrumpió esta vez. El menor asintió repetidas veces con su cabeza, sintiéndose avergonzado al confesar. Todos sonrieron con ternura—. Aw, cosita linda, ¿todo eso para decirnos que te gusta un alfa?

— No es eso lo que realmente querías decirle —se permitió continuar—. Dijo que también le gusto —los 9 pares de ojos se posaron sobre sorprendidos—. Y que le gustaría poder cortejarme —esas palabras fueron la cereza sobre el pastel.

— ¡Sobre mi cadáver! —gritaron todos, a excepción de su padre, quién cubría su rostro exasperado cuando la familia se alteró. Sunoo se asustó tanto que casi cae de su silla.

El comedor se lleno de gritos y exageraciones, el omega menor los miraba asustado mientras los oía planear como asesinarían al alfa que «quiere llevarse al bebé» y encerrarlo a él en un internado para omegas.

— ¡Ya cálmense, por favor! —Seokjin alzó la voz, todos los alfas hicieron caso y se sentaron, más ninguno parecía calmado. Mucho menos el alfa mayor, quien era el más alterado.

— ¡Seokjin! ¿No ves la gravedad del asunto? ¡Quieren cortejar a nuestro bebé! —exclamó Namjoon, totalmente en pánico.

Bueno, quizás Sunoo no había utilizado las palabras correctas. En otros tiempos, quizás los de su Padre Alfa, cuando un alfa quería cortejar a un omega, siempre terminaría en apareamiento, marca y cachorro. ¡Sunghoon no quería marcarlo y preñarlo! Las personas ahora le daban otra definición a la palabra. Cuando hablaban de cortejar, no lo hacían de ninguna marca y de ningún cachorro. Hablaban de atraer a la otra persona con el fin de enamorarla y establecer una relación amorosa, cuando el alfa utilizaba la palabra «cortejo» era porque de verdad estaba interesado en el omega.

Obviamente, no eran sólo los alfas quienes cortejaban a los omegas o betas, estos también podrían cortejar al alfa, aunque Sunoo era demasiado vergonzoso para ello, así que estaba feliz que Sunghoon fuera el que decidió cortejarlo. Él haría que el cortejo del alfa funcione.

— ¡Y qué lo hagan, Namjoon! Está en la edad de poder ser cortejado ¿te recuerdo a qué edad tú querías cortejarme? —preguntó desafiante, el alfa negó con su cabeza repetidamente—. Eso creí —se burló de su alfa—. Ahora continuemos hablando civilizadamente, no somos una manada de locos —sí lo eran, pero locos en la buena manera.

— Por cortejo no me refiero a lo que tú piensas —volvió a hablar cuando se le fue permitido—. La palabra ya no sólo significa eso, sí sabes ¿no? —la pregunta hizo que su padre alfa rodara los ojos. Claro que sabía, pero tampoco quería aceptar aquello—. Él quiere ser mi novio ¡y realmente está interesado en mi! ¿No es genial? —exclamó con emoción.

_ No, claro que no lo es —dijo Yuna, mirándolo con el ceño fruncido—. No sabemos quién es ese alfa y qué tan "genial" es contigo. No debe ser bueno...

— Yuna, por favor —habló Seokjin interrumpiéndola—. Tienes razón, no sabemos quién es y qué intenciones tiene, pero esas no son razones para tratar así a tu hermano. Él realmente está emocionado por ese alfa ¿y ustedes le harán dudar del amor que este le tiene? Pobre mi cachorro, él sólo quiere sentirse amado y ustedes lo hacen sentir mal. Deberían sentirse pésimos.

Entonces padre e hijo omegas comenzaron con una linda actuación que sabían que derretiría los corazones de los alfas. Siempre utilizaban aquella táctica cuando querían algo a favor de ambos, hablaban como si los alfas hubieran hecho algo que los hirió, para que estos se sintieran culpables y le dieran lo que querían. ¿Un juego sucio? efectivamente, pero funcionaba. Aunque el único que no siempre caía era Namjoon, conocía ese truco y se lamentaba haber dejado que su omega se lo enseñara a su cachorro.

Sunoo se acurrucaba sobre el pecho se su padre omega, gimiendo con dolor como si sollozara por la desilusión que habían causado en él. Aunque esta hubiera sido verdadera, nunca sería motivo de sollozo, pues sabía perfectamente que el alfa estaba interesado en él y era lo único que importara. Pero a eso ninguno de los bobos alfas lo sabían, así que se aprovecharía.

_ Está bien, está bien, terminen su actuación —pidió Namjoon cuando notó a sus hijos mayores casi temblar por la escena, vaya tontos, ¿de verdad se creían aquello? Aún con sus palabras, los omegas continuaron abrazados. No, no terminarían hasta no oír lo que querían.

— Entonces, él te gusta, le gustas y planea cortejarte ¿cierto? —habló Lia, regresando al tema principal—. ¿Estás bien con ello? —preguntó, a lo que Sunoo asintió con su cabeza, aún sobre el pecho de Seokjin—. Eso es todo lo que necesitamos saber.

— ¿Y cuándo planeas traer a Sunghoon a casa, Sunoo? —preguntó su hermana alfa, Chaeryeong. Se miraba inocente pero Tae pudo notar un destello perverso en sus ojos, bastarda.

— ¡¿Sunghoon?! —exclamaron todos. Más alterada se vio Yuna, quién conocía de al alfa. Joder, joder, si era ese Sunghoon, no habría nada que hacer en su contra. Ese maldito era perfecto.

— ¡Kim Chaeryeong! ¿Tu sabías de la existencia de ese asaltacunas y nunca lo dijiste? —preguntó el alfa mayor, perdiendo su paciencia nuevamente.

— ¡Por favor, basta! —el que ahora perdió su paciencia fue Sunoo—. No es ningún asalta cunas —pronunció ofendido—. ¡Si no lo dijo es porque yo se lo pedí! Ese alfa se llama Park Sunghoon, tiene 18 años y va a cortejarme les guste o no —sentenció finalmente, marchándose enfadado hacia su habitación.

— Genial, manada de idiotas. Enojaron al bebé —dijo Jeongin, recibiendo un golpe en la nuca por su padre.  El alfa mayor se negaba a aceptar que fuera cierto.

¡Se quiere llevar al bebé! [Sungsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora