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Estaba sentado en la puerta de su casa, esperando a que su padre terminara de alistarse para así poder marcharse hacia su tan esperada cita con el alfa. Se encontraba un tanto nervioso ante esto, seria la primer cita oficial como lobos que se encontraban en cortejo. Aquello hacía que se sintiera un poco más íntimo, más serio. Y a Sunoo le aterraba la idea de hacer algo mal y dejar de gustarle a Sunghoon.

Se sobresaltó cuando la puerta fue abierta y casi cayó para atrás. Creyó que seria su padre, pero para su sorpresa era su hermano mayor Jeongin, que se hizo espacio a su lado y se sentó junto a él. Como siempre solía hacer cuando estaba a su lado, Sunoo apoyó su cabeza en su hombro mimosamente.

— Estás nervioso ¿cierto? —preguntó y el menor soltó un suspiro como afirmación—. Se siente en tu aroma, peque. Dime, ¿a qué se debe tus nervios?

— Uhm, es mi primer cita oficial con Sunghoon —comenzó. Quizás con el resto de sus hermanos no hablaría sobre sus sentimientos por vergüenza, pero Jeongin le transmitía una confianza diferente y se sentía cómodo haciéndolo—. Y siento que es un poco más íntimo, ahora hay un cortejo de por medio y me siento nervioso. ¿Si hago algo mal? ¿Y si dejo de gustarle? Puede parecer tonto, pero estoy preocupado. Él me gusta mucho, hyung.

— Sun, cachorro. No tienes porqué preocuparte, si él decidió cortejarte es porque le gustas tal cuál eres ¿por qué deberías de estar nervioso? Estoy seguro de que cada cosita que hagas, va a gustarle más, porque eres tú y todo en ti es lindo ¿si? —con cariño, el alfa acarició la cabeza de su hermano—. Si dejas de gustarle, él será el idiota que se pierda a una belleza como tú.

Sunoo sonrió encantado hacia su hermano, abrazándolo mimosamente y dejando que este lo abrazara también. Aunque se alejó cuando notó como el alfa soltaba feromonas con las intenciones de marcarlo con su aroma.

— ¡Hey! No hagas eso —chilló, recibiendo risas por parte de Jeongin—. Ah, debí leer tus macabras intenciones, ¡eres terrible! —se quejaba, desesperándose por sólo recibir carcajadas.

Y como la primera vez, acompañado por su hermano, Sunoo se exaltó cuando la puerta se abrió de golpe y a diferencia de la anterior, esta vez sí cayeron de espalda al suelo. El omega mayor del hogar los miraba desde arriba, con una sonrisa burlona decorando su perfecto rostro. Una carcajada también fue escuchada, pero esta provenía de la alfa que bajaba las escaleras.

— Levántense ya, bobos —habló Seokjin cuando sus hijos ni siquiera intentaron hacerlo—. Sunoo-ah, ¿ya estás listo? —el pequeño asintió—. Perfecto, entonces vayamos.

Y cuando se paró dispuesto a irse, los fuertes brazos de su padre alfa lo rodearon. Suspiró pesadamente al saber lo que se vendría.

— ¡Mi cachorro está tan grande! —sollozó falsamente, pegando a su hijo a su cuerpo—. No puedo creer que ya estés yendo a tu primer cita, cuando hace a apenas 7 días —años, quiso decir— estabas limpiándote mal el trasero —soltó con fingida melancolía.

Los lamentos de Namjoon continuaron y Sunoo no pudo hacer más que esperar a que todo el show terminara. Vaya, y los pegados a los hijos eran los omegas. Muy al contrario de Namjoon, Seokjin esperaba ansiosamente el día en que sus cachorros dejen el nido y poder tener tiempo a solas para él. La alfa siguió hasta el punto de empezar a soltar feromonas sobre su cachorro, quien mirando a su padre pedía ayuda.

— Bueno, ya, ya —interrumpió entre risas el omega mayor—. Se nos hará tarde —empujó al alfa.

— De acuerdo, recuerden tener cuidado, ambos —los dos omegas sabían todo aquello, pero asintieron a las palabras del alfa—. Si algo sucede, no duden en utilizar el lazo para llamarme, se lo digo a los dos —señaló a ambos con su dedo.

— Sí, lo haré, tenlo por seguro —afirmó Sunoo.

— Así me gusta —Namjoon acarició los cabellos de su hijo—. Ya, dejen de perder tiempo y anden que un asalta cunas los espera.

— ¡No es un asalta cunas! —chilló el castañito.

Estuvo dispuesto a empezar a discutir con su madre, iba a hacerlo sin dudar pero su padre interrumpió su berrinche con empujones.

— Ya, deja de pelear, bebé llorón y vayamos ¡dije que llegamos tarde! —uno arrastrando a su hijo de la mano, los únicos omegas del hogar partieron hacia el parque para la dichosa cita.

Una vez Nam los perdió de vista, soltó un silbido que logró tener a tus 7 hijos detrás de el. Los alfas miraron a su padre esperando instrucciones como si aún fueran cachorros, esta sonrió con gracia y ternura, pero su semblante cambió a uno serio en cuestión de segundos.

— ¡Una fila del mayor al menor! —ordenó y como si fueran militares, los alfas se formaron con el mayor mandó—. Finalmente, la primer cita del cachorro de la casa ha llegado. Nos hemos preparado para este momento desde que se presentó como omega, así que espero que tengan aprendido cada uno de los detalles de todos estos años y de lo aprendido ayer. ¿Puedo contar con ello?

— ¡Sí, señor!

— Perfecto —una sonrisa decoró los labios del alfa mayor—. Entonces, ¡marchen! Tenemos una cita y a un alfa que vigilar.

¡Se quiere llevar al bebé! [Sungsun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora