Love me harder

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Los labios de Taehyung se deslizaron por el blanco cuello ajeno, dejando besos húmedos a su paso; el sonido de los gemidos suaves escapando de entre los labios del menor. La sensación de estar probando algo prohibido pero al mismo tiempo disfrutarlo era como una droga para Jungkook, quien se deleitaba cada vez que lo probaba.

Las manos inquietas bajaron hasta la camisa del mayor, quitándola y lanzándola por cualquier lado de la habitación; admirando su pecho desnudo. Sus anatomías se separaron un poco y los ojos del azabache estaban fijos en los del rubio, esos ojos llenos de lujuria, sin inocencia alguna; un ángel caído del cielo intentando hacer pecar a un simple mortal.

—Luces como un ángel. —comentó Taehyung mientras deslizaba la prenda superior del cuerpo de su bebé, ¿eso estaba bien?

Cuando sintió cómo el de cabellos oscuros volvía a unir sus labios, ignoró todo lo demás. Qué importaba la moral en esos momentos, tenía a un paraíso ardiente encima suyo. No habría que desaprovechar la oportunidad.

Sus labios emitieron un chasquido al separarse, y sus cuerpos, tuvieron que hacerlo al querer retirar las últimas prendas quedando solo en ropa interior; moviendo sus caderas en un exquisito roce que los ponía a jadear y a gemir.

Jeon Jungkook era como un neón fosforescente, abierto como un regalo de navidad. Tan susceptible al tacto de alguien más. Sus dedos temblaban ansiosos cada vez que rozaban la piel ajena. Pronto invirtieron posiciones quedando el rubio encima del más joven, mejor dicho, acomodado entre sus piernas. Nuevamente las caricias regresaron a escena, y los labios del menor se abrieron dejando salir la melodía del placer más preciosa: gemidos.

—Te quiero, Jungkookie —Taehyung besó su cuello, clavículas, pecho y vientre pronunciando estas únicas palabras—. Te quiero mucho. 

Algo dentro de ambos dolió, pero ninguno dijo nada porque el momento se sentía demasiado bien. Cuando por fin el acto dio inicio como tal, ambos se sentían inseguros, pero cuando los movimientos de cadera comenzaron todo eso se perdió.

Era real. Estaba pasando, Jeon Jungkook estaba gimiendo mientras entrelazaba sus dedos con los de Kim Taehyung, ambos amándose fuerte como tanto querían. Pintando las líneas de sus cuerpos, recorriendo sus pieles, con sus dedos como pinceles y gemidos como inspiración.

Era duro pero a la vez contenía un profundo sentimiento, tanto como los dos querían; el sudor haciendo que sus cuerpos resbalen, sus ojos encontrándose en medio de la luz del atardecer que empezaba a colarse por la ventana. 

Diciéndose tantas cosas con tan solo una simple mirada. Porque eso era lo que necesitaba Jungkook, amor, amor fuerte tal como él quería. La manera en la que Taehyung sostenía su cuerpo mientras lo poseía era tan única, lo hacía sentir que flotaba en las nubes.

—Si quieres tenerme... —jadeó, su cuerpo sacudiéndose por las bruscas embestidas— tienes que amarme fuerte.

Y la noche fue solo de ellos dos.

De ellos dos y el nacimiento de un amor, lleno de sensualidad y a la vez dulzura.









DIRTY DIRTY. ➸yoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora