-No hace falta que me lleves hasta tu departamento, puedes dejarme en el mío-dije intentado que no me llevase a su departamento
-No voy a llevarte a un sitio donde no dispongo de información y personal para poder protegerte-
-No necesito que me protejas-
-Eso no es lo que parecía cuando permitías que aquel hombre te propinase una paliza-
Me sentí totalmente herida por ese comentario.
-No le permitía nada-dije
-No te defendiste-
-¿Qué no me defendí?-grité totalmente enfadada-Eres un completo idiota, no tienes ni puta idea de lo que es capaz esa persona. Está completamente obsesionado conmigo y por si no te das cuenta aquel hombre me dobla en fuerza entonces tampoco era muy fácil deshacerme de él-
-¿Ese es James?-preguntó
-Ese es el jodido James, el motivo de todos mis problemas y todos mis miedos-
No tuvo tiempo de responder porque llegamos a su departamento. Al final se había salido con la suya. Entramos por el parking de aquel enorme edificio y me di cuenta que esta era una casa completamente diferente a la anterior donde había sido secuestrada la última vez. Este es un departamento pero la otra era totalmente una casa familiar.
-Baja-
No me di cuenta de que estaba esperando con la puerta abierta del coche. Había estado completamente distraída con mis pensamientos. Me bajé del coche y sentí como todo mi cuerpo me dolía como el infierno. No quería ni imaginar como debía tener la cara y como debía verme ante el resto.
Caminé a su lado y entramos a un pequeño vestíbulo donde había dos ascensores. Entramos solo los dos y los guardaespaldas se quedaron ahí. Estábamos dentro sin decir nada, completamente en silencio con un incómodo silencio.
-Gracias por ayudarme-
Ni siquiera me miró y se mantuvo en silencio hasta que llegamos al último piso de aquel edificio dando la entrada a un departamento de lo más grande y lujoso.
-Madre mía-dije totalmente sorprendida
-Señor-
Apareció una señora un tanto mayor, vestida como si fuera la señora que cuidaba la casa y la limpiaba.
-Limpia las heridas de Cassandra y asegúrate que no tenga nada roto-
No dijo nada más y se fue, dejándome sola en aquella entrada con esa señora de la que no conocía nada.
-Acompáñeme señorita-dijo amablemente aquella señora
No dije nada y la acompañé a donde sea que me iba a llevar. Que resultó ser un cuarto que había sido convertido en una pequeña consulta médica en un departamento. Estaba totalmente extrañada por ver algo así en un departamento.
-Necesito que se quite la ropa para poder examinar y ver que no tenga nada roto-
-Claro-dije viendo la ropa que tenía, estaba un poco rota y llena de tierra de lo que había caído al suelo cuando había sido golpeada por James. Me quité la ropa y me quedé solo en ropa interior. Estaba un poco avergonzada e intente tapar mi cuerpo con mis manos pero ella no me dejó. Y cuando pensé que no podía pasar más vergüenza la puerta se abrió entrando Alexander con lo que parecía ropa a la habitación.
-No me veas-dije tapándome con las manos
-Señorita necesito que se descubra para poder examinarla-
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Cassandra
Teen FictionLas apariencias engañan y lo descubrirás a lo largo de esta historia donde verás donde no todo es lo que parece.