Capítulo 8

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Antes de empezar este capitulo me gustaría advertir que va a contener insultos y contenido adulto. Si lo lees es bajo tu responsabilidad. Espero que les guste este capitulo :)

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Hacía mucho calor, como si estuviese al lado de una estufa muy caliente. Sentía como si estuviera dando un paseo por el sol. Bueno tampoco era tan exagerado pero sí que estaba sintiendo mucho calor. Y cuando abrí los ojos para ver qué era lo que me daba tanto calor no pude evitar reírme. Era completamente ridícula la escena que tenía ante mis ojos. Alexander estaba abrazado a mi como si fuese yo su almohada y no llevaba nada más que su bóxer. ¿En qué momento se había quitado la ropa? No puedo sonreír al verle y sentí como si mi corazón no pudiese dejar de ir rápido.

-Buenos días-susurró mientras abría los ojos y como no quería que pensase que le estaba observando como una acosadora no se me ocurrió nada mejor que hacerme la dormida

Me mantuve estática un rato y cuando no escuche ningún tipo de ruido o movimiento abrí un ojo para ver si seguía dormido. Pero para mi mala suerte estaba despierto mirándome con una sonrisa en sus labios.

-Sabía que no estabas dormida-dijo riendo

Me puse roja al instante de la vergüenza y me tape la cara con mis manos.

-Eres adorable-dijo

Rápidamente quité mis manos para verle y no pude evitar sonreír ante su comentario. Creo que lo había dicho sin querer porque ahora estaba un poco sonrojado. Él sí que estaba siendo adorable.

-Gracias-

No dijo nada, se separó de mi cuerpo y se levantó de la cama para meterse al cuarto de baño.

Seguía sin poder procesar todo lo que me estaba pasando en la vida. Era como si fuese un sueño creado por mi cabeza pero al mismo tiempo se sentía tan real que asustaba.

-Venga levanta que hay que desayunar-dijo Alexander mientras se volvía a poner su ropa

Debería preguntarle cómo es que acabo sin ella cuando al dormir si la tenía puesta. Le vi salir de la habitación y me metí en el baño. Me desvestí y me metí en la ducha teniendo cuidado de mi brazo herida y es ahí cuando caí en cuenta de que no era mi casa. Mierda había olvidado por un momento que no tenía ropa que ponerme.

Así que una vez me había duchado, lavé mis dientes y salí envuelta en la toalla. Tuve pánico de encontrarlo en la habitación pero para mi suerte no había nadie así que abrí con rapidez el armario de Alexander y busqué entre toda su ropa. Todo eran trajes caros y alguna que otra cosa deportiva. Mierda no había nada que pudiese usar así que por última opción le cogí una camisa. Pero necesitaba algo más. No tenía más ropa interior que ponerme así que le cogí unos calzoncillos. Tenía una pinta horrible pero es que no tenía más opción que esa o salir en toalla y esa sí que no era una opción viable.

Así que con todo el valor que pude reunir salí de la habitación con esas pintas. Baje hasta la cocina que es donde se escuchaba ruido. Y me llevé una gran sorpresa cuando encontré a Alexander con otra chica.

Me quise ir sin hacer ningún tipo de ruido pero no me salió bien ya que los dos se habían girado a verme. Él no expresaba ningún tipo de emoción en la cara y ella parecía totalmente cabreada.

-¿Quien es esta puta?-

Ouch, eso me había pillado por sorpresa.

-Sarah, será mejor que te vayas-

CassandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora