Capítulo 6

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Me dolía mucho el brazo. Me dolía mucho la cabeza. Sentía que el dolor me iba a matar.

Abrí lentamente los ojos. Mierda, no había podido acabar con mi vida. Intenté mover los brazos pero uno de ellos me dolía como el infierno y el otro estaba atado a la cama. ¿Pero qué mierda?

Estaba en un hospital de eso estaba completamente segura pero la habitación parecía ser una habitación de lujo.

Era completamente enorme y tenía un montón de cosas que una habitación normal no tendría.

-Señorita Halpert-dijo lo que parecía un doctor entrando a la habitación

-¿Que hago aqui?-

-Su esposo la trajo, tuvo mucha suerte de traerla a tiempo porque había perdido mucha sangre-

-¿Mi esposo?-pregunte confundida

-Le cosimos la herida aunque le quedará una cicatriz parecida a la que ya tenía-

-Yo no quería nada de esto-

-Señorita Halpert, ha sobrevivido a dos intentos de suicidio bastante graves, su esposo ha estado todos estos días a su lado. No solo debería pensar en usted, debería pensar también en la gente que le rodea. Puede que esté pasando por una mala racha y esperemos ayudarle con nuestro psicólogo-

-Nadie va ayudar con esto, ya estoy yo aquí-dijo de forma seria Alexander

Me daba vergüenza tener que verle a la cara así que en cuanto escuche su voz agache la cabeza.

-Señor entiendo que quiera ayudar a su esposa pero lo mejor es dejarla en manos de profesionales-

-No me toque los cojones doctor-

Mierda, se le escuchaba totalmente enfadado.

-No voy a permitir que me hable de esa forma-

-Karla-

Unos instantes después Karla entró y se llevó de muy malas formas al pobre médico.

-Vístete, nos vamos-dijo de forma seca mientras salía de la habitación dejándome sola

Me quede totalmente paralizada por un momento pero al instante quise vestirme pero tenía la mano atada y la otra no podía moverla. No me quedo de otra que tener que llamarle.

-Alexander-grite lo suficientemente alto para que me escuchara

Hubo unos momentos de silencio y de verdad pensé que no iba a entrar pero al cabo de unos minutos entró.

-Necesito tu ayuda-

Le vi caminar hasta mí y desatar mi mano.

-Estúpido doctor-dijo mientras se daba la vuelta para irse

-No te vayas, necesito tu ayuda para vestirme. Con una mano no puedo-

No dijo nada y empezó a quitarme la bata del hospital. Tenía bastante vergüenza de que me viera tan de cerca y con tan poca ropa. Agache la cabeza evitando de todas formas posibles verle la cara. Estaba totalmente avergonzada y no sabía lo que le pasaba ahora mismo por la cabeza a Alexander. Acababa de ver lo jodido que estaba y aunque no lo quería admitir en alto, me sentí mal porque él viera lo rota que estaba.

-Levántate-dijo de forma brusca

Me levanté sin querer verle a la cara. Y mi armadura, la cual me protegía de llorar se rompió. Empecé a llorar. Empecé a llorar desconsoladamente sin miedo a que me viera, sin miedo a que pensase que estaba loca. Porque lo único que pensaba era en lo difícil que sería salir de esta. Ya no me sentía tan fuerte como cuando salía del hospital. Ya no me sentía segura con poder contra el mundo. Me sentía totalmente indefensa y me estaba rompiendo poco a poco. Y mientras seguía llorando a moco tendido ocurrió algo que ni se me había cruzado por la cabeza que podría pasar. Alexander me acerco a él y me abrazó. Al principio estaba un poco sorprendida pero acabé refugiándome en esos brazos. Alcé mis brazos para poder abrazarla y que no me soltase y aunque quedase como una loca, inspire sobre su camisa para poder oler su colonia. Esa mezcla de colonia con tabaco que lo caracterizaba.

Después de unos minutos sin movernos me separe de él.

-Lo siento-susurre aun con pequeños lloros entre medias

-¿Por qué te disculpas?-preguntó serio

-Nada de esto debería haber ocurrido. No tenías que haberme salvado-

-Tienes que estar de puta coña-dijo totalmente enfurecido

-No soy nadie en tu vida, no eres mi puto salvador. No te debo nada, no tendrías que haberme salvado-

-No iba a dejar que muriera-gritó

-¿Por qué?-

-¿Qué es lo que te hizo ese hombre para estar tan jodida?-preguntó furioso

-No es de tu incumbencia-

-Si lo es cuando intentas suicidarte en mi puto baño-gritó colerico

-Nadie te dijo que me llevaras a tu departamento-grite de vuelta

-Señor-escuche que nos interrumpieron a mi espalda

Nos giramos los dos a la vez para ver quien era y vimos a Karla.

-Lo están esperando-

-Lleva a Cassandra al departamento y vigila cada movimiento que haga. No la dejes sola en ningún momento-

-No iré a tu puto departamento-dije enfadada

-Ahora mismo mi paciencia cuelga de un hilo así que haz caso de una puta vez-dijo totalmente enfadado mirándome

Bufe molesta y pase por su lado chocando su hombro.

-Espero que no se te ocurra hacer nada-

-Gilipollas-dije mientras era seguida por Karla

Odiaba a este tío.

CassandraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora