Llevaba dos días encerrada en esta habitación. ¿Esto se podía contar como secuestro? Porque yo creo que sí contaba como secuestro. Solo podía salir para ir al baño y es que hasta ahí estaba vigilada. Siempre que entraba al baño, entraba conmigo alguna chica para comprobar que no hiciera nada y dado que no me dejaban sola me negaba a meterme en la ducha para que me vieran desnuda. Así que llevaba dos días sin ducharme, pero poco importaba si estaba sola en la habitación y las únicas personas que veía era a las personas que me traían comida y que vigilaban que no hiciera nada raro.
Lo único bueno de esto es que me daban libros que leer y en estos dos días había leído sin parar.
Pero que me diera libros no quitaba el hecho de que me tenían en contra de mi voluntad. Era como estar en el hospital pero mucho más controlada.
-Hoy viene el señor Alexander-escuche a los guardias hablar entre sí
Me acerqué lo más que pude a la puerta para escuchar mejor y poder enterarme de que decían.
-Va a venir con la loca de Sarah-
¿Sarah? ¿De que me sonaba ese nombre?
-Según tengo entendido, van a anunciar su compromiso-
¿Compromiso?
Mierda, ya recordaba quien era Sarah. Esa perra loca que se atrevió a llamarme puta. El muy hijo de puta estaba con ella y se iba a comprometer. Era un imbécil.
-¿Y qué hará con su nueva fulana?-decía uno de los guardias
-Seguramente la deje encerrada un tiempo más y la dejará tirada como a las demás-
-Sin duda la nueva es mucho más caliente que la loca de Sarah-
-Yo prefiero mil veces a Sarah, las locas son las que mejor se mueven en la cama-
-La nueva también esta loca y tiene un cuerpo de infarto-
-¿La nueva está loca?-
-Si, hace poco fue sacada del hospital psiquiátrico y según tengo entendido se intentó quitar la vida en la habitación del señor Alexander-
-Podríamos tirarnos a las dos haber quien se mueve mejor-
-Cuando se canse el señor podemos ir a por ellas, no seria la primera vez-dijo provocando la risa del otro
¿YO ERA ESA FULANA DE LA QUE HABLABAN?. ODIABA A LOS HOMBRES DE ESTA CASA.
Sin duda no iba a dejar que Alexander se saliera con la suya.
Pero debía idear un plan para humillarle y luego escaparme.
Escuché pasos y corrí hasta la cama.
-Abrir la puerta-escuche al otro lado
-No tienes permitido entrar-
-Soy la ama de llaves de esta casa y la que crió al señorito Alexander, tengo derecho a hacer lo que quiera en esta casa así que abre la puerta de esta habitación-
Era Alina. Pensé que nunca más la vería o escucharía su voz.
Escuché cómo quitaban el cerrojo de la puerta y Alina entraba mirándome apenada.
-Lo siento mucho señorita, no sabía de su encierro hasta hace unas horas-
No le respondí y la seguí mirando.
-Lo lamento mucho, debe de haberlo pasado tan mal, aquí encerrada, sola sin poder hablar con nadie y luchando con sus propios pensamientos-
En eso Alina no se equivocaba, estar sola te daba la oportunidad de pensar y hablar contigo misma.
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Cassandra
Teen FictionLas apariencias engañan y lo descubrirás a lo largo de esta historia donde verás donde no todo es lo que parece.