Distintos, pero ¿iguales? [PI #2] ✔️

C-I-N-C-O

La semana avanzó sin eventos extraordinarios, iba y venía en mis clases. Si las compartía con Kayla preferí mantener un bajo perfil y llamar lo menos su atención. Hice todo lo que pude para evitarla, pero supongo que no puedes hacer una misma cosa para toda la vida, tarde o temprano tienes que detenerte.

Hoy es jueves por la tarde, el primer entrenamiento del club deportivo femenino. Animé a las chicas para que invitaran a otras a unirse y poder formar más equipos para las competiciones y de todas las posibles reclutas, no estaba preparada para ver a Kayla aquí.

—¿Lista? —me pregunta Maia, quien es mi co-coordinadora.

Aparto mi vista de Kayla y la regreso a Maia, le sonrío y asiento. Las chicas se encuentran sentadas en las gradas a la orilla de la pista, todas vistiendo de deportivo, ya sea en licras o con shorts, camisas con mangas cortas o largas y algunas de tirantes. Cabellos recogidos en trenzas, colas altas, bajas, moños. Chicas que no pertenecen a un mismo círculo de amigos, pero que se están dando la oportunidad de convivir gracias al deporte.

Maia da unos aplausos a mi lado para llamar la atención de todas mientras pongo una mano por encima de mis cejas, pues estamos al lado contrario del sol. El grupo hace silencio y todos los pares de ojos quedan en nosotras, trago saliva con un poco de dificultad. Para mí todo está perfecto hasta que tengo que hablar en público.

—Bueno, primero que nada, bienvenidas a nuestro club deportivo —empiezo a hablar lo más fuerte que puedo—. En verdad es un alivio ver a más chicas interesadas en participar en los deportes. Por si no lo saben, este club se creó a penas el año pasado y es un orgullo que poco a poco vaya creciendo.

—Ahora —toma la palabra Maia—, vamos a dejar ciertos puntos claros. Aquí no están obligadas a participar de las competencias, el club es para incentivar los deportes entre las chicas, sin embargo, entre más haya es más probable que entren a un campeonato.

Asiento mientras ella habla antes de agregar—: De igual forma, las subdivisiones de este club, es decir, los deportes que vayan a haber, dependerán de la cantidad de chicas que se inscriban a estos. De ahí, se sacan los horarios para cada uno y los que son para competir tienen un poco más de importancia.

Las chicas nos escuchan con mucha atención, las veo asentir con la cabeza o ladear la misma, en varias ocasiones. Explicamos varias cosas sobre el club, los deportes y demás. Cuando terminamos, les pasamos unas listas a las chicas para que escriban su nombre, deporte y si quieren competir o no.

—La que vaya terminando puede empezar a estirar en la pista —anuncio.

Una por una, las chicas se reúnen en la pista y la lista se llena, me alegra ver varios nombres para competencia tanto en fútbol como para atletismo, pues son mis favoritos, de igual forma, haciendo cálculos, creería que pueden salir pequeños grupos para basquetbol y vóley. Maia empieza a dirigir el calentamiento mientras yo espero por las últimas chicas y resulta, pasa y acontece que Kayla es la última.

—Tal vez si me equivoqué —dice con una sonrisa que puedo notar que es más falsa que las pestañas postizas de una modelo. Me entrega la última lista, viéndome insignificante—. Puede ser que cambiaras, que regresaras a los deportes, pero aún creo que eres la chica débil de hace años. No importa que tengas nuevas medallas o a uno de los mejores deportistas como novio.

Tomo la lista sin apartar mi vista de ella, quiero demostrar que no soy la misma de antes. Inclino la cabeza en dirección al grupo para que se una a ellas, Kayla ríe por lo bajo en una burla y no sé si me voy a derrumbar o derrumbarla a ella. Sin embargo, para demostrar que soy mejor que su persona debo actuar lo menos parecido a ella. Guardo las listas, no sin antes tomarle unas fotos por seguridad. Me uno al resto de las chicas y empezamos el entrenamiento, mostrándole a Kayla que después de todo, me convertí en una líder, algo que ella siempre quiso de pequeñas y nunca logró alcanzar.