D-O-C-E

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Como la cobarde que soy, salí corriendo. Literalmente me salta la acera y corrí hasta estar dentro del auto de Logan, quien me dio una mirada extraña, pero no notó la razón del por qué estaba más extraña que de costumbre.

—Si vino a buscarte hasta la escuela, lo más seguro es que lo vuelva a hacer —comenta Sebas enfrente mío, encogiéndose de hombros.

Curvo mis labios hacia abajo, haciendo un puchero y soportando unas ganas falsas de llorar.

—No quiero más drama en mi vida —me quejo, viendo hacia mi comida en el plato. El almuerzo no ha estado tan placentero como otros días—. Creí que el último año sería el mejor de todos, que viviría grandes experiencias, no dramas del pasado. Las ilusiones que me cree se están yendo para bajo y explotando en mi cara.

Llevo un pedazo de mi pollito a la boca, no tiene el mejor sabor, pero es lo que hay y tengo hambre.

—Ay, no seas exagerada —recrimina Becca, bajando su vaso con refresco—. Ten ovarios de enfrentar a esa psicópata de una vez por todas. No puedes permitir que joda tu relación con tu hermano. Menos con tu novio.

Chasqueo la lengua ante tal mención. Los tres volteamos a ver a la mesa del centro, la de los populares, justo donde están Jace y Logan..., y claro, la estúpida de Kayla también. Esta se halla sentada en medio de los dos, se supone que su interés es en mi tarúpido hermano, pero sus ojos siempre terminan en mi chico. Al menos, me hace sentir más segura el hecho de que Logan la ignora y solo se ríe de lo que sus amigos comentan, conociéndolos, han de ser chistes malísimos.

—Me encanta ver como la ignora —comenta Becca, llevando un pedazo de tomate a su boca, sonriendo ladina.

En efecto, Kayla le dice algo a Logan, pero este cambia a un semblante más serio, no completamente, pues eso es algo difícil en él, solo si está furioso. Después de unos minutos, Logan nos atrapa viéndolo; mis amigos apartan la mirada, pero yo me quedo embobada viendo en su dirección. Me sonríe y yo le regreso el acto, todo bajo la mirada de Kayla, quien termina fingiendo una sonrisa y se gira en dirección de Jace. Aparto mi vista y sigo con mi almuerzo.

—¿Cuál es tu última clase? —pregunta Sebs cuándo estamos saliendo de la cafetería.

Acomodo el largo de mi camisa y cuando estoy a punto de responder, en el pasillo pasan las animadoras, anunciando el partido de esta noche. El inicio del campeonato de fútbol masculino.

—¡Arriba Monroe! —exclaman de aquí allá, moviendo sus pompones por todos lados.

Una vez más, una de ellas los revuelve en mi cara justo en el momento que quería hablar, dejando unas tiras de esos papeles en mi boca.

Puaj —reclamo, sacando el resto de material de mi boca—. Nunca me podré acostumbrar a ellas.

Tanto Becca como Sebas se ríen de mí, pues ellos siempre se apartan a tiempo para evitar lo que a mí me suele pasar. Es increíble, pero a veces sí puedo llegar a ser algo lenta.

Tristemente, de nuestras últimas dos horas, solo comparto una con cada uno. Así que me voy con Sebs a Lenguaje mientras Becca va a Mate, pero la reconforto recordándole que tenemos Biología a la última. Al llegar, me siento al lado de mi mejor amigo y saco mis útiles, lista para la clase de hoy. A los minutos entra Logan seguido de algunos chicos del equipo de fútbol y detrás, Kayla. Blanqueo los ojos en disgusto de su presencia. Ignoro todos sus movimientos mientras cada quien busca su asiento y en eso entra el señor Clark, anunciando el inicio se su clase.

Clark anuncia un nuevo proyecto en parejas sobre la literatura del siglo diecinueve, las cuales será él quien las cree. Me parecía todo muy bien hasta que dijo lo último, pues con mi suerte, si llego a ser la pareja de ella juro que me tiro de la ventana. Bueno, no para tanto, pero no prometería mantener mi paciencia.

Distintos, pero ¿iguales? [PI #2] ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora