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—Déjame ver tu alma...

Gabriel rió corto y divertido entre dientes y contestó: "No..."

Uriel y Osdi rieron divertidos de como resultó el fracaso número 444 de Soid. Aun así, mientras comía al lado de Uriel el otro pequeño interrogó:

—¿Por qué no nos dejas? Nosotros no te juzgaremos, Gabriel.

Gabriel lo sabía. Pero decidió guardar silencio

El otro niño también quiso escuchar una respuesta y lo llamó por su nombre.

—Hay cosas que no pueden perdonarse, males que hay que destruir antes de que destruyan cosas que amas y miedos que atacan— soltó y luego finalizó diciendo—... y atacas...

Uriel sonrió compasivo compartiendo lo que Gabriel había respondido y los niños se miraron, luego Soid miró a Gabriel. Ni a través de los ojos Soid pudo encontrar una brecha, Gabriel era impenetrable...

—Te pareces mucho aél...

—Te pareces mucho aél

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Entre Ojitos Lilas y Celestes (Creación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora