Uriel y Gabriel se miraron inseguros y Uriel respondió que venían del sur, solo estaban de paso y que a la primera hora del sol se marcharían.
Un hombre, parecía ser el líder entre la gentuza se acercó y les dijo:
—Disculpas de parte de la tribu de ****. Nos encontramos en la búsqueda del niño divino que hoy ha devuelto la salud a uno de mis hijos mientras jugaban— Osdi rió divertido agradado de recordar la buena obra que hizo hoy. Se hizo presente entre ellos una entidad más oscura cuya presencia hizo conexión con los niños. Osdi liberó una pequeña luz bajo la capa de Gabriel y luego Uriel se percató de que Soid hizo lo mismo—, expresaremos gratitud eterna por curarle, por tanto, si ven a una figura infantil por los alrededores, hacedle venid hasta a mi— dijo retirándose y la gente le siguió.
Al parecer ellos no lo notaron.
Luego de que todos estuviesen lo suficientemente alejados, Gabriel levantó la capa apresurado mirando a Osdi.
Osdi sonreía con sus ojos cerrados, Uriel le quitó la capa más sereno a Soid y cuando miró sus ojos se sobre exaltó.
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