Las actividades del prestigioso Club de Clásicos (Parte 4)

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Para un libro ser prestado y devuelto en el mismo día durante cinco semanas consecutivas por personas completamente diferentes, la posibilidad de una coincidencia no se puede descartar, pero yo no me iba a creer que todo era debido a algún dios de la Coincidencia. Además, Chitanda no habría aceptado eso como una explicación. Conseguir que ella aceptara las cosas era más importante que la verdad.

Así que tirar la teoría de que se trataba de una coincidencia era una obviedad. También quedó claro que el libro no fue tomado con el propósito de su lectura, ya que no habría tiempo para leerlo si es prestado en la hora del almuerzo y es devuelto después de clases. Si lo piensas bien, hubiera sido más lógico para uno llevarlo a casa para leerlo, o simplemente leer el libro en la biblioteca después de la escuela. Para este último caso, no habría habido ninguna necesidad de pedir prestado el libro de la biblioteca en absoluto. Así, este libro no fue prestado por su propósito original.

-Así que, si el libro no fue pedido para ser leído, entonces ¿qué es para lo que fue prestado?

Chitanda respondió

-Es pesado, así que probablemente se usa para comprimir verduras encurtidas.

Satoshi respondió

-¿Tal vez se usa como escudo o algo así?

Ibara respondió

-Es grueso, así que probablemente lo usen como almohada.

Nunca debía haberles preguntado, chicos.

Decidí cambiar el enfoque.

¿Por qué el libro es prestado cada semana por una persona diferente cada semana? Además de ser una coincidencia, que ya se descartó, hay dos puntos a considerar. Primero, las chicas no parecen tener nada en común, aunque es claro que se está usando en viernes por la tarde para algún tipo de ritual, y tomaron turnos para pedirlo prestado.

En cuando a qué ritual, ¿tal vez la adivinación? ¿Algo como Tu objeto de la suerte esta semana es Historia de la Escuela, si lo pides prestado cada viernes por la tarde y lo devuelves el mismo día, entonces conocerás al hombre de tus sueños?

Nah, suena demasiado tonto.

Eso deja el segundo tiempo, que las chicas tienen algo en común.

Al ver sus nombres, revela claramente que todas son chicas. Pero sólo eso no es suficiente para establecer un rasgo en común. Dentro de Kami-High, si cinco personas fueran elegidas al azar, habría una gran posibilidad de que todas ellas fueran chicas, pero ya era común para personas del mismo género reunirse en un entorno mixto de todos modos.

Su otra característica en común sería que todas son de segundo año, pero sus clases son diferentes.

¿Hmmm?

Ahora que lo pienso

-¿Qué es? ¿Has pensado en algo?

Pude haber pensado en algo, pero mis pensamientos fueron destrozados por la interrupción de Satoshi. Ahora ¿dónde estaba?

Como sea, voy a empezar desde donde mis pensamientos empezaron a conectarse

-Debe haber una señal o algo. Por ejemplo quizás estaban comunicándose secretamente entre sí, donde devolver el libro mirando hacia arriba significaba si y mirando hacia abajo significaba no.

-¿Qué se estaban comunicando?

-Es sólo un ejemplo. Cualquier cosa podía ser.

Chitanda comenzó a inclinar la cabeza y empezó a pensar. Sí, eso es, tú solo digiere todo esto poco a poco.

Aunque quien me refutó no fue Chitanda, era Ibara.

-Eso sería imposible, mira.

Ibara señaló la Caja de Devueltos. Había un montón de libros apilados en el interior. Ya veo, no había forma de saber si el libro había sido devuelto mirando hacia arriba o hacia abajo. La única persona que sabría de qué manera se devolvió el libro, sería quien abre la caja, y ese sería el bibliotecario de turno.

Maldito. Cualquier idea descuidada acabarían como presa fácil de Ibara para derribar. No podía pensar en nada. Puede ser que tengan una llave de repuesto para abrir la caja, pero no tengo forma de saberlo. Ahora bien, si hubiera una pista. Miré la tapa dura con el encuadernado bien decorado en las manos de Ibara, y me pregunté dónde podría encontrar cualquier declaración de renuncia en el libro.

Fue entonces cuando Chitanda de repente entró en mi visión. Ella estiró su cuerpo sobre el mostrador y se quedó mirando el libro que Ibara sostenía firmemente delante de su pecho.

-¿Eh? ¿Eeeh?

Ibara estaba estupefacta ante tal reacción. Sabía cómo se sentía ella.

-¿Qué es, Chitanda? ¿Encontraste algunos símbolos ocultos en la portada o algo así?

Chitanda permaneció inmóvil y dijo

-Este libro. parece tener algún tipo de olor- murmuró.

-¿De verdad? Ibara, ¿puedo tomar prestado esto? No huelo nada.

-No, estoy segura de ello.

-El libro en sí no tendría ningún olor. ¿Tal vez es la tinta, o de la biblioteca?

Chitanda sacudió la cabeza ante la sugerencia de Satoshi.

Tanto Ibara y Satoshi también se turnaron para oler el libro, pero no pudieron detectar ningún olor, y ambos levantaron las cejas e inclinaron la cabeza con perplejidad.

-No puedo decir realmente qué es el olor, pero era fuerte, como diluyente de pintura.

-Deja de decir algo tan peligroso.

-¿Lo era? No podría realmente decirlo.

Tampoco podía yo, pero tuve la sensación de que Chitanda estaba en lo cierto. Nuestra dama había sido tajante al respecto, después de todo. Y yo nunca habría pensado que iba a decir que era diluyente de pintura.

Si suponemos que se trata de eso, entonces Hmm.

Tal vez conseguí algo aquí.

Pero es molesto de explicarlo todo.

Al tiempo que estaba preguntándome qué hacer a continuación, Satoshi ya había leído mis pensamientos y dijo

-Houtarou, tu cara me dice que has descubierto algo.

-¿Eh? ¿Oreki en realidad lo ha hecho?

Al darme cuenta de que Ibara se volvía hacía mí luciendo completamente escéptica, asentí con la cabeza y respondí honestamente

-Más o menos. Aunque no estoy del todo seguro Chitanda, ¿qué te parece un poco de ejercicio? Me gustaría que vayas a un lugar por mí.

Chitanda era probablemente la clase de persona que podría lanzarse una vez que le han dicho dónde ir, pero Satoshi la detuvo mientras sonreía.

-No te dejes engañar por él, Chitanda-san. No quieres terminar haciendo recados para Houtarou ahora, ¿cierto? O vas a terminar haciendo lo que él quiere. Así que ¿dónde es el lugar que estabas pensando?

Qué reprobable. Satoshi tiende a hablar demasiado cuando Ibara está cerca. Aun así, como no estaba del todo equivocado, yo estaba apenas disgustado. Era cierto que no conseguiría terminar las cosas si no tengo a alguien más que las haga por mí.

-Muy bien, yo iré también. Como no teníamos clase de Educación Física debido a la lluvia, todavía tengo un poco de energía guardada dentro de mí.

Chitanda tenía que venir, como yo había dicho. Y entonces

-Hmm, creo que voy a acompañarlos también. Voy a estar un poco sorprendida si Oreki en realidad se las arregla para manejar esto Fuku-chan, ¿te importaría quedarte en mi turno por mí?

Ibara salió del mostrador al decir eso. Satoshi miró atónito mientras respondía

-Uh, está bien.

Y se mantuvo en silencio mientras caminaba detrás del mostrador. Hacía tiempo que no lo veía tan triste.

Hyouka Volumen 1  [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora