En un reino lejano apartado de la civilización "mundana" se encuentra el reino de LOARRE este lugar como todos tenia sus historias y leyendas místicas que hacian atractivo dicho lugar
La futura reina de ese lugar, la princesa Atanea cada dia soporta...
Ya estaba oscureciendo de nuevo, solo significaba que era de noche y de cierta forma ya lo sentina
~Tengo hambre~ pense, el dia paso rapido con Sargas y era hora de regresar al castillo; no queria, sabia lo que me esperaba... ~Mi madre con toda una boda planeada y lo mas pronto posible para evitar que arme una rebelión...~ suspire pesado y mire a Sargas, yo estaba acostada a su lado entre sus alas cubriéndome del frio de la noche
Sargas- lo llame y el me miro- tengo que volver al castillo- dije sin ganas de regresar, este me libero del calor que me proporcionaba su ala y la fria noche me golpeo calando mis huesos, me levante y trate de cubrirme con la capa y lo que quedaba de mi vestido- prometo volver cuanto antes a verte- el asintio, pase por su lado y el me siguió hasta la "salida" del bosque y me encamine hacia el castillo, la verdad no habia repasado mi imagen y cuando entre al castillo lo primero que encontré fue a mi madre caminando de un lado a otro con cara de molesta de aqui a la luna
¿Que te paso?, ¿Dónde estabas?, ¿Por que te ves asi?, esas no son condiciones para que vean a una princesa- reprocho mi madre mas molesta que preocupada, rodé los ojos- una princesa no hace eso con los ojos Atanea...
Estoy bien madre, gracias por preocuparte...- dije con ironía- Ire a tomar un baño...- dije y me encamine a mi alcoba
En un mes y medio te casaras con el hijo de Lord Circinius- dijo ella haciendome detener mi caminata a mi cuarto, la mire, mis ojos ya estaban cristalizados
No, no y no- dije con la vos rota pero con firmeza- me tendrás que llevar arrastras a el templo por que no obtendrás mi apoyo en esta farsa madre...- concluí y me fui a mi alcoba con un bello fondo de los gritos de parte de mi madre llamándome a que regresara donde ella
Ya no tenia nada que perder, mi hermano muerto, mi unico recuerdo y soporte de el... Echo cenizas, comprometida a la fuerza y sin ningun tipo de apoyo departe de mis padres que se supone deben ser los primeros en apoyarme en todo
~Al menos tengo a Sargas~ pense con lagrimas en los ojos, me quite lo que quedaba de mi vestido y me dirija al baño
Termine de asearme y me coloque un vestido mas cómodo para estar; era color celeste casi transparente que dejaba ver mi corsé blanco bajo la tela de este, largo con algunos detalles de mariposas en la falda, mangas hasta mis muñecas y un bordado de flor en mis hombros que estaban descubiertos de la tela y poseía dos finas tiras que lo mantenían en su posición
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Me sente frente a mi espejo y peine mi cabello rubio mientras lagrimas se desplazaban por mis mejías, estaba rodeada de personas todo el tiempo que me tenían respeto por el titulo que tengo en este inmenso castillo, pero me sentia sola, mis padres solo ven su beneficio y del reino y jamas por mi felicidad, ni siquiera se molestan en ver si soy feliz en este enorme castillo
Princesa..- llamo alguien detras de la puerta de mi cuarto, seque mis lagrimas y volví a peinar mi cabello
Pasa- dije y entro mi ama de llaves, le sonrei al verla a través del espejo
Le traje esto- me mostro una bandeja con galletas y un vaso de leche tibia- me tenia preocupada princesa, pense que algo le habia ocurrido- dijo dejando la bandeja en la mesa junto mi cama y acercándose a mi, le sonrei sincera
Muchas gracias Anasstacia- dije, ella sonrio
La dejo para que descanse, en una hora vengo por la bandeja- dijo y salio de mi cuarto
Deje el peine en la mesa y me acerque a mi cama, tome una galleta del plato y la mordí sintiéndome invadida de nostalgia
Mi hermano siempre me traía de estas galletas cuando estaba triste por que mi madre me regañaba por no ser perfecta, el siempre estaba para mi, es el unico que si velaba por que yo fuera feliz, el era mi principe, ese que toda princesa desea para que la saque de apuros, el era el y desde entonces estoy desprotegida, no tengo a nadie que me salve
"No esperes que un principe con su espada te salve, sálvate tu misma hermanita... Eres capas de hacerlo, todos tendrán que arrodillarse frente a ti por que te temerán y respetaran por lo que logres por tus medios ni por tu simple titulo de princesa heredera de Loarre- escuche la vos de mi hermano- conviértete en la reina que veo en ti, conviértete en la reina que salve al reino y marca la historia... Cambia, la historia..."
Empece a llorar, fuerte, el siempre me lo decia cuando traía estas galletas junto con su libro mágico, siempre que estaba triste esa era mi medicina para curar mi tristeza, me lo leyó y lo leí tantas veces que lo memorice todo, desde la primera letra del la primera especie hasta el ultimo punto de la ultima hoja con la ultima especie de bestia que se conoció en el pasado en el reino encantado de Loarre
Seré esa reina que querías que fuera- murmure tirada en el suelo apoyada con la cama y con la cara entre mis rodillas- seré quien querías que fuera, por ti y por mi... No quiero ser infeliz nunca mas, no quiero tener que seguir lo que otros digan y estén pisándome siempre... Solo seré debil una ves mas, solo esta ves y ya despues luchare por mi felicidad hermano, luchare por esa felicidad fugaz que tu me proporcionabas...
