Diez

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Rebeca:

Mi primera chance se presentó ese día en el parque. Estabas con mi primo recolectando hojas.

Te acercaste a él y lo abrazaste, él te envolvió en sus brazos y besó tu sien.

Te juro que miles de maneras para torturarlo pasaron por mi mente.

Se separaron y le diste un golpe en el brazo, suspiré aliviado esa era señal de amistad.

Me acerqué y mi primo me sonrió con complicidad. Nos dejó solos un rato.

Esa tarde fue maravillosa.

Posdata: ¿Escuchaste el latido de mi corazón cuándo depositaste ese beso en mi mejilla al despedirte?

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