Cap 13

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Narra Abel Bélanger.

Mientras buscaba algunos medicamentos oí una carcajadas en el pasillo, tome lo que necesitaba y salí para averiguar de quien provenían.

Como siempre... Dean/Derian encantando a las chicas como si eso fuera magia.

Una chica de cabello negro y tes pálida estaba junto a él, posiblemente sea mi aprendiz, pero no estoy de ánimos para soportar la cara de Derian, doy la vuelta y me voy por el camino contrario.

—Oh mira ahí esta tu tutor, Abel espera.

Me veo obligado a detenerme y mirar hacia ellos.

—Eh, Hola-curvo mis labios en una pequeña sonrisa.

—Hola, soy Ingrid Moreau y tú debes ser Abel Bélanger —responde ella, analizo sus detalles, sus ojos para empezar son de un azul intenso, algo tan profundo y misteriosos como el océano, su tés pálida y mejillas sonrojadas crean una extraña belleza y el rojo natural de sus labios atrayente, de verdad era doctora?, porque tenía todas las cualidades para ser modelo.

—Un placer conocerte, ¿Qué te ha parecido el lugar?- miro de reojo a Derian, quien se encuentra muy pasivo y con una sonrisa de amabilidad. Y claro que está contento si ha conseguido besar a Anya.

-Bien, no es lo que imaginaba. Como esas películas de terror y esas cosas- sonríe- y eso es bueno.

Suelto una pequeña carcajada, ya que yo imaginaba lo mismo al llegar acá.

--Te entiendo, pero lo importante es que te guste.

—Sí, vengo con toda la disposición de aprender de mi tutor - sonreí y no sé si es mi idea, pero creo que hay un doble sentido a eso.

—¿Por qué no comienzan ahora? Aprovechando que se encontraron - sugiere Derian con una sonrisa de lado- los veo en un rato, chicos -se despide y camina en la dirección contraria con suma despreocupación.

Eso es raro...

—¿No le agrada?

Miro a Ingrid y fruncí un poco el ceño. 

—¿Por qué lo dice? Y am si no te molesta puedes tratarme de tú- sonreí levemente y seguimos avanzando.

Asiente y sonríe.
—Porque lo quedaste mirando con cara de pocos amigos.

Básicamente a nadie le gusta ser amigo de un posible asesino y es un engreído.

—No, es eso solo me pareció rara su actitud, pero no es que me desagrade. Además uno siempre debe separar lo laboral de la vida personal, esa es la primera lección que has escuchado miles de veces me imagino- me detengo al frente de la habitación de un chica que está a punto de ser dada de alta.

—Pocas a decir verdad, pero siempre intento tener una buena relación con mis colegas—curva sus labios en una sonrisa amplia y no quita su mirada de la mía.

Me siento que como un postre o algo así a punto de ser devorado y no me agrada la sensación, cuando su mano está por tocar mi cuello abro la puerta retrocediendo y entrando a la habitación.

-Hola, Camille Bonner- sonreí saludando a la chica, entro aquí hace un tiempo debido a que sufría insomnio y algunos ataques de ansiedad.

—Buenas tardes, doctor -saluda y terminando de cerrar la maleta.

—Veo que ya estás lista para volver a casa, eso es muy bueno.

—Sí... la verdad es que lo estoy- curva sus labios en una sonrisa algo tímida y su mirada se posa en Ingrid.

¿Realidad? (Libro 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora