XV. Inicio

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Esa mañana el ojiazul no lo dejaba irse a bañar. Lo tenía encerrado entre sus brazos y piernas, parecía un pequeño koala prensado a él. No lo culpaba, también lo había extrañado tanto como su topacio lo había hecho, pero de verdad necesitaba bañarse.

Le prometió que cuando saliera podría besarlo las veces que quiera y sólo así lo dejó ir.

En lo que Harry se bañaba, Louis se puso a pensar en qué le haría al rizado para su cumpleaños, aún faltaban unas semanas, sin embargo, quería empezar a planearlo. Apenas estaban en la segunda semana de enero, por lo que tenía bastante tiempo. Y es que, dios, por aquí fue año nuevo y por aquí le dijeron al rizado que tenían que viajar, solamente tuvo unos días para preparar todo e irse.

Ya sabemos que Louis no la pasó muy bien en la ausencia de su adorado.

Cuando llegó del viaje, le enterneció demasiado la escena de aquel zafiro acercándose a donde estaba él. Esa noche se sentía completo. A Harry le costó encontrar el sueño en los días del viaje sin el calor que le brindaba ese pequeño cuerpo.

Al salir del baño, su amado ojiazul le dio tiempo para cambiarse, cuando terminó, se acostó al lado de él. Sintiendo el peso a su lado, Louis reaccionó y como si fuese un imán y Harry el metal, se volvió a prensar a él. El rizado de inmediato sintió el calor de su luna junto con las caricias que sus labios repartían para él.

—¿Me extrañaste mucho? —habló con una sonrisa.

—Mucho es poco.

—Entiendo —rió cariñosamente —. Yo también te extrañé.

—¿Sí?

—Sí —plantó un beso en los labios del castaño —. Por cierto, te traje algo.

—¿Me lo darás ahorita o te esperarás a que termine de besarte?

—Puedo esperar.

—Bien.

Siguió besándolo hasta que decidieron ir a la cafetería a comer, antes de marchar Harry le dio lo que le había comprado; era un hoodie negro que se compraba exclusivamente en esa zona donde el ojiverde se hallaba. El mayor le agradeció y fue a dejar aquella prenda al cuarto. Una vez que bajó fueron juntos a la cafetería.

En el camino Harry le platicó lo que André le había comentado; sobre la fiesta de aniversario de la empresa. Todavía no se había acordado cuál iba a ser el lugar donde se llevaría a cabo, pero ya era un hecho. Planeaban invitarlos a los dos, eso sorprendió a Louis porque si lo vemos como es, el ojiazul no tenía nada que ver con la empresa, él sólo era la pareja de quién era el embajador de ahí, mas él como tal no tenía un rol importante ahí. A pesar de eso, lo querían invitar. Eso era sorprendente.

Después de eso, la rutina fue normal. Louis al trabajo y Harry devuelta a la universidad. Los primeros días que se fue de viaje aún eran días vacacionales y los últimos estaban justificados con la institución, por lo que no hubo problema, sin embargo, hoy tenía que volver.

Lo raro ocurrió cuando llegaron al edificio, antes de que Harry entrase un par de chicos se acercaron a él. Louis lo veía desde lejos cuidando de él, se bajó del carro y fue hacia donde el rizado se hallaba, abrazándolo por la espalda.

Se calmó al ver que ese par de chicos simplemente querían un autógrafo por parte del rizado. Al parecer les gustaba el trabajo que hacía como modelo para la empresa. Escondió su cabeza entre la espalda de su novio e intentó acallar las risas que estaban saliendo.

El par se despidió de Harry, él se volteó hacia el pequeño ojiazul que lo abrazaba.

—¿De qué te ríes? —habló con diversión.

(When The Day) Met The NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora