XX. Consecuencias

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—¡¿A dónde mierda vas!?

—¡A un maldito lugar donde no estés tú! abrió la puerta del piloto para irse ¡No soy un puto niñato indefenso para que andes haciendo esas cosas!

—¡Bájate de ahí! Harry no le hizo caso, arrancó el carro y se largó ¡Jódete!

Por la adrenalina del momento, soltó un gruñido que fue acompañado de un grito. Estuvo afuera del lugar intentando calmar su enojo, ¿cómo Harry se atrevió a largarse sin arreglar la pelea? Pura mierda. Respiró profundo, sacando con desesperación su celular para marcarle a su hermana. Bastaron tres tonos para que contestara.

—Felícité ¿puedes venir por mí?

¿Por qué?

Vienen en la noche y no se detienen. Sólo quiero una respuesta.

—Louis respiró profundo —, necesito que vengas.

—¿A tu casa? ¿Gemma qué diablos sucede?

—No, Louis se volvió a escuchar el llanto —. Necesito que vengas a la dirección que te mandé. No tardes la llamada se cortó.

La voz quebrada de Gemma y sus preguntas sin respuestas no le daban una buena señal. Rápidamente abrió el mensaje de la castaña donde le mandaba una ubicación.

No, no, no, no. ¿Qué mierda había hecho?

Arrancó el carro para dirigirse a aquella edificación. Lo que le había mandado no tenía que ser cierto, debe de ser una puta broma.

—Lou sintió los brazos de Gemma envolverlo apenas cruzó el umbral de la puerta. La castaña se rompió en un sentido llanto, Louis sólo podía consolarla. Necesitaba explicaciones.

Ambos caminaron hacia los asientos en la sala de espera, Louis volvió abrazar a la mayor esperando a que se relajara para poder hablar.

—¿Qué ocurrió? preguntó cuando vio que ya se había tranquilizado levemente.

—En la madrugada limpió su nariz con la tela de su manga —tocaron a mi puerta.

¿Acaso esa es mi sentencia? Sólo es otra más, me estoy acostumbrando al ritmo. Sí, ya sé que no sería lo correcto.

—Familiares del paciente Harry Styles llamó el doctor —. Seré lo más claro posible leyó los papeles que tenía en mano —. El paciente llegó con traumas en la cabeza al igual que con una intoxicación suspiró —, al revisar los niveles nos dimos cuenta de que eso no estaba para nada bien. Intentamos estabilizarlo se retiró los lentes —, sin embargo, su cuerpo no resistió nuestros intentos por mantenerlo aquí. Lo lamento.

Despertó gritando en medio de la madrugada. Una caricia filosa recorrió su espina dorsal. Su cuerpo se exaltó por el toque. Necesitaba que lo soltara —¡No, no, no, no! ¡Harry! —empezó a llorar mientras pataleaba. El agarre fue más fuerte, sólo que ahora se sentían como brazos. Intentó levantarse de aquella superficie, pero no logró nada más que sentarse en ésta.

—Harry está en el hospital —habló un susurro calmado a su oído —. Estamos esperando a que despierte, ¿recuerdas? Él está bien —pudo saber que era Liam quién hablaba.

—Dime que mi rosa va a despertar —prensó la playera del ojicafé en un puño —. ¡Liam, maldita sea, dímelo! ¿O sólo son farsas? Son mentiras ¿no es así? —lo miró incrédulo con ojos vidriosos —Él se ha ido y ustedes no me quieren decir —empezó a reír —¿Acaso me creen estúpido! ¡Harry está muerto! —gotas de agua descendían furiosamente por su rostro —Maldición, Liam, ¿¡qué te costaba decírmelo!?

(When The Day) Met The NightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora