IX - ¿Dónde estás?

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Hace 5 años y 6 meses

El rostro de Mike, usualmente apacible, denotaba su sorpresa. Miró a Olivia, específicamente a su vientre.

— ¿Embarazada? — preguntó. 

Erwin asintió, tenía un brazo sobre los hombros de su esposa y el otro acariciando la pequeña y apenas redondeada pancita.

— Así es, de unos tres meses.

Mike hizo un puchero, no sabía como procesar que su mejor amigo fuera a ser padre en poco menos de medio año. Sentía una inmensa alegría y no sabía bien por qué, pero también melancolía e incertidumbre.

— Guau, felicitaciones.

El más alto se levantó y se acercó a la pareja, que también se paró del asiento y los tres se abrazaron. Olivia empezó a llorar ante el contacto; se había emocionado cada vez que había comunicado la feliz noticia: con sus padres, su suegro y su hermana y sabía que seguiría llorando cada vez que hablase al respecto.

— No creas que te vas a librar del enano, queremos que seas el padrino — dijo Erwin con una sonrisa, viendo como su amigo consolaba a su sensible esposa. Mike lo miró, con la boca abierta —. Si, sabemos que falta mucho para que nazca, se bautice y todo eso, pero ya quiero reservarte.

Mike sonrió.

— Será el ahijado más malcriado del mundo, lo prometo.

En la actualidad

Erwin miró el departamento de Mike, el segundo del quinto piso. Era espacioso y moderno; demasiado para solo un hombre. 

Recordó la conversación trivial que había mantenido con él en la mañana, antes de que cada uno fuera a su oficina. Repasando los hechos, cayó en la cuenta de que lo había notado con un gran humor, hasta lo había oído reír y luego dedujo que su esposa era el motivo de esa alegría.

¿Habrían tenido sexo?

No, él tan solo había estado poco más de dos horas en su salida; Mike y Olivia no habrían tenido suficiente tiempo como para ir a un café y luego a su departamento.

¿No era suficiente tiempo, cierto?

Erwin golpeó con fuerza el volante, pues imaginó a su amigo haciéndole el amor a su esposa. 

¿Haciéndole el amor?

¡Solo teniendo sexo! 

Él era el único que podía amarla de esa forma y ella a él.

¿Cierto?

Erwin bufó, nervioso; tenía que calmarse. En primer lugar, se iría de ese lugar; él no era un hombre violento, impulsivo. Primero averiguaría toda la verdad y luego decidiría como reaccionar.

También debía canalizar el estrés de una forma menos perjudicial. 

Miró su reloj, que marcaba las 18:27. Aún era temprano. 

Su celular comenzó a sonar y Erwin lo miró, era Olivia. Era la tercer llamada de su parte, pero como no se sentía de humor para hablar con ella, había cancelado las anteriores y esta no sería la excepción.

Tras cortar, manejó hasta las playas más lejanas de la ciudad. Siempre llevaba una muda de ropa deportiva en el auto, ya que era habitué del gimnasio; así que se cambió un tanto incómodo en el interior del vehículo y al bajar a la arena, comenzó a correr.

La actividad física siempre los despejaba, así que trotaría lo necesario hasta calmarse y luego volvería a su hogar a hablar las cosas como correspondía.

Haciendo y deshaciendo este amor | ERWIN x MIKE x OC | AUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora