#33 Un beso

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El teléfono de la casa comenzó a sonar, pero aun así Niall no se alejó de ella. Solo soltó un poco sus labios para respirar y volver a tomarlos con cuidado. 
El sonido llegaba por todos lados, retumbaba en cada rincón y se expandía por toda la casa. 
_____ soltó suavemente su boca. 
- Está sonando el teléfono Niall, quizás sea mi hermano – murmuró agitada. Él solo asintió y logró alejarse completamente de ella. Fue hasta el teléfono. 
- Hola – dijo agitado y algo enojado.
- Niall, ¿Dónde estás mi amor? ¿Por qué me trataste así? – escuchó la chillona voz de Taylor. 
Puso los ojos en blanco y maldijo para sus adentros. Era la segunda vez que ella interrumpía un beso tan lindo.
- Taylor, creo que fui muy claro contigo, se terminó – le dijo.
- ¿Por qué? – preguntó ella nerviosa. 
- Porque no me pasa nada contigo, es más nunca me pasó nada contigo. Y además de que no puedo estar con una persona tan superficial y… y…
- ¿Y que? – dijo ella.
- Y tonta. 
- ¿Cómo te atreves a decirme una cosa así? ¡Yo te hice, yo te saqué de la mediocridad en la que estabas con las estúpidas esas!
- ¡No las llames así! – elevó su voz sobre la de ella – No les llegas ni a los talones. 
- Eres un mal agradecido…
- No, ¿sabes que? Te lo agradezco, me has hecho aprender que dejarse llevar por los impulsos y los celos es muy malo. Y además que las chicas como tú son todas iguales… así que Tay, mucha suerte en Broodway.
Colgó el teléfono y caminó despacio hasta la cocina.
¿Qué debía de hacer ahora? 
¿Qué tenía que decirle? 
Ella lo miró cuando entró la cocina. Sentía su corazón acelerado, no podía explicar aquel beso. Como tampoco podía el beso del hospital. Estar cerca de él, era algo que no podía explicar. Sus labios aun estaban calientes por el roce y la presión. 
Niall se acercó a la comida y no dijo nada. 
- Era Taylor – le contó luego de unos segundos. Ella sintió una presión en su estomago. Una punzada de enojo – Termine con Taylor.
Lo miró bien, no esperaba escuchar aquello. 
- ¿Por qué? – le preguntó. 
- Porque no siento, nada por ella – contestó sin dejar de cocina. 
______ asintió y guardó silencio mientras el cocinaba. No se dijeron nada durante todos esos minutos. 
Cuando terminó, Niall tomó un plato y le sirvió un poco a _____. Para luego ponerlo frente a ella. Se sirvió un poco para él y comenzó a comer. 
Ella miró fijamente el plato. Se veía realmente delicioso, pero no tenía hambre. Tenía el estomago cerrado. El azulino la miró. 
- Vamos ____, come un poco – le dijo. Ella sonrió levemente. 
- No tengo hambre, Niall – dijo y lo miró a él. 
Sintió que el aire la abandonaba ante aquella mirada azul profunda. Una mirada dulce y tierna. Una mirada que le causaba confusión, y al mismo tiempo la hacia sentir segura. 
- Por favor golosa, si comes un poco luego te doy un chocolate – dijo dulce.
Ella no pudo evitar sonreírle al escuchar como la había llamado. Golosa.
- Esta bien, extraño. 
Tomó el tenedor y pincho un pedazo de carne. Con cuidado lo llevó a su boca. Niall la miró esperando que dijera algo. 
- ¿Y? – dijo él – ¿Ya puedo casarme?
- Está delicioso, pero no puedes casarte – contestó ella, mientras con cuidado pinchaba otro pedazo. 
- ¿A no? ¿Y porque? – preguntó él sentándose erguidamente. 
Ella lo miró fijo. No se había dado cuenta de que había dicho eso en voz alta. ¿Por qué no puede casarse? 
‘Y es simple, tiene 17 años… Y ni loca dejaría que te casaras con alguna loca, hueca y superficial’ –pensó. 
- Porque aun eres joven – le contestó ella. Él rió por lo bajo.
- Lo se, lo se. Pero en un futuro, si cocino así ¿podré casarme?
- Supongo que si…
Ella volvió su mirada a la comida, no quería que él viera que ella se moría de celos con solo pensar que él podría estar con otra. 
La noticia de que había dejado a Taylor le alegró de tal manera, que la asustó al mismo tiempo. En su cabeza no dejaba de imaginarse como fue aquella situación. Se imaginó la cara de Taylor y eso la llenó de satisfacción. 
Terminaron de comer y juntaron las cosas. Niall se acercó a un cajón y sacó una barra de chocolate. _____ sonrió levemente y se acercó a él para recibir su parte. 
Salieron de la cocina y se sentaron en el sillón. Niall tomó el control y prendió la tele. 
De repente un trueno pareció partir todo. La luz se cortó y la casa quedó en penumbras. ,
_______ se puso de pie y miró a su alrededor. Todo estaba tan oscuro. Sintió una presión en su pecho. No le gustaba la oscuridad, nunca le había gustado. Y hoy mucho menos que antes. 
Le hacía pensar a cada segundo en la oscuridad en la que ahora estaba Connie. Sus ojos de nuevo de poblaron de lágrimas, hasta que sintió unas manos posarse alrededor de su cintura y acercarla contra él. 
Niall la apretó con fuerza para susurrarle algo al oído. 
- No tengas miedo, vamos a buscar unas velas – le dijo. Ella asintió apretada a su pecho. 
Caminaron en silencio y con cuidado, para no chocarse con nada. La lluvia se escuchaba por todos lados. Era fuerte y pesada. El viento golpeaba las ventanas, provocando que la oscuridad fuera más espeluznante. 
_____ apretó con fuerza la mano de Niall. Él percibió aquella y detuvo su paso. 
- ¿Quieres ir a dormir? – le preguntó. 
- Si – dijo ella algo afligida – Pero no quiero dormir sola Niall, no quiero…
- Shhh, tranquila – musitó – No voy a dejarte sola.
Volvieron sus pasos hacia atrás para ir hacia las escaleras. Subieron y llegaron al cuarto del azulino. Niall encontró una linterna y la prendió para iluminar un poco el cuarto. Hizo que ______ se acostara en la cama y se arrodilló a su lado. Ella lo miró bien. 
- Voy a quedarme aquí hasta que te duermas…
- No – dijo ella rápidamente – No te vayas, quédate. Duerme conmigo.
El azulino tragó saliva sonoramente. Él no tenía pensado eso, pero… ¿Cómo iba a decirle que no? ¿Cómo iba a dejarla sola? ¿Otra vez?
No, otra vez no. Y nunca más…
Se puso de pie y rodeó la cama para acostarse del otro lado. Se metió debajo de las sabanas y con cuidado la acercó a él. 
______ apoyó su cabeza sobre su pecho y se quedó quieta. Era increíble la sensación de seguridad que él le daba. 
- ¿No vas irte, verdad? – dijo ella.
- No, no voy a irme.
- Gracias Niall, yo…
- ¿Me has perdonado? – le preguntó él – Necesito saberlo, necesito saber si me has perdonado. Yo… de verdad estoy arrepentido.
- Lo se, lo se – musitó ella – Y ya pasó. Yo no tengo que perdonarte nada, porque… un poco fue mi culpa y…
- No, no fue tu culpa. No tienes la culpa de nada. Él único imbécil aquí soy yo.
Ella sonrió levemente, y sin darse cuenta se abrazó más a él. 
- Si eres un poco imbécil…
Niall rió por lo bajo. Dejaron de hablar y lo único que se escuchaba era el sonido de la lluvia. Los relámpagos iluminaban un poco la habitación. La tormenta era intensa, pero enseguida iba a terminar. El azulino tenía su mirada fija en el techo. Uno de sus brazos estaba alrededor de _____ y la sostenía cerca de él. La otra mano estaba detrás de su cabeza. 
Tenía que decírselo, él no podía seguir guardándose todo lo que sentía.
- Ya no voy a dejarte ______, nunca más – le habló él – Hay algo que debes saber. Hoy cuando te estaba buscando, sentí que iba a volverme loco si no te encontraba. Sentí que si no te encontraba enseguida mi mundo… mi mundo iba a acabarse. Estaba desesperado por encontrarte, por abrazarte, por… por besarte. Y cuando te encontré nada más me importó. Absolutamente nadie más que tú. Porque yo… yo estoy enamorado de ti.

Capitulo 23: Vamos juntos al baile.

Niall esperó a que ella dijera algo. Pero no lo hizo. Él podía sentir su corazón latir como loco por una respuesta de su parte. Pero entonces sintió como ella se abrazaba más a él y temblaba levemente. Levantó la cabeza para mirarla y ______ estaba completamente dormida.
- Diablos… – murmuró. 
Volvió a apoyar la cabeza en la almohada y siguió pensando. Tal vez 

era mejor que ella no lo supiera, por eso no lo había escuchado. 
Suspiró levemente al pensar en que hubiese pasado si ella estaba despierta. Tal vez se hubiese ido, quizás le hubiese correspondido. Pero la idea de su rechazo lo atormentaba. 
Él prefería mil veces tenerla cerca como a una amiga. Que lejos como a nada. De apoco sus ojos se fueron cerrando, para terminar dormido gracias al sonido de la lluvia. 

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EL PRIMER AMOR SIEMPRE DUELEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora