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—¡Eres una niña hermosa, Yeji!

—Por supuesto que lo es, mira a quién tiene de madre.

ChangBin comenzó a reírse cuando Sana dijo aquello como si nada, ordenando la mochila de la niña, ya que pasaría esos días con ella luego de que volviera de su viaje de negocios. Chris, en tanto, estaba tratando de arreglar la televisión mientras Felix cocinaba la cena.

—¿Tienes todo, Yeji? —le preguntó Sana, tomándole la mano.

—¡Sí, mamá!

—Entonces ve a despedirte de tu padre y de tus tíos, ¿dónde están tus modales pequeñita?

Yeji le sacó la lengua a su madre, ganándose un pellizco en la nariz, y después corrió a despedirse de Felix y ChangBin, dejando a Chris para el final.

—Adiós, papá —se despidió Yeji cariñosamente—, ¡te voy a extrañar! ¡Y por favor, guarda muchas galletas para mi!

Chris comenzó a reírse.

—Pásala bien con tu mamá, princesa —se despidió, dándole un beso en la frente —. Nos vemos en unos días.

Segundos después, la puerta de la casa fue cerrada, quedando sólo ellos tres en el pequeño hogar de Felix y Chris.

—Oye, Bin —dijo Felix desde la cocina—, ven que quiero darte algo en tu día especial.

ChangBin arrugó el ceño, negando con la cabeza, y entró a la habitación quedándose quieto mientras una sonrisa enorme se extendía por su rostro.

Un suéter que estaba sobre la mesa con una cinta de regala, así que comenzó a reírse por la diversión sin poder evitarlo. Fue a abrazar a su mejor amigo, dándole un beso en la mejilla.

—¿Y para mí qué? ¡Felix gastó mi dinero! —se quejó Chris, entrando.
ChangBin volvió a carcajearse, abrazando también a Chris por la emoción, agradeciéndole el bonito y simple presente. Trató de obviar la acongojante sensación en su pecho, porque ese día MinHo no lo saludó en la mañana.

Aunque tampoco es como si lo hubiera esperado, porque MinHo nunca solía ser el primero en desearle feliz cumpleaños: por el contrario, prefería ser siempre el último, así que cuando era ese día, se juntaban luego del trabajo para ir a cenar sólo los dos y pasar una maravillosa noche sin nadie que los molestara.

Por lo que ChangBin estaba preparado, estaba listo, pues ya tenía la reserva del restaurante al que iban siempre, y esperaba con mucha anticipación esa noche. Si todo salía bien, tal vez podría finalizar con ellos dos haciendo el amor y recuperando esa magia que los rodeaba cuando estaban juntos.

ChangBin sabía, confiaba, en MinHo para ese día, porque nunca antes lo decepcionó en algún cumpleaños.

—¿No quieres cenar con nosotros? —preguntó Felix con expresión preocupada—. Puedes invitar a MinHo si quieres...

ChangBin sacudió la cabeza, emocionado.

—¡Las cosas están bien! —dijo sonriendo—. MinHo me besó. Lixie, ¡él tomó la iniciativa! No pensé que fuera a hacerlo, pero me agarro por sorpresa, y estos días ha estado más cariñoso y dulce conmigo.

Felix sonrió débilmente, casi a regañadientes, pero no le tomó demasiada importancia porque sabía cuál era la opinión de Felix acerca de todo eso. Seguía doliéndole, sin embargo, sabía que no podía hacer mucho sobre aquello, sólo le quedaba asumir que su mejor amigo no le estaba apoyando por completo.

—¿Cuánto tiempo te queda?

Y, por supuesto, su novio tampoco estaba de acuerdo con él.

ChangBin miro a Chris, mordiendo su labio inferior.

Apego ★ MinchangDonde viven las historias. Descúbrelo ahora