A la mañana siguiente el chico de cabello oscuro se encontraba acostado mirando a la pared, abre un ojo cansado, notaba una pequeña presión en su espalda, le costó un tiempo hasta darse cuenta que el chico de ojos amatista se encontraba al lado suyo abrazándolo mientras aún seguía dormido. Sorprendido sus mejillas toman un color rojizo. Con cuidado se levanta de la cama, toma una almohada y la pone donde antes se encontraba él. Observa al chico de ojos amatista, se veía tan sereno durmiendo, parecía un angel cuando dormía, no quería molestarlo así que en silencio va en dirección al baño a tomarse una ducha.Después de unos minutos el chico de ojos amatista iría despertando lentamente, un poco desorientado, pero después se acuerda que se había colado en la casa de el chico de cabello oscuro, habían hecho una pijamada y se habían quedado hasta muy tarde despiertos. Lentamente se da vuelta y lo primero que ve es un cuerpo pálido y delgado, el torso del chico estaba marcado y de la cintura hasta las rodillas lo cubría una toalla blanca. Por lo visto recién salía de la ducha, tenía todo el cabello mojado y desordenado. Esto lo toma un poco desprevenido y se sonroja, no quería que el chico de cabello oscuro lo viera sonrojado, así que rápidamente se da vuelta y se queda mirando a la pared fingiendo que aún seguía durmiendo mientras abrazaba fuertemente la almohada.
El chico de cabello oscuro no se había dado cuenta de que el contrario estaba despierto, así que sin preocuparse abre su armario y toma unas prendas, se voltea a mirar al chico que se encontraba sobre su cama "dormido" y entra al baño nuevamente. Luego de unos segundos sale del baño con unos jeans azules y una polera blanca con un diseño de un pulpo azul en medio. Pone la toalla en su cabello y la sacude con fuerza sobre su cabeza, después sale de la habitación y pone la toalla húmeda sobre la baranda de las escaleras.
El chico de ojos amatista se voltea al notar que el contrario sale de la habitación, y se levanta de la cama con la almohada en mano, al mismo tiempo que el chico de cabello oscuro entraba nuevamente en la habitación.
—Ah, Hola kokichi, parece que ya despertaste.— Una sonrisa se forma en sus labios y luego se dirige a la silla de su escritorio para sentarse en ella y leer su libro. —¿Cómo dormiste?—
—¡Buenos días Shuichi, dormí muy bien! ¿Y tu?—
—Pues, me duele un poco el cuello, pero seguro es por que dormí en una mala posición, nada más.—
—Oh, ya veo.— hace una pequeña pausa y tira la almohada a la cama.—¿Y que vamos a hacer hoy, Shuichi?—
—¿Que que vamos a hacer hoy?— levanta la mirada de su libro y observa al chico de ojos amatista.
—Si, vayamos al parque, mañana va a ser lunes.—
—Uh.. pues unas horas no estaría mal..— Pone el marcador de libro en la página y luego la cierra. —Esta bien kokichi, vayamos al parque.— Deja el libro sobre el escritorio y se levanta.—Pero primero deberías cambiarte, ¿no crees?—
—¡Oh! Si tienes razón, debo cambiarme, espera aquí voy al baño.— Toma sus prendas del día anterior y se dirige al baño para cambiarse, después de uno segundos sale del baño con su ropa puesta. —¡Bien, ya estoy listo!—
—Espérate, primero comamos algo— Sale de la habitación y baja hasta el primer piso, se dirige a la cocina mientras el chico de ojos amatista lo seguía.
Tomaron algo de desayuno y luego salieron de la casa hacia el parque, luego de unos minutos llegaron al parque, se adentran en él mientras conversaban. El día era húmedo y hacía un poco de frío así que decidieron llevar unas chaquetas para abrigarse.
—Hey Shuichi, cuéntame de tus compañeros de clase, quiero saber como son.— Junta sus brazos y los coloca detrás de su cabeza apoyándola sobre ellos mientras daba pasos largos.
—Uhum.. bueno no hay mucho que decir, la verdad no hablo mucho con ellos, eso si tengo dos amigos cercanos que son Kaito y Maki.—
—Cuéntame sobre ellos entonces, nishishi.—
—Kaito es muy energético y apasionado, se peina de una forma muy extraña, pero ya me acostumbré.— hace una pausa.— Y maki, ella es más callada y seria, pero en el fondo es una buena persona.—
—Se ven interesantes tus amigos Shuichi, ¡algún día deberías presentármelos! ¿No crees?—
—Puede ser que algún día te los presente — suelta una pequeña risa, pone ambas manos en su bolsillo y luego sigue caminando.
Seguirían caminando durante un rato hasta que el chico de ojos amatista encuentra unos dientes de león y va corriendo a tomar uno.
—¡Mira Shuichi! Dientes de león, vamos a pedir un deseo.— Rápidamente toma un diente de león y lo acerca a su boca.
El chico de cabello oscuro hace lo mismo y toma un diente de león, lo acerca a su boca y cierra los ojos para después soplar en el diente de león y ver como los pétalos de este volaban por el aire.
—Ahora yo, me toca.— El chico de ojos amatista cierra sus ojos y sopla en el diente de león mientras este se desasía en el aire.
—¿Que pediste Kokichi?— Pregunta el chico de cabello oscuro.
El chico de ojos amatista se da vuelta mirando al más alto a los ojos, se inclina un poco hacia adelante , coloca un brazo detrás de su espalda y con el otro posa uno de sus dedos sobre su mejilla.— Mm.. es un secreto, si te lo dijera probablemente no se cumpliría, ¿no es cierto? Nishishi— Le guiña un ojo y retrocede, se da la vuelta con ambas manos apoyadas en su nuca. —Bien, creo que ya va siendo hora de irme, tengo algunas cosas que hacer Shuichi, así que nos vemos otro día.— Sin mirar al chico de cabello oscuro se aleja dejándolo solo.
Un poco confundido el chico de cabello oscuro se queda mirando como el más bajo se alejaba y lentamente lo dejaba solo en parque con la duda de qué es lo que este había deseado. piensa unos segundos si es que debía seguirlo o no, sin embargo lo deja irse a donde sea que tenía que ir. Toma otro diente de león y se lo lleva consigo a su casa dónde lo pondría en un jarrón.
—«Hoy Kokichi actuaba un poco extraño..»— El chico de cabello oscuro intentaba leer su libro sin embargo su cabeza estaba repleta de preguntas, por un lado la forma en que actuó antes de dejarlo solo en el parque y en la mañana cuando estaba al lado suyo abrazándolo.—« Ugh, ya deja de pensar en eso, seguramente después lo contará..»—
El día pasó rápidamente y ya era de noche, el chico de cabello oscuro estaba preparando sus cosas para el día siguiente. Su madre acababa de llegar del trabajo y estaban cenando juntos.
Por otro lado, en la casa de Kokichi. Se encontraba en su habitación encerrado, con audífonos a todo volumen escuchando Cloud 9 de beach bunny, estaba acostado sobre su cama, mirando al techo, pasaban las horas, la luz del día se transformaba en la oscuridad de la noche y lentamente cerraba sus ojos, relajando su cuerpo, su cabeza, dejando sus pensamientos fluir.
Esa misma noche kokichi se encontraba sometido en un profundo sueño donde se veía a él junto a Shuichi, en un gran campo repleto de dientes de león, estaban haciendo un pic-nic ellos dos solos, sólo ellos y nadie más. Pero por alguna extraña razón en su sueño no eran sólo amigos, si no, ¿novios?, Shuichi lo tomaba de las manos , recorrían juntos por todo el campo a pleno día, el sol brillaba mas que nunca con un cielo azul de fondo. De pronto el tiempo se detiene y el chico de cabello oscuro lo tomaba de las mejillas, lo acerca a él y presiona sus labios con los de el chico de ojos amatista terminando en un tierno beso, Kokichi podía sentir que los labios del chico de cabello oscuro eran suaves y cálidos, en ese momento todo perecía real, sentía que podía tocar el cielo.
Kokichi se sentía tan bien cuando estaba con Shuichi, su sonrisa le hacía sentir mariposas en su estómago, sus ojos ámbar lo calmaban, y cuando rozaban sus manos podía sentir lo suaves que eran. Había desarrollado estos sentimientos por él, sin embargo no sabía si esos sentimientos estaban bien, eran chico y chico, además sólo se conocían hace unos meses, pero Kokichi sentía que podía hacerlo todo cuando estaba con él, sentía que podía levantarse otra mañana y seguir su día, sentía que podía abrazarlo y que él lo abrazaría de vuelta
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Dancing in the dark | saiouma
FanfictionSe conocieron de la manera más inesperada posible. Dos chicos , un atardecer, una carta, un baile y de fondo la estrellada noche que era testigo de los pasos que daban al ritmo de la música. El lazo se hacía cada vez más fuerte y ellos no lo sabían...