Bailando en la oscuridad.

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Los meses pasaron, ya se acercaban las vacaciones de verano y la situación no se veía muy bien para Kokichi, su supuesto "resfriado" no parecía estar mejorando y eso lo preocupaba bastante.

El chico de ojos amatista se encontraba en la cocina usando su teléfono, cuando de pronto su padre le dirige la palabra.

—Oye tu, que haces.—

El chico de ojos amatista sube la mirada. —Pues que crees, ando usando mi teléfono.—

—Hey no me respondas así escoria, tenme más respeto y ya cállate que toses muy fuerte y pareces una rata.—

El chico de ojos amatista se queda callado y decide irse a su habitación donde no molestaría a nadie. Abre su laptop y comienza a hacer unas cuantas cosas en él.

El chico de cabello oscuro se encontraba escribiendo en su cuaderno, estaba terminando unas cuantas tareas que tenía que entregar el lunes.

Durante esos meses el sentimiento de Shuichi hacia Kokichi fue creciendo y cada vez se hacía mas fuerte, estuvo bastante tiempo pensando en una forma de "declararse" al chico de ojos amatista, sin embargo no sabía como hacerlo. Pero esa mañana se le ocurrió una gran idea, después de varios meses al fin podía decirle lo que sentía. Un sentimiento de felicidad se apodera de él.

El chico de cabello oscuro toma su teléfono y abre el chat de su amigo.

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Shuichi:

Kokichi, necesito que vengas al parque ahora, es algo urgente. ¿Puedes?
4:23 p.m.

Kokichi:

Um claro, no tengo nada que hacer.
4:24 p.m.

Shuichi:

Bien, te espero donde siempre .
4:25p.m.

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El chico de ojos amatista un poco confundido toma su teléfono y sale de la casa en dirección al parque, algo lo ponía un poco nervioso, no sabía porque, así que acelera el paso oara no hacer esperar tanto al Shuichi.

Se encontraba en el parque revisando su teléfono cuando escucha a lo lejos que alguien llamaba su nombre, levanta la mirada y era Kokichi, una sonrisa se forma en su rostro y camina hacia  él.

—Que bueno que llegaste Kokichi.—

—¿Que querías decirme?—

—Oh, pero aquí no, ven, sígueme.— Toma al chico de ojos amatista de la muñeca y comienza a caminar alejándose de donde estaban

—¿A donde vamos Shuichi?—

—Sólo espera un poco ya casi llegamos.—

Llegan a una inmensa glorieta color blanco, enredaderas colgaban de ella con blancas flores, el chico de ojos amatista sorprendido observa todo de arriba abajo, era muy bonito.

El chico de cabello oscuro lo arrastra en medio de la glorieta y lo suelta.

—Bien llegamos, es muy lindo este lugar ¿no es cierto?—

Dancing in the dark | saioumaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora