Comida

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05/05/21

No sé cuándo empecé a tenerle asco a mis comidas preferidas, cuando dejó de gustarme el arroz, la pizza, hamburguesa, postres.

Pero todo fue poco a poco desde tengo 14, mis padres empezaron una dieta y yo con ellos, después una gran tristeza que no me permitía tener ganas de comer, por último, mi fiesta de XV años.

Fue dos días antes de navidad, así que no podía comer muchos tamales, buñuelos, atole, etc. Pero lo hice en el cumpleaños de mi abuelito, eso hizo muy feliz a mi familia y a mí.

Pesé 50kg, pero fue un kilo más por toda la ropa que traía puesta, así que llegue a pesar 49kg, recuerdo que casi se me notaban las costillas.

Después subí cuatro kilos, me sentía mal por eso, me sentía gorda, pero apenas estaba en mi peso, estaba bien, pero yo no lo veía así.

También por las dietas que hice, deje de consumir tanta sal y azúcar, eso es bueno, no ponerle cosas de más a las aguas frescas, aunque algunas comidas sin sal, saben horribles, los frijoles y la papa.

Comía máximo pizza una vez al mes, una hamburguesa cada 4 meses, aún es así y está bien, es mucha grasa, no aporta nada bueno al cuerpo, sólo está ahí para hacer mal y no sabe tan bien.

Pero llegué a un punto donde me sentía culpable por comer, por subir de peso, por tener grasa en el estómago, me obsesione mucho, mis amigas me ayudaron, me dijeron que no había nada de malo, que yo tenía que estar gordita, que me veía más bonita así :")

Deje de sentirme un poco menos culpable, pero aún en el fondo está esa emoción, cada que veo mi plato de comida, es mucha, casi siempre devuelvo parte del plato, mi estómago también se hizo muy pequeño.

Mi abuela, madre, tías e incluso la mamá de mi mejor amiga, me dijeron que como muy poco, no sé que responder hacía eso, no tengo respuesta y mucho menos algo educado para decir.

En cuarentena, obviamente subí de peso, 58kg, así me he mantenido desde hace un año, mi abuela me regaña por eso, mi mamá y tía me dicen que ya tengo panza, pero no tengo sobrepeso, entonces está bien, soy un ser humano que necesita comer, que debe disfrutar de la comida y postres que le gustan, ojalá así pensará todo el tiempo.

Pero de repente veo algo que me gustaba o me gusta, mi mente automáticamente me dice "Tiene mucha azúcar, es muy salado, vas a engordar", es un infierno, pero generalmente suelo mandar al infierno ese pensamiento, mi hambre y antojo es más.

Creo que amo mi cuerpo un poco más que hace tres años, aún están esas ideas tontas que no me dejan disfrutar del todo mi comida, pero voy avanzando poco a poco y eso está bien.

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