— ¿Quieres ser mi novia?
— Sí.
Desde ese momento comenzó su nueva vida. Tenía a una gran chica a la cual había admirado desde que eran niños, la chica más popular y ahora ella estaba con él sin importar nada.
Nunca creyó que ella lograra tener interés en él y mucho menos para una relación.
Razón por la que su sonrisa jamás se borró.
La invitaba a salir, juntos compartían anécdotas y a pesar de que Astrid era muy seria y callada, él disfrutaba cada momento con ella. Era inmensamente feliz.
Frente a sus ojos tenía a la mujer más perfecta.
En su mundo.
Y eso solo importaba.
Todo era un paraíso a su lado.
Más nunca llegó a cuestionarse realmente sobre su relación.
Y ese fue el problema.
No sabía si ella se sentía obligada a corresponderle. No sabía si sentía lo mismo que él o mínimo tener algo mutuo en aquella relación.
Hiccup era destacado por ser un hombre detallista.
Siempre buscaba espacio en su agenda para verla, invitarla a cenar y juntos convivir ciertas tareas.
Incluso cuando se trataba de redes sociales, cada momento era para compartir a los demás y demostrar que estaba orgulloso de tener a su lado a una chica tan especial como lo era Astrid.
Un mundo perfecto.
Pero claro, nunca faltaban las personas que los señalaban y los dividían de acuerdo a ciertos aspectos que para Hiccup eran sin importancia.
No tomaba en cuenta lo que decían los demás.
El era inmensamente feliz con Astrid y eso era lo único en lo que se interesaba.
Sin embargo, llegaron unos días dónde Astrid comenzó a ser distante. De por sí era una persona fría que no demostraba su emoción como él, comenzó a demostrar más irritación en esa relación.
Cada cita que le proponía la rechazaba con una excusa diferente cada vez. Incluso llegó a dudar de ella.
Astrid había salido una noche diciendo que iría a hacer una pijamada con una chica. Cuando investigó, no era real.
Nuevamente le pidió una cita, se negó.
Los rumores de una infidelidad crecieron.
Antes existían, pero nunca les había tomado importancia como hasta ahora.
Se cegó.
No quería creer en aquellos rumores por lo que reforzó su relación. O eso intentó, cada avance y paso que daba, Astrid se alejaba como si quemara.
Su indiferencia llegó a ser tan grande que Hiccup comenzó a sentir dolor por su falta de cariño.
De por sí era casi nulo, ahora era nada.
Quería saber de ella, si tenía algún problema para ayudarla o algo. Pero no.
Siempre que preguntaba por ella, Astrid solía decir siempre lo mismo: Que estaba bien.
Un día se cansó de tantas excusas por lo que decidió espiarla.
Flash Black.
Caminó hacia la casa de una persona. Lugar en la que Astrid se dirigía a escondidas.
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Astrid. [Terminada✓]
Mystery / ThrillerASTRID. Ese es el nombre de la chica misteriosa. Su comportamiento era extraño, admitía que le daba curiosidad por saber de ella. Pero debió haber recordado aquella frase que siempre le decían: La curiosidad mató al gato. Aunque no pensó que aqu...