Las pesadillas eran realmente usuales para Komaeda, gran número de remordimientos y recuerdos dolorosos lo perseguían, generando que sus cicatrices físicas y emocionales, ardieran. Luego del accidente aéreo en dónde fallecieron sus padres, fueron constantes y con las demás desgracias que padeció, terminaron siendo casi diarias.
Se sentía en verdad afortunado en las noches en las que podía dormir bien.
Eran escasas, pero no inexistentes; al Igual que los oasis en amplios desiertos calurosos. No obstante, luego de que su vinculo con Hinata se hiciera más profundo a ritmo lento pero preciso, la serenidad lo cubría de la misma forma que cuando lo conoció por primera vez...Los terrores fueron reducidos de una forma considerable, permitiéndole dormír de verdad.
A veces, recurrió a enterrar las uñas en las palmas de sus manos con la intención de comprobar que no era un sueño. Sin embargo, fue abandonando ese hábito poco a poco, sustituyendolo por abrazos espontaneos dedicados a Hinata. Y si bien el espacio que generaban juntos era absolutamente sereno, sólo existía un único peligro: el apresurado latir de sus corazones al realizar esas clase de acciones afectuosas, incluso las más mínimas como los abrazos.
Una reacción que también padecía Hajime cada vez que eso ocurría y Komaeda no podia dejar de sonreír al oír el ritmo cardíaco del otro, sintiendo la alegría cubrir su corazón al confirmar una vez más uno de los pensamientos que tuvo cuando lo vio por primera vez: seguían siendo tan... Tan similares.
Acostumbrado a vivir en completa soledad, compartir el techo con alguien más resultó sumamente extraño, pero no desagradable. La compañía jamás le resultaría así, y más cuando se trataba de la persona que amaba, sólo que no creía merecerla, la voz que le recordaba aquello cada vez que era posible, se tornaba más lejana al paso de los días.
Era cada vez más sencillo concentrarse en el espacio cálido entre el hombro y cuello del castaño, el afecto impregnado en sus silencios porque sus presencias eran suficientes, sus abrazos y la textura de su cabellera marrón. Experimentar una vida ordinaria junto con la persona que amaba... Había sido su mayor anhelo y ahora que lo poseía, no necesitaba nada más.
¿Es esto a lo que llamarían 'nido de amor? La respuesta yacía en los dos cepillos de dientes bajo el espejo y en los efímeros besos en las mejillas.
Las cosas no terminaban ahí, uno de los aspectos que se presentaban al vivir juntos, era dormir en la misma cama y por eso Hajime le había advertido un aspecto:
—Cuando esté teniendo una pesadilla... No me toques —le había pedido un día cuando estaba hidratando los girasoles e irises de su jardín. Al oírlo, Komaeda parpadeó con incredulidad y abandonó la actividad que realizaba para enfocar su atención en su pareja. Una vez que sus miradas se encontraron, el castaño añadió—: Sólo háblame.
No fue una sorpresa, Hinata seguía siendo un humano, aunque su gran cantidad de habilidades y talentos buscarán demostrar lo contrario. Haciéndole ver invencible, el mismo castaño trataba de convencerse de aquello, queriendo representar un apoyo y símbolo de fortaleza para sus amigos.
No obstante, no existe nadie en el mundo sin debilidades, incluso si fue creado de esa forma. Hajime no era inmune al dolor, sólo lo toleraba a un nivel sumamente superior a comparación del resto, cuando ejercían misiones dictadas por la Fundación del Futuro, él siempre procuraba recibir los golpes y daños sorpresivos que influjian los androides monokumas restantes.
Le era imposible no contemplar horrorizado las heridas que podría tener Hinata debido a ello, porque no le interesaba que pudiera resistir la caída de un edificio entero y su constitución ya no fuera la de una persona normal, Hinata seguía sangrando. Y él... era su persona más importante. Nagito continuaría buscando protegerlo de todo. Con o sin su suerte encima, lo haría. Instintivamente, colocó su mano real —y que ya ha dejado de tener la tonalidad de álamo blanco— en el hombro del contrario, apretándolo con suavidad.
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Hope and Dreams.
FanfictionHinata no es perfecto, Komaeda tampoco, pero lo son para el otro. Hay gente que se cae a pedazos, pero ellos caen en su amor, esperanzas y sueños. Los dos son chicos con miseria en sus existencias, pero totalmente felices juntos y con un brillante f...