𝐋𝐨𝐯𝐞 𝐃𝐞𝐛𝐢𝐭 - 윤민

ִֶָ ࣪🎚𓍢capítulo 27

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-Siento el retraso, cariño. Pero tenía que resolver un asunto. Por cierto ¿Por qué tienes la boca mojada?

-Estaba cenando -Se justificó como si nada.

El muchacho giró la cabeza y al ver al joven espatarrado encima de la mesa, dibujo una sonrisa maliciosa.

-Ya comprendo.

-Ven, os presentaré -Le dijo antes de sacarle el abrigo para colgarlo en el perchero -HoSeok , este es Jimin, el hombre del que te hablé. JiMin este es HoSeok, mi antiguo sumiso.

-Oh, es realmente hermoso -Comentó el pelirojo chico, inclinándose sobre la mesa para contemplar mejor al joven amordazado.

-Y peligroso -Puntualizó YoonGi -Detrás de esa cara angelical se esconde una fiera. Ya me he llevado una patada en los huevos, así que ten cuidado.

HoSeok se echó a reír.

-¿Es que todavía no has conseguido meterlo en cintura?

-Estoy en ello pero necesita más tiempo y preparación.

-Vaya, conmigo no te tomaste tantas molestias. Enseguida me esposaste al cabecero de la cama y me azotaste con la fusta. Y por supuesto nunca antes me habías invitado a tu casa -Se quejó resentido.

-Controla esa lengua de arpía envidiosa, HoSeok. Él también ha probado mi látigo hoy. Quédate aquí, ahora vuelvo -Le ordenó antes de salir por la puerta.

El pelirojo aprovechó su ausencia para observar al joven más detenidamente. Pero JiMin seguía petrificado. Aquello no podía ser real. No, de ninguna manera, seguramente era una horrible pesadilla de la que estaba a punto de despertar. Intentó moverse y pedir ayuda. Sin embargo seguía atado a la mesa y la maldita mordaza apagaba sus gritos. Entonces, cuando ya no creía que su corazón podía latirle más rápido, notó un dedo rozando su pecho desnudo.

-Shhh, tranquilo -Ronroneó el rubio -Sé que al principio esto puede resultar duro y extraño para ti, pero al final acabarás por acostumbrarte. Incluso te gustará, ya lo verás
-Le aseguró acariciándole la cabeza
-¿Sabes? YoonGi decía que te odiaba pero yo sabía que no era cierto. Ni te imaginas la de veces que se le escapaba tu nombre mientras follábamos. Nunca ha podido olvidarte JiMin, a pesar de que intenté ser un buen sumiso, tú siempre has estado muy presente en su cabeza. Y ahora por fin te tiene... -Añadió en un tono amargo.

De pronto el castaño escuchó unos pasos, giró la cabeza y vio a YoonGi empujando un carro metálico con ruedas.

-Traigo la cena -Anunció con un matiz juguetón.

HoSeok se acercó a él con una sonrisa felina y destapó la bandeja que había en el carro.

-¡Sushi, me encanta el sushi! xclamó entusiasmado.

-Pues te gustará mucho más cuando veas lo que tengo pensado hacer.

Se dirigió hacía JiMin, encadenó sus tobillos a cada extremo de la mesa y cubrió su cuerpo desnudo con un mantel negro. El castaño sintió que le sobrecogía la angustia cuando la tela cayó sobre su rostro, y empezó a emitir gruñidos de súplica y protesta. Sin embargo el pelinegro hizo oídos sordos mientras iba colocando los montoncitos de comida a lo largo de su cuerpo.

HoSeok soltó una carcajada.

-Querido, debo decir que esta vez te has superado con el castigo. ¿Sabía él que eras tan retorcido? -Le preguntó cogiendo un montadito de pescado de la barriga de JiMin.

-Tenía una ligera idea. Aunque esta noche está descubriendo al verdadero señor Min -Contestó mordisqueando distraído otro canapé de salmón.

-¿Y crees que lo comprenderá? No a todo el mundo le gustan este tipo de juegos -Dijo guiñándole un ojo.

YoonGi dejó de masticar, lo miró fijamente y torció la boca en una media sonrisa.

-Te aseguro que a él también le gusta jugar duro.

De pronto JiMin notó como alguien le pellizcaba un pezón con los dientes y aulló lastimero.

-No te pases de listo, HoSeok. Solo yo tengo derecho a castigarlo -Gruñó el azabache en un tono posesivo.

-Lo siento, solo quería coger el canapé con la boca -Se disculpó con fingida inocencia.

-Pues te aconsejo que utilices las manos, a menos que quieras quedarte sin dientes -Le advirtió con una mirada asesina.

-¡Cuánta hostilidad! -Se quejó con los ojos muy abiertos -Está bien, no volveré a ser malo, pero no deberías ser tan protector. Un buen amo no se muestra indulgente.

-Entiendo. Quieres pulirlo para que sea un gatito obediente.

-Y para que aprenda a no volver a meter las narices donde no le llaman. Jim tiene la manía de salirse siempre con la suya y debe entender que es peligroso provocarme. Ya no soy el tonto que manipulaba a su antojo. Desafiarme puede conllevar consecuencias como esta -Dijo observando su cuerpo maniatado y cubierto por la sábana.

-Pues en ese caso a mí se me ocurre una forma de doblegarlo mejor.

De repente barrió con una mano todo el sushi que había encima del castaño, se inclinó hacia delante y besó a YoonGi.

-Tienes razón. Por eso la próxima vez que vuelvas a aleccionarme te despellejaré la espalda para que compruebes que aún empuño la fusta con mano de hierro -Le advirtió de nuevo.

HoSeok le miró cohibido y no se atrevió a contradecirle. Sabía lo duro que podían ser sus castigos. Tenía cicatrices por todo el cuerpo que lo demostraban.

-YoonGi ¿Puedo preguntarte algo?
-Inquirió con cautela -¿Por qué estás haciendo esto?

El mayor se encogió de hombros fingiendo indiferencia.

-Solo estoy enseñándole un poco de modales. JiMin es un insolente orgulloso que está acostumbrado a que todo el mundo lo complazca, y ya sabes que a mí no me gusta que me desautoricen -Le dejó caer con un gesto amenazador.

-¿Qué estás haciendo? -Preguntó con voz dura.

-Cariño, si quieres hacerle ver que has cambiado tienes que demostrarle que ya no eres suyo. Que solo tú eres dueño de tu voluntad -YoonGi hizo el amago de apartarlo pero HoSeok sujetó su cara entre sus manos -Que puedes estar con cualquier hombre que te plazca -Añadió mirándole fijamente.

El pelinegro se mantuvo estático, resistiéndose a obedecer. Le costaba dar el paso porque no quería herir a JiMin. Castigarlo era una cosa, herirlo iba mucho más allá de lo que había planeado. Sin embargo HoSeok volvió a pegar sus labios a los suyos, esperando que demostrara su autoridad, y finalmente acabó devolviéndole el beso.

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