Capítulo 2

1K 176 35
                                    

-Entonces te ruego que perdones mis pecados, porque nadie puede perdonar los pecados, excepto tú

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

-Entonces te ruego que perdones mis pecados, porque nadie puede perdonar los pecados, excepto tú.- Terminó de orar, se quedó por un momento más con las palmas unidas y los ojos cerrados, sabía que lo que iba hacer era un pecado, y las consecuencias las tenía presentes. Si se enteraban que era un omega lo asesinarían, además del probable enojo que ya su padre estará teniendo ahora mismo.  

La inseguridad llenaba su ser, y un poco de temor, temor por lo desconocido, nunca había siquiera corrido un maratón, esperaba no desmayarse tan pronto. Y no morir en el intento de hacer cambiar el pensamiento de su padre, y cualquier otro alfa que despreciaba a los omegas en general.  

No sabía si ya debería salir, serió con nerviosismo, carajo, ya se encontraba ahí, y ya habían algunos soldados, sería visto… negó con la cabeza, se aseguró de tener, nuevamente, todo lo necesario en aquella mochila, demasiado pesada para él, pero si ponía la suficiente fuerza no lo era tanto. Volvió a unir sus manos y a cerrar sus ojos. Sin embargo… 

-¡Se te hará tarde!- Dio un salto, y miró asustado a un lado, un chico castaño le sonreía, él hizo una mueca, suspiró tratando de controlarse, su omega estaba intranquilo, con disimulo tomó de aquel líquido y lo colocó en su cuello, estaba tan aturdido y no quería hacer algo que lo delatara.  

-Mantente conmigo Dios.- Susurró, tomó la mochila, salió de la camioneta, el chico, que por el olor y por el lugar donde estaban, era un alfa, se encontraba ahí, mirándolo aun sonriendo.  

-¿Eres de los nuevos?- Preguntó, Hoseok titubeó tragando saliva.- No te había visto por aquí y…- Se detuvo por un momento, aspirando y acercándose al pelirrojo, quien apretó sus puños, comenzando a asustarse, pero aparentó estar tranquilo.- ¡También tienes omega!- Sonrió mostrando sus dientes. Hoseok rió un tanto nervioso pero asintió.- ¿Es ella o él? Lo siento, pero estoy algo nervioso por lo del entrenamiento y hablo mucho, si te molesta, puedo callarme… 

-No, no hay problema.- Carraspeó, tratando de que su voz no se escuchara tan delicada.- Y es él.- Tragó saliva sonriendo. 

-Wow… Oh, cierto, también soy algo distraído, mmm, mi nombre es Kim Namjoon.- Estiró la mano, Hoseok imitó su gesto, siendo sorprendido por la fuerza que tomó el chico y que casi lo hacía caer a la tierra. 

-Uh, soy Hope…- Se quedó mirando al chico, que sonrió un poco dudoso pero asintió. 

-¿Hope? Me gusta, es otra onda.- Rió, Hoseok sólo sonrió, los latidos de su corazón eran muy rápidos y temía de que Namjoon los escuchara.- ¿Entonces tu omega es celoso? Porque hueles un poco a él, no te preocupes, mi omega también es celoso.- Sacó del bolsillo lo que parecía un guardapelo en forma de corazón, lo abrió sonriendo con las mejillas sonrojadas.- Él es mi omega.- Le mostró, un chico castaño estaba fotografiado, era castaño, estaba sonriendo.- Se llama Jin… Mi Jin.- Hoseok evitó suspirar como colegiala, le pareció lindo el cómo Namjoon se refería a su omega.- ¿Y qué hay de tu omega, cómo se llama? 

𝐒𝐨𝐥𝐝𝐚𝐝𝐨 𝐜𝐨𝐧 𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐚 𝐨𝐦𝐞𝐠𝐚 [𝐘𝐨𝐨𝐧𝐒𝐞𝐨𝐤] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora