Iwona despertó en una gran y cálida cama, el ruido la sacaba de su ensoñación, escuchaba voces que tal vez discutían, otras alegres, otras un poco aceleradas, vivas. Ella estaba viva, o tal vez había vida después de la muerte. Se sentó en la cama, su hombro le dolió, tenía la herida cubierta y limpia, estaba en su habitación. Estaba viva. No dudó en salir de la cama, tenía una larga falda puesta falda, pero su pecho estaba desnudo solo cubierto por las gasas y vendas, tomó una gran bata y se la colocó para cubrirse. Se detuvo un momento frente al espejo y miró su rostro, sus ojos con un poco de ojeras quizás por la sangre perdida, su cara con un poco más de color y su piel, quiso tocarla y lo hizo tras dudarlo, era cálida. Entonces notó su cabello, era tan largo como antes pero era negro, había vuelto a la normalidad. Agradeció al cielo y a todos los dioses de los que alguna vez leyó, era normal, no había maldición.

Fue entonces que salió de la habitación quería buscar a alguien, quería respuestas y pronto escuchó las voces que discutían, y reconoció dos de ellas. Tenía curiosidad y se llenó de preocupación cuando escuchó la palabra "guerra", entonces se adentró en la habitación y el sonido de las puertas hizo que todos voltearan a verla.

Unos dijeron su nombre, otros la llamaron reina y solo uno, el hombre que la sostuvo en la batalla, permaneció en silencio. Su hermano se acercó a ella lentamente pero fue ella quién corrió hacia él abrazándolo con fuerza a pesar del dolor que sintió. Pronto se separaron y él la miró fijamente mientras ella miraba a todos en la sala. Estaba Jarek y el hombre que desconocía, dos soldados de su hermano, el príncipe del reino vecino y dos de sus soldados, más un cazador que era una especie de nómada altamente entrenado.

- Andrzej, ¿qué está pasando?- su voz parecía gélida pero sin dejar de ser delicada, miró fijamente a su hermano por una respuesta pero el parecía estar fabricando la adecuada.

- Iwona...- comenzó su hermano.

- Se avecina el tiempo de guerra su majestad- anunció el hombre de la capucha.

- Deberías descansar- propuso Jarek levantándose de su asiento.

- Soy reina en conjunto con mi hermano, lo que significa que si él va a la guerra, yo también lo haré- sentenció y entonces se separó de Andrzej y fue a parar en la silla más cercana a ella- ponme al tanto por favor- pidió amablemente al hombre de la capucha que estaba frente a él.

- Como desee reina mía- respondió haciendo una pequeña reverencia con su cabeza.

- ¿Podría conocerlos primero?

- Mi nombre es Gerik- dijo el hombre de la capucha echándosela hacia atrás.

- A mí ya me conoces- dijo el rey vecino de Ogień, para luego levantarse de su asiento y entonces hacer una exagerada reverencia, siempre lo hacía.

- Cómo olvidarte querido Bazyli- respondió con una gran sonrisa.

- He venido con mis mejores guerreros y amigos- dijo refiriéndose a los dos soldados a su lado- este es Aniol- se refirió al de la derecha era rubio y su cara muy detallada, hermoso- ella es Likla- si soy compañero era hermoso, ella parecía una mismísima obra divina, si cabello era rubio casi como la miel y su mirada desafiante pero al mismo tiempo delicada.

- Yo he venido con Józef y Henryk- anunció si hermano, ella los conocía bien y no necesitaban presentación, Józef era alto y de cabello oscuro pero no tanto como Henryk que le ganaba en esos dos aspectos.

- Yo soy Casimir- dijo el cazador, era admirable de buen rostro, pero nadie sabía que ambos se conocían y prefirieron dejarlo en secreto.

- Ya todos presentados, podré empezar. La guerra que se avecina es contra Wiatr, la isla de los vientos al norte, quieren invadir y para nadie es secreto que tienen cierta ventaja mágica contra nosotros. Parece que su único objetivo es la invasión.

- ¿Han intentado llegar a un acuerdo?- dijo ella.

- Digamos que no hemos obtenido respuestas claras- anunció su hermano apoyándose en su silla- solo comprendimos que quieren algo que tenemos, pero aún no sabemos qué.

- La única respuesta concreta que recibimos, fue una declaración de guerra- repuso Jarek extendiéndole el papel que lo confirmaba.

La Reina de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora