Capitulo 24

2.4K 139 3
                                    

Pov Maya

Los rayos del sol me despertaron, gire hacía uno de los lados de la cama palmeando el lugar buscando a Carina pero no la encontré, así que abrí los ojos sentándome en la cama preguntándome dónde estaría mi italiana guapa aunque no fue hasta pasados unos minutos que la vi volver a entrar por la puerta con una bandeja que supe que había ido a preparado el desayuno si es que no podía ser más perfecta.



- Ya estas despierta -sonrió acercándose a besarme- sei una donna bellissima (eres una mujer guapísima) te he traído el desayuno -coloco la bandeja en la cama-

- Sabes que estás muy sexy hablando italiano aunque no entienda nada de lo que dices -sonreí y la volví a besar- gracias por el desayuno eres adorable cariño

- Estos días quiero que sean especiales para ti -sonrió- quiero que sepas lo que eres para mí por si puedes tener alguna duda

- Se lo que sientes por mí no tengo ninguna duda quieres saber porque -asintió con la cabeza- porque yo siento lo mismo por ti cada día desde que empezamos esto



Desayunos tranquilamente bueno nos entretuvimos un poco más en la cama después de terminar todo lo que había preparado Carina, si me dicen en ese momento que he muerto y estoy en el cielo creo que me lo creería sin dudarlo ni un segundo, cuando nos levantamos decidimos ir a dar una vuelta por la playa e incluso tomar un poco el sol hacía muy buen tiempo pese a que aún no estábamos en verano.



- Toma cariño -me dio un bote de crema- échatelo que eres tan blanquita que no quiero que te quemes

- Lo tenías todo planeado no se te ha escapado ni un detalle desde ayer por dios Carina que incluso has traído los bañadores para este día en la playa -le regalé una sonrisa- te he dicho ya que eres perfecta

- No te creas tan perfecta no soy si no llega a ser porque nuestros amigos me echan una pequeña ayuda no lo hubiera logrado a tiempo he tenido unos días algo locos en el hospital ¿quieres que te eche crema en la espalda?

- Si por favor que no quiero quedar tan roja como una gamba a la plancha -sonrio ante mi ocurrencia- ya sabía yo que ellos también habían colaborado aunque no me lo quisieran decir que sepas doctora que le han sabido guardar muy bien el secreto



Estuvimos hasta bien entrada la tarde allí, luego volvimos a dentro de la casa nos vestimos con ropa cómoda y fuimos a dar una vuelta por los alrededores no había gran cosa cerca pero si un par de bares como a unos quince minutos de distancia de donde estábamos.

Estuvimos un poco de tiempo tomando algo en uno de ellos y cuando empezamos a tener hambre decidimos volver para la casa, esta vez no dejaría que Carina se encargara de hacer la cena hoy me tocaba a mi le haría una receta que me enseño mi madre y que agradecía el echo de no haberla olvidado cuando estuve en coma.



- Que no hoy cocino yo tengo la receta perfecta para esta noche ya verás que como te gusta -sonreí-

- Bambina creo que todo lo que tu hagas me va a gustar -me agarro de la cintura y me beso- esta bien no insisto tu preparas la cena y yo pongo la mesa .... que te parece si después de cenar vamos a dar una vuelta por la playa esta la noche agradable

- Me parece que me has quitado la idea de la cabeza -me giré para ir a la cocina-



Estuve un buen rato cocinando siempre  me había relajado hacerlo, cuando lo tuve todo listo lo eche todo en una fuente y me dirigí al salón con todo para colocarlo en la mesa, pude observar una sonrisa dibujada en el rostro de Carina que tenía cara de expectación como una niña que espera a que le den el regalo de reyes solo esperaba que le gustara lo que había hecho.


- Espero que te gusten o por lo menos estén a la altura de la comida italiana que sueles comer -sonreí tímidamente- es un receta que solía hacernos mi madre cuando éramos pequeños

- Estoy deseando probarlos -se sentó en una de las sillas- seguro que están riquísimos -se echo un poco en el plato y los probo- Ufff Maya esto esta muy bueno tienes que pasarme la receta

- Doctora creo que eso no puede ser la receta es alto secreto así podre sorprenderla más veces

- No te preocupes con mis encantos lograré que me lo termines contando -sonrió maliciosamente- y ya se me están ocurriendo alguna que otra idea

- Muy segura la veo yo a usted señorita DeLuca me encantará ver cuales son esas ideas que tiene en mente aunque me puedo hacer una idea y ya le digo de ante mano que no logra sacarme la receta



Cuando terminamos de cenar lo recogimos todo entre las dos, intenté sin éxito que Carina no me ayudara pero fue imposible, cuando terminamos nos pusimos una chaqueta y fuimos a dar una vuelta por la orilla del mar.

Después de un rato paseando de la mano decidimos sentarnos en la arena, Carina paso su mano por mi cintura y yo apoyé mi cabeza en su hombro, no os podéis imaginar lo a gusto que podía llegar a estar con ella creo que cada día que pasaba más me enamoraba.



- Es increíble como se ven las estrellas aquí -mire al cielo- como se nota que estamos lejos de la ciudad

- ¿Quiero que seas mi novia? -me miró sonriendo- quizás tu lo veas demasiado pronto al fin y al cabo solo estamos en esto desde hace poco tiempo pero siento que cada día me enamoró más de ti



Tarde unos segundos en reaccionar yo también había estado pensando en pedírselo pero se me había adelantado, tenía la respuesta demasiado clara en mi cabeza aunque ella al notar que no contestaba quizás pensó que no quería o simplemente que iba demasiado rápido.



- Que si es muy pronto para ti Maya yo lo entiendo no pasa nada amore -me cogió la cara con sus manos y me miró a los ojos- porque no vamos yendo hacía la casa empieza a refrescar



Se levantó de donde estaba sentada ayudándome a hacer lo mismo, se giro para empezar a caminar hasta la casa pero antes de que diera los primeros pasos la agarré del brazo haciendo que parara y se quedara mirando para mí con cara de no entender nada.



- Carina donde vas no me has dejado tiempo para contestar -la miré sonriendo- no quieres saber la respuesta

- En serio Maya no hace falta si no estas preparada solamente me conformo con que sepas que estoy dispuesta a todo contigo -volvió a intentar caminar pero volví a pararla-

- Claro que quiero ser tu novia no hay nada en este mundo que deseé más que tenerlo todo contigo


Me acerqué de forma lenta pegando su cuerpo contra el mío, coloque mis manos en su cuello y la acerqué para besarla, al fin era mi novia solo de pensarlo tenía una fiesta en mi interior de la que quería hacerle partícipe atreves del beso, creo que cuando empezamos jamás pensé que terminaríamos así con el ruido de mar de fondo y las estrellas siendo testigos de que allí entre nosotras empezaba una nueva etapa de nuestra relación.

La PacienteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora