Capítulo 23

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Pov Maya

Creo que mi tiempo en silencio fue demasiado pero es que me había dejado muy sorprendida, creo que el echo de que no hablara y solo observará inquieto a Carina que seguía quieta justo detrás mío pero es que si cualquier persona en la tierra hubiera visto lo que yo os se hubiera quedado igual.



- ¿Te gusta? -podía notar algo de nerviosismo en su voz- quizás es demasiado tendría que haber preparado algo más casual pero me apetecía hacerlo especial lo siento

- Es perfecto siento si con mi silencio te hice pensar lo contrario -me acerqué y besé sus labios muy despacio- cariño me encanta como has colocado todo esta precioso hacía mucho tiempo que no me hacían una sorpresa así

- Amore esto es lo que mereces ¿tienes hambre? -asentí sonriendo de forma picara- de ese hambre también pero tenemos tiempo la noche acaba de empezar ahora será mejor que cenemos algo



Cenamos tranquilamente con el ruido del mar de fondo era algo precioso tengo que reconocer que por primera vez en mucho tiempo me habían impresionado bastante, la cena transcurrió tranquila con una conversación bastante relajada algo a lo que seguramente ayudaban todos los factores que teníamos al rededor.



- Voy a ir recogiendo esto -me levante de la silla-

- No espera yo recojo tu vete al sofá esta es tu noche amore solo tienes que disfrutar -se acercó a darme un beso-

- Esta vez no Carina de recoger me encargo yo que tu has preparado todo esto -le dije algo seria- así que coge esa copa de vino y vete al sofá que ahora estoy contigo

- Sabes que cuando te pones mandona estas muy sexy -sonrió- vale esta bien como mi niña quiera pero que sepas que aún quedan sorpresas que irás descubriendo durante los días que estemos aquí



Vi como Carina se dirigía sonriendo al sofá, dejándome pensando en cuáles serían dichas sorpresas, negué un par de veces y dejando mi mente en blanco, lo que fuera ya lo descubriría, me encamine a la cocina para recogerlo todo cuanto antes terminará antes volvería con ella.



- Ves ya estoy aquí tampoco he tardado tanto -me senté en el sofá- creo que ya te lo he dicho pero gracias por cómo lo has preparado todo para esta noche me siento especial a tu lado -me abrace a ella dejando un beso en su hombro-

- Ya te dije cuando llegamos que es lo que te mereces cariño -se acercó dejando un beso en mis labios- porque no vamos a la habitación tengo algo que enseñarte

- He de reconocer que con tanto misterio me tienes intrigada -sonrei levantándome junto a ella- sabes tienes razón vamos a la habitación pero creo que esta noche vamos a dormir poco

- Uy eso que es una declaración de intenciones señorita Bishop -me guió de la mano hasta la puerta- creo que me gusta mucho su idea porque no habré la puerta seguro que le gusta lo que hay al otro lado.



No tarde en abrir la puerta todo me tenía intrigada, como una niña cuando le das un regalo nuevo, cuando entré en la habitación me la encontré preciosa la cama estaba decorada con pétalos de rosa y había alguna vela colocada estratégicamente de forma que la estancia quedaba iluminada con una luz tenue.

No me hizo falta más fui hacía Carina pullándola por sorpresa y la bese con tanto ímpetu que termino con su espalda pegada a la puerta de la habitación que minutos antes esta se había molestado en cerrar, el beso no era tranquilo todo lo contrario iba subiendo de intensidad mientras mis manos recorrían su cuerpo.

Empece a quitarle toda la ropa que me iba estorbando a mi paso hasta que mi morena quedó completamente desnuda de cintura para arriba, baje de su boca hasta su cuello succionándolo viendo como lograba sacar los primeros gemidos de sus labios.



- Maya vamos a la cama -me miro con sus ojos más oscurecidos de lo normal- voy hacer que te tiemblen hasta las piernas -lo último me lo susurró al oído haciendo que tuviera un escalofrío-



Carina se colocó encima mío empezando a besarme mientras nos íbamos desnudando hasta que las dos quedamos completamente desnudas y con nuestras ropas esparcidas en algún lugar de la habitación, bajo hasta mi cuello recreándose en él haciendo que me fuera imposible que pudiera retener mis gemidos pudiendo incluso notar su propia excitación con solo el roce de nuestros cuerpos

Siguió bajando hasta que se encontró con mis pechos, cogió uno mis pezones empezando succionarlo mientras que con la otra mano se ocupaba del otro masajeándolo y una vez termino con uno se dispuso a darle la atención que merecía a su hermano, mientras lo hacía empecé a tocar su cuerpo con desesperación intentando tener un mayor contacto con ella algo que la hizo sonreír y separarse de mí por unos segundos



- Tranquila tenemos toda la noche -empezó a besar mi cuello acercándose a mi oído para susurrarme- no hay ninguna prisa quiero hacerte el amor muy lentamente



Y en aquel momento todo se paró y lo único que se escuchó por un tiempo después fueron los gemidos que se perdieron por las cuatro paredes de aquella habitación que fueron testigos de como nuestros cuerpos se estuvieron amando durante toda la noche hasta caer agotados por el cansancio.

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