Primeras salas

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Capítulo 3

Los dos chicos se voltean a ver sorprendidos, Hariq de inmediato iba a decir que sí, pero Perliká le gana la palabra y dice: - ¿Cómo sabemos que no nos harás caer en una trampa? -

   - No puedo hacer nada, no tengo cuerpo, no puedo mover ni tocar nada. Ustedes son mi esperanza, les aseguro que los ayudaré a salir vivos y completos de aquí, y yo también seré libre.

   - ¡Es un trato! - Grita Hariq

Una vez aceptado el trato, Grey agradece y les pide que se pongan de pie, ya que hay algo que debe mostrarles. Los hace pararse en frente a la pared con la pintura extraña. Grey les explica que ese es un mapa, específicamente es el mapa de todas las salas en las que se encuentran los diamantes fuego y agua. En total hay 32 salas, repartidas en los 8 pisos, para acceder a esas salas, se necesita lo que ya se sabe, un macho fuego y una hembra agua que activen las puertas. 

Los niños preguntan por qué el mapa tiene forma de árbol, y él les contesta que así están repartidas, para que los mecanismos y las trampas tuvieran espacio para poder activarse. 

Ahora, con solo la voz los guía hacía el primer piso de vuelta. Por la sala de estár, debajo de la escalera por la que bajaron, se introducen en una cortina vieja y ruñida. Detrás de ella estaban las primeras puertas que accedían a los cuartos ocultos. Estaban separadas por 3 ladrillos de distancia. La de la izquierda tenía el mismo símbolo rojo del trono y de la entrada, y la de la derecha, tenía el símbolo azul. Medían prácticamente la altura justa de los niños, y estaban rodeadas por un marco de 15 centímetros. 

   - Hariq, Perliká, acérquense a las puertas

Los dos se acercan a su respectiva puerta, y estas, al sentir su presencia, una presencia que no sentía hace mucho tiempo, los símbolos se iluminaron y al momento, se abrieron las puertas de abajo hacia arriba. Eran de roca, y chocaban contra la pared en su esfuerzo de pasar, incluso de la base desprendía tierra y se despegaban de algunas telarañas. Los niños exclamaron lo mucho que les sorprendía tal cosa.   

   - Pueden entrar, no se preocupen, los pasillos no tienen nada. Si llegara a haber algo anormal, yo se los diré. - Avisa Grey

Los niños se introducen al interior de las puertas, y estas se cerraron cuando ya iban a la misma distancia en la que tuvieron que posicionarse para abrirlas. Las puertas eran pequeñas, pero los pasillos eran mucho más altos, como el doble. 

Una pared separaba a Hariq y a Perliká, pero cada medio  metro, había una ventanita por la que ambos podían verse. Las escaleras eran muy cortas y angostas, un adulto tendría que abarcar de 2 a 4 de ellas para no cansarse, pero para un niño eran perfectas. 

Grey ya había intentado guiar en el pasado a otros dos grupos, ninguno lo consiguió. Pero aunque sonaba ruin llevar a simples infantes a una posible condena, le daba alegría y ternura tener niños que guiar. Eran tan inocentes que cualquier cosa que el dijera, lo tomarían como si fuese su dios. Además, ya extrañaba tener a alguien con quien hablar. 

Después de unos 2 minutos de caminar por los pasillos, llegan ambos a otra de las puertas, a la misma distancia y la misma posición que las primeras. Nuevamente las puertas se activan y se abren. No sin antes de que Grey se adelantara y se asegurara de cuando espacio podía recorrer sin peligrar.

Sala 1

Al entrar, lo único que podían ver era otro pasillo únicamente iluminado por sus luces azul y roja, con el camino obstruido por algunos charcos y al final de este se veía una posible subida. Pero desde la perspectiva de Grey, se podía ver todo con mucha claridad. Lograba visualizar cada escalón, cada camino, cada piedra, cada trampa, cada liana. En sí, veía todo como si fuese como un plano.

Fireboy and Watergirl: La leyenda del templo de fuego y aguaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora