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CUTE

Alrededor de las tres de la madrugada, llegaron al hospital la madre y el hermano de Jake, claramente con los nervios de punta al no saber el veredicto final del castañito. Su madre al notar lo cansados que estaba su esposo por las horas que había estado en esa incomoda silla de metal y su hijo por las horas de vuelo, les pidió que se fueran a descansar ya que ella se quedaría esa noche.

En la mañana, todas las personas que pasaban por la sala de emergencias podían apreciar a un Sunghoon aventado en una de las frías e incómodas bancas tratando de poder dormir, la madre de Jae le dijo que se fuera a casa lo cual él muy terco se negó.

Ambos sujetos decidieron ir a desayunar a la cafetería del restaurante en donde por primera vez en veinticuatro horas, Sunghoon rió al ver como la señora Shim chocaba con una torre formada de vasos de unicel ocasionando que todos se cayeran y los trabajadores le lanzarán una mirada para nada amable al ver como todo su trabajo estaba regado en el suelo. Los dos sujetos pudieron conocerse mejor, Park sonreía internamente al ver como la madre de Jake cada vez que hablaba hacia los mismos movimientos que el azabache, si el señor Shim era su copia exacta, la señora Shim era el doble.

La dama se sentía feliz al saber que su pequeño hijo tenía alguien que lo apreciará como Sunghoon lo hacía. Desde que dejó que Jaeyun se viniera solo a Corea, le preocupaba que no se pudiera adaptar al país o que nadie estuviera para él, pero al ver como Hoon lo alagaba y hablaba maravillas de este, sabía que en todo este tiempo estuvo en buenas manos.

Al regresar nuevamente a la sala de espera, el doctor se acercó para informarles que ya podían pasar a ver al australiano. La señora Shim no dudó ni dos segundos y le pidió a Sunghoon que pasara primero, ella deseaba ver a su hijo pero sabía que Hoon lo deseaba más aunque no dijera nada.

Y si, ahí se encontraba un pequeño Sunghoon caminando rápido por los pasillos de aquel hospital, su emoción era inexplicable, parecía un niño al cual le entregarían una paleta de dulce cuando entrara a aquella puerta.

Segundos antes suspiro para después dar dos toquecitos a la puerta y recibir como respuesta un:

Pase

Sunghoon abrió velozmente la puerta, sus ojos brillaron demasiado al divisar a Jakey en la camilla con una sonrisa de oreja a oreja, todo a su alrededor pareció desaparecer y lo único que se escuchaba en la habitación era el corazón de ambos chicos tratando de sincronizarse, rápidamente se acercó y se abalanzó a aquel lindo chico el cual correspondió su abrazo gustosamente.

- Supongo que la persona con la que te querías encontrar la apreciabas mucho -habló Jae, acariciando con delicadeza la melena del coreano.

El pelinegro se fue separando poco a poco, con el señor fruncido a causa de la confusión.

- ¿A qué te refieres?

- Tal vez no soy la persona a la que querías encontrar, chico... quizás en el resto de puertas que recorren el pasillo podrá estar esa persona -le dedicó una sonrisa ladina.

- Pero Jake... soy Sunghoon obviamente vengo a verte a ti -aclaró, tratando de ver los ojos contrarios en busca de esa chispa que tenían cada vez que hacía una broma.

- Mhm... lo siento -se quedó pensando, analizando su rostro tratando de recordar en donde lo había visto- no te puedo recordar, en verdad lo lamento tanto pero... si quieres te puedes sentar aquí -palmeo un lugar a lado de el- tal vez podamos charlar un poco para conocernos más.

A Sunghoon se le había partido el corazón en mil pedazos al escuchar la respuesta del contrario, sus ojos empezaban a picar y su pecho se sentía un vacío impresionante.

𝗣𝗼𝗿 𝗾𝘂𝗲́ 𝘁𝗲 𝗮𝗹𝗲𝗷𝗮𝘀?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora