UNA TESIS ROJA

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El auto iba saliendo del aparcamiento, cuando de repente un inspector policial le pide a Augusto que se detenga, y le empieza a realizar preguntas requeridas por la desaparición de Martha.

Una noche anterior la familia de Martha, ya había puesto una denuncia por la desaparición de esta, pues había salido de la Universidad y nunca regresó a casa.


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Augusto Greco, peruano de nacimiento, pero con linaje italiano. Estudia en la Universidad Nacional Científica. Estudiante de último año que está trabajando mucho en su tesis para poder salir con honores de la Universidad. Se resalta entre todos por sus excelentes calificaciones, no obstante, sus habilidades de interacción con personas era algo que a la mayoría de sus maestros les parecía ininteligible. Es decir, no se junta con nadie, su presencia pasa desapercibida al igual que su físico, hombre lánguido, medía menos de metro sesenta y no era tan agraciado.

Acepta la soledad como única opción, al parecer eso dicen mucho. La mayoría de personas cercanas a su casa comentan que tiene un comportamiento extraño por las mañanas, y más sospecha da, porque estudiaba solo de noche. Por las tardes debido a lo solo y vació que se encuentra; pasa maldiciendo por todo lo que vive, solo quiere descubrir una fórmula para ser feliz, es por ello que su tesis se basa en eso. La búsqueda de la felicidad para él es el principal elemento para que las personas se amen y se mantengan unidas, logren cambiar diversos aspectos tanto personal y espiritualmente.

En el trascurso de los días se encuentra con una chica, Martha, era la más guapa del salón. Para él era su amor platónico desde hace mucho tiempo, pero jamás se atrevió a decirle. Hasta que esta lo saluda por vez primera y cautivado por su mirada, decide devolverle el saludo. Ella era la única que le hacía ver las cosas de diferente manera.

Una noche después de clases decide invitarla a su casa para tomar un café, platicar y saber más de ella. Martha acepta; la inocencia que la caracteriza y el confiar en las personas, no le permite ver más allá de esa siniestra criatura llamada Augusto.
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Llegan a casa y él le ofrece el café recién preparado; ya había dejado todo listo por la tarde, así que en la sala se deja ver una pequeña mesa con un florero en el centro, el televisor apagado y velas por todo el lugar.

Martha se sobresalta cuando siente el calor del aliento de Augusto cerca de su oído, no sabía qué hacer. Así que antes de que gritara, el muchacho le propinó un certero golpe para poderla dormir. Lo único que quería era tenerla cerca, pues decía que era la fuente de su felicidad, algo que por mucho tiempo estuvo buscando.

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Apenas el sol daba su primer saludo a la mañana, se escucharon pasos demasiados pesados bajando por las escaleras que daban para el sótano, el rechinar de las maderas era un estruendo perturbador para la víctima de aquella mañana; la puerta se abre, la mujer se sobresalta y el individuo pegado al marco de la puerta dirige su mirada con lascivia hacia la mujer que se encontraba temerosa y llorando. Esta vez no la tocó, ni aplacó sus deseos con ella, simplemente se sentó a su lado y con total lozanía le mostraba todo lo que podría hacerle. La víctima asustada solo atinó a soltar un pequeño grito, lo que provocó la ira de este ser, la mujer se quedó atónita al ver como su apariencia lánguida del hombre cambiaba completamente por una que era tan inverosímil y que la dejó estupefacta por varios minutos.

Martha, como se llama la víctima de la mañana, trató de hacer lo imposible por escapar, lo que provocó entre ellos una especie de litigio. Después de forcejear por varios minutos, aquel hombre le suelta una estruendosa bofetada que la paraliza; Martha no tiene tiempo ni de gritar: El hombre ya se encontraba levitando por el recinto y no dudó en lacerar a la mujer; que indefensa se encontraba tiraba por el suelo frío, con desperdicios, al parecer serían restos de carne, pero no pudo ver más, porque cuando se intentó mover el hombre ya había ungido sus dedos dentro de los ojos de la víctima.

Preso del terror decide tirar todo lo que encontraba a su paso, cuadros, lámparas, catre y un cuaderno salieron por los aires. Se sentía tan cansado, que desistió de lo que había hecho, no era consciente de cómo habían sucedido las cosas.

Cuando vio a Martha tirada, masacrada, con heridas y los ojos hundidos, se puso a llorar incontrolablemente, cómo había sido posible de cometer tan macabro crimen, odiaba ser otro ser por las mañanas, se sentía tan poco humano, un ser despreciable.

Después de maldecir por lo ocurrido, no le quedó más que desparecer el cuerpo, con cierto repudio alzó el cuerpo y lo metió en un costal, limpió y acomodó todo, como si ni el viento hubiera pasado por allí.

Entrada la noche, decide subir a su habitación y cambiarse de ropa; vestido y limpio se sienta en la cama y entra en introspección, como siempre lo hacía y decide recordar lo pasado la noche anterior.

La noche estaba fría cuando la bajó al sótano y la ató contra una especia de madera que había enterrado en el suelo.

Martha no despertaba y debido a eso, decide emprender con su tesis, siguió escribiendo y sacando conclusiones, hasta que ya no pudo más; guardó todo lo que tenía en aquel lugar y fue hasta donde Martha y le dio un pequeño beso en los labios. Así despidiéndose de ella, subió las escaleras y se dirigió a su habitación para poder recuperar energías para el día siguiente, ninguno de los dos sabía lo que pasaría .

¿Cómo alguien que acaba de cometer un crimen puede realizar este tipo de actos?

Baja al sótano y toma el costal que estaba muy pesado y tras un arduo esfuerzo logra colocarlo en la maletera de su auto, pero como dicen no todo crimen es perfecto.

La policía lo detiene y empiezan a cuestionarle. Augusto muy nervioso, fue respondiendo todo, pero solo bastó con esta inspección para hacerlo confundir, al cabo de media hora estuvo confesando qué llevaba en el costal que se encontraba en la maletera del auto y cómo iba a ocultar el cadáver de la víctima. Así también declaró que no tenía poder total de sus impulsos y que no supo cómo pudo matarla, después de ello, fue llevado a la detención policial.

Después de hacer las pesquisas correspondientes, pareciendo los agentes unos sabuesos, se llegó a la conclusión de que había sido el autor intelectual del asesinato de Martha. El juez dictó cadena perpetua para el implicado y así poder hacer justicia por Martha y el resto de víctimas que ya habían

pasado por sus manos, ya que se encontró un cuaderno con nombres cada uno con una equis al lado y había muchos que no la tenían, lo que hizo pensar que podía ser un asesino en serie. Además los estudios psiquiátricos dieron como resultado doble personalidad; debido a esto el hombre actuaba diferente dentro del trascurso del día, de mañana era un "monstruo", como lo catalogaban los vecinos, por la tarde era un ser depresivo con alto índice de querer acabar con su nefasta vida y por la noche el estudiante bien portado y sobresaliente en la Universidad.

Su agonía fue lacónica, no pasó por lo que sus víctimas pasaron, pero yacía tirado en el suelo del baño de prisión, ahogado en alientos que iban desapareciendo, mientras el sol se ocultaba en una tarde de otoño su alma iba rumbo a un limbo donde los tipos como él caen de manera repentina y no más se les vuelve a ver.

Años más tarde su tesis fue puesta a disposición de personas especializadas en el tema y se logra descubrir que Augusto Greco había descubierto una nueva fórmula de felicidad para las nuevas generaciones, sin más reparos fue conocido por esto, algo tan contradictorio para la humanidad, debido a que fue un asesino; era totalmente una aberración y una burla para cientos de personas. Aun así, las Universidades lo tienen como un estudioso práctico, fuera de todo lo que cometió. Decir es una cosa, pero hacerla, es otra. En Augusto prevalecieron ambas, pero para el resto de estudiosos solo importó los conocimientos que dejó. Una tesis manchada de sangre, pero con excelentes estudios.

                                                                            THE VI (TNL)

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