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Una lluvia repentina inunda la ciudad, al mismo tiempo que levanto la mano para despedirme de ti

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Una lluvia repentina inunda la ciudad, al mismo tiempo que levanto la mano para despedirme de ti.

Me doy la vuelta y trato de no mirarte más, quizas eso sirva para aminorar el dolor desgarrante que ahora consume mi pecho.

Sigo caminando sin mirar atrás y gota a gota se van formando charcos en los que me termino viendo reflejada.

Mi garganta se cierra.

Cada paso me pesa porque sé que me voy alejando de donde estás.

Quiero huír de la situación, pero me tiemblan las piernas y no puedo correr.

Tal vez es porque sé que poco a poco, te voy dejando atrás.

O tal vez es porque sé que poco a poco, yo misma empiezo a llover dentro de mí.

Una lluvia repentina está inundando la ciudad, pero no huyo del aguacero.

Lágrimas repentinas están inundando mi rostro.

Y sí.

Sin duda alguna, estoy huyendo de mis sentimientos.

Sin duda alguna, estoy huyendo de mis sentimientos

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Poemas que llueven.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora