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Arreglabas tu maquillaje mientras observabas tu reflejo en el espejo iluminado frente a ti, tu cabellera estaba maravillosa y tu vestimenta de igual forma. El próximo número sería el tuyo y estabas algo nerviosa a pesar de ser una bailarina y cantante con mucho talento y años de práctica, además de que eras una de las más importantes del momento. Diste un último retoque a tu peinado y antes de partir observaste tu look finalizado, el nuevo vestido rojo de lentejuelas se ajustaba a la perfección a tu cuerpo, además brillaba de una manera tan encantadora gracias a las luces, te ansiaba la idea de verlo bajo los reflectores.
Y ahí estabas, detrás del telón rojo esperando a que se abriera dando paso a tu actuación, y así fue poco después cuando al fin lograste ver a la multitud con los ojos fijos en ti, los aplausos llenaron aquel lugar y fueron aún más fuertes cuando la música comenzó. Esa era tu señal.
Tu dulce voz llenaba el teatro en conjunto de la suave música de jazz, estabas tan emocionada como cada día y esa noche era tan hermosa como siempre. Tu mirada se paseaba por el gentío con la esperanza de encontrar alguna cara bonita que lograse entretenerte más tarde por la noche, se había convertido en algo que te mantenía despierta y distraída de él lado malo de la fama. Un joven camarero llamó tu atención, estaba detrás de la barra sosteniendo una charola con una botella de vino y dos copas, observando himnotizado tu coreografía y podías notar que también tarareaba la letra y disimuladamente hacia algunos pasos de la coreografía. Tan adorable.
Tu solo terminó poco después y las rosas calleron sobre el escenario cuando la música se detuvo, diste una reverencia como agradecimiento y después el telón se cerró poco a poco y al fin pudiste respirar tranquilamente, la parte que te ponía nerviosa había pasado, bueno, por el momento, pues tenías que presentarte una segunda y última vez.
Regresaste a tu camerino y de nuevo te sentaste el la butaca frente al espejo para comenzar a quitar los accesorios que te adornaban, la música suave del piano resonaba en la habitación dando un ambiente tranquilo y agradable; poco después escuchaste la puerta sonar y respondiste con un simple "adelante".Notaste a aquel lindo camarero reflejarse en tu espejo, traía una charola con champagne y una copa de vidrio llena con aquel líquido rosado. Moët & Chandon, tu favorito.
—Kim seokjin a sus órdenes madam. —Tomó la copa y la extendió hacia ti, notaste de inmediato que sus manos temblaban y sin querer derramó el champagne sobre tu vestuario, haciendo que te sobresaltaras de inmediato.
—¡Que desastre!
—Lo lamento mucho, no quise hacer eso. La admiro demasiado, de verdad, observo todos los días sus excelentes presentaciones. Por favor, discúlpeme. —Había sacado un pañuelo blanco de su bolsillo.
—Si no fueses tan apuesto probablemente ya te habría echado de aquí.
—Lo lamento mucho, déjeme pagarle los daños. Verá, no gano mucho pero estoy segu-
—¿Alguna vez has besado a una dama?
—¿Disculpe?
—Ven acá, limpia el desastre que causaste.
Su mirada claramente se había fijado en aquella mancha sobre tu escote, y con las manos temblorosas aquel muchacho tomó su pañuelo y comenzó a limpiar como habías pedido, al principio algo temeroso y después con más seguridad, podías sentir sus nervios y al tenerlo frente a ti casi a tal cercanía te hizo querer experimentar. Tiraste de la corbata que el vestía y su rostro quedó a pocos centímetros del tuyo.
—¿Te gustaría besarme ahora mismo?
El simplemente asintió y poco después se encontraban envueltos en un beso algo acalorado, su boca era dulce y con un sabor a menta fresca, sin duda la sensación de ambas lenguas chocar te parecía interesante pero eso no era suficiente. Quitaste poco a poco uno de los tirantes de tu vestido hasta descubrir tu torso, el había cortado el beso para ahora llevar su rostro a uno de tus pechos y morder sutilmente uno de tus pezones, pasando después su húmeda lengua por tu piel.
Podías palpar su entrepierna con uno de tus pies y alcanzaste a sentir su dureza, debías actuar rápido pues tu siguiente presentación sería dentro de poco tiempo y realmente tenías ganas de divertirte.
Guiaste a Seokjin hacia el pequeño sofá de la habitación y te acomodaste sobre su regazo, bajaste tus manos por su pecho hasta llegar al borde de sus pantalones en donde te encontraste con su cinturón, desabrochaste este para después quitar el botón de sus prendas inferiores y bajar el cierre del mismo haciendo que su erección estuviese descubierta.
Tomaste uno de los preservativos que estaban dentro de un pequeño cajón en tu tocador y lo colocaste sobre su miembro para después bajar tus bragas y aún con el vestido puesto sentarte poco a poco sobre su falo notando como aquel chico tiraba su cabeza hacia atrás y suspiraba profundamente, su rostro estaba demasiado ruborizado. Así que después comenzaste a moverte suavemente de arriba a abajo apoyando tus rodillas sobre el sofá y tus manos sobre los hombros de Seokjin quien mantenía su mirada fija en tu rostro y gemia más alto cada vez que te empujabas más fuerte hacia abajo.
—Tienes que ser silencioso si no quieres que nos descubran. —Susurraste sobre su oído y mordiste el lóbulo de su oreja al mismo tiempo.
El solo asintió y notaste su labio inferior ser atrapado entre sus dientes.
Habías comenzado a moverte más rápido intercalando entre movimientos de atrás a adelante y de arriba a abajo cada vez más rápidos y constantes. En ese punto el sudor había comenzado a aparecer sobre tu frente y también en la de el.
La adrenalina del momento te emocionaba aún más pues en cualquier momento podrían cruzar aquella puerta para avisar que tu segundo acto sería pronto, o quizá simplemente alguien abriría esta dejando ver claramente la situación, tu carrera y el empleo e incluso futuro de Seokjin se verían arruinandos.
Aquel muchacho tomó tus caderas y con cuidado tiró tu cuerpo a lo largo del sofá, subió poco más tu vestido y tomó una de tus piernas para colocarla sobre su hombro y así embestirte con más fuerza y rapidez, sus movimientos eran tan precisos y daban directo a tu punto debido a la posición, encorvaste tu espalda cuando sentiste tu clímax llegar y mordiste tu labio intentando no soltar algún sonido obsceno. Mientras tanto Jin observaba tus pechos desnudos rebotar cada vez que se empujaba dentro de ti, y poco tiempo después terminó corriendose también, saliendo de inmediato de tu interior para quitar aquel objeto de látex y tirarlo en la basura, intentó recobrar el aliento y se levantó de su lugar, camino hacia el tocador y acomodó su corbata y su cabello mientras se observaba en el espejo.
Poco después te levantaste y tomaste un vestido limpio y nuevo, sería el indicado para tu siguiente actuación, lo vestiste y retocaste nuevamente tu maquillaje en el espejo arreglando tu peinado también.
—Diez minutos para la presentación. —Una mujer abrió la puerta para avisar tal y como habías predicho. Segundos atrás los habría descubierto.
Tus ojos fueron a los de Jin y ambos rieron cuando sus miradas se cruzaron.
—Esto tiene que permanecer en secreto. —Habías susurrado sobre su oído mientras dejabas tu número telefónico anotado en un trozo de papel dentro de su bolsillo. —Pero necesito seguir viéndote, Seokjin. Si así lo deseas. Llámame.
Después de eso tomaste tu bufanda de plumas rosa y al fin saliste de tu camerino.
[🧃]
Pido una disculpa si algo está fuera de lugar o no encaja con el tema. Hice este capítulo a mi imaginación y busqué información sobre esta década, sin embargo mi conocimiento no es mucho.
