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~Amara~

Salí de la Universidad después de la larga jornada de clases, es algo realmente agotador, pero extremadamente necesario.

Llego al estacionamiento y me subo a mi auto dirigiendome a casa, le había prometido a Levana llevarla hoy al bosque a ver al lobo, claro que no estoy segura si aparecerá hoy, pero nada pierdo intentándolo.

Llegué a mi casa, me estaciono y entré a la casa.

- Hola Nana - Saludé - ¿Dónde está Levana?

- Esta vistiéndose - asentí y fui a verla a su habitación, está muy bien vestida, siempre le ha gustado arreglarse para cualquier ocasión, a pesar de solo tener 4 años le encanta verse hermosa.
Le puse unos botines y un gorrito blanco que le combinada a la perfección con el vestido que ella eligió.

Le puse unos botines y un gorrito blanco que le combinada a la perfección con el vestido que ella eligió

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- Ya vámonos mami - dijo tomándome la mano y saliendo de la habitación.

- Espérame bebé - le di un beso en la frente - deja que me duche, me cambie y nos vamos - asintió - anda dile a Nana que nos prepare algo de comer para llevar - asintió y se fue corriendo a la cocina.

Me fui a duchar no demoré más que unos minutos, Dalia rápidamente y me vestí, decidí ponerme un outfit deportivo. Un Jean azul rasgado en las rodillas, con un buso corto rosa y unos deportivos blancos, mi cabello lo dejé suelto y bajé las escaleras, vi una pequeña cesta sobre la mesa de centro de la sala.

- Ya está lista la comida mami - dijo Levana con una enorme sonrisa en su rostro.

- Entonces vámonos, preciosa - cogí la cesta dirigiéndome a la salida con Levana a mi lado.

Levana salió prácticamente de la casa corriendo hacia el auto, mientras la seguía de cerca. Abrí la puerta trasera y dejé el cesto en el asiento, ayudé a Levana a subirse al lado del copiloto colocándole el cinturón de seguridad y me dirigí al bosque donde tal vez nos esperaría aquel lobo.

~Stephen~

Llevábamos esperando más de una hora y aún nada que aparecía mi mate,  me estaba desesperando, provocando que varias preguntas ronden por mi cabeza y ninguno es positiva.

¿Qué tal si no viene? ¿si le di miedo? ¿se asustó y ya no quiere verme?

- ¿Hasta cuándo vamos a esperar? - me pregunta Emily.

Emily ya está cansada de esperar, es una chica muy poco paciente, varias veces había dicho que regresáramos a la manada que ella no vendría, pero yo quería volver a verla, yo sé que ella va a venir... bueno no estaba tan seguro, pero siento dentro de mí que si me voy, no la podré ver nunca más.

Después de unos minutos por fin escuché el motor de un auto, me transforme en lobo y me dirigí a ver si era ella la que había llegado, efectivamente lo era, se bajó del auto y está igual de hermosa que cuando la vi por primera vez.

Empecé acercarme a ella con cautela, no quiero asustarla, comencé a ronronear para que me escuche, ella se volteó y me ve con una sonrisa. A través de la ventana del auto vi a una niña, me vía fijamente con una enorme sonrisa.

- Hola - dijo nerviosa - hoy te traje a alguien que te quiere conocer - incliné un poco la cabeza - no estaba segura si te encontraría hoy, pero veo que si.

Abrió la otra puerta y ayudó a bajar a una niña, ¿será la hermanita? No se parecen ¿Quién será?, la niña se escondió detrás de mi mate, quien mantiene la puerta del coche abierta.

- Ella es Levana - señaló a la niña - es mi hija.

Las observé a ambas, tenían rasgos parecidos, pero no tantos por lo que supongo se parece más al papá. Me puse triste, ¿Cómo es posible que tenga una hija? Yo debía ser el primer y único hombre con el que tenga hijos, ella ya tiene una vida hecha, ya tiene familia.

- Ey... - intento acercarse, pero se detuvo - ¿Qué pasa lobito?

Me sentía tan mal, no quería aceptar que alguien ya había estado con mi mate, que ella ya es de alguien más, ¿Será hija del idiota que vino con ella ayer?

- Mami, el lobito está triste - dijo la niñita haciendo pucheros, apunto de llorar.

- No llores princesa, lobito solo... - se quedó callada no tenía idea de que decirle, me acerqué a la niña y acaricié su mano con mi nariz - Lobito solo te quería saludar - dijo viéndome con una sonrisa nerviosa.

- Es un lobito muy bonito- dijo feliz la niña, aunque no sea mi hija, la voy a querer como si lo fuera, solo espero que el padre no sea pareja de mi mate - Te quiero mucho lobito - me abrazó sorprendiéndome.

- Princesa... No hagas eso mi amor - tenía miedo que le haga algo a la niña, se le notaba.

Me apegué más a la niña, y me acosté a lado de las dos, después de unos minutos se comenzaron a relajar. Sacaron una cesta del carro, al parecer traían comida, se sentaron a mi lado y comenzaron a comer. Paso bastante tiempo, conversaban de temas irrelevantes, yo solo observaba a mi hermosa mate y a mi princesita sonreír.

Después de un par de horas se levantaron y comenzaron a recoger todo, tenían que irse y eso solo me daba tristeza, alejarme de la mujer de mi vida. Aunque no quería alejarme de ellas, tenía que dejarlas ir. Se subieron al auto y se fueron después de despedirse de mí, prometiendo que un día de estos vendrían a verme.

- Las voy a seguir - asentí, Emily se transformó y se fue detrás de ellas

Regresé a la manada, estaba muy cansado, me duché, comí algo y después me fui a mi habitación, necesitaba descansar un poco, me acosté y solo podía pensar en mi mate, en su sonrisa, en la hermosa tarde que pasamos hoy y con ese pensamiento me quedé dormido.

~Amara~

Levana se quedó dormida de regreso a casa, la llevo a su habitación dejandola recostada en su camita y me fui a la mía a ducharme, después me acosté a dormir, estaba realmente agotada.

Mañana volvería a ir a verlo, de eso estaba segura.

La pregunta era... ¿Por qué me sentía tan segura con ese lobo? ¿Por qué siento esto?

Y ese fue mi último pensamiento, antes de consumirme en la oscuridad.

MI MATE  MI TODO ✔ (sin corregir) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora