⠀ 𔓕⠀ ⠀⠀ ⠀ taekook.
jungkook es un ingenuo príncipe fugitivo y taehyung un misterioso y grosero ermitaño que le da alojamiento.
⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ ⠀ 幽玄 . . un sentido profundo y misterioso de la belleza del universo... y la triste belleza del sufrimiento hu...
Sería más sencillo si nada de esto fuera sencillo, que sea sencillo lo hace aún más difícil.
Sería más fácil si fuera dificultoso amarte, pero parece ser que amarte para mí es tan familiar, aún si esta es la primera vez en que me encuentro así.
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— Su majestad, es en esta dirección. Vamos hacia el sudoeste.
— ¿A dónde dijiste que íbamos, guardia?
— Al castillo de Blois.
— ¡Ah, es cierto! Adoro ese lugar.
Jungkook sintió el disgusto llegar a la boca de su estómago, pero se vio poniendo una sonrisa altiva para el otro. No le agradaba la idea de viajar en carruaje por tanto tiempo, pero ese guardia de su padre le había dicho que irían a uno de sus lugares favoritos en el mundo. El castillo de Blois. Era increíble toda la historia y magia que guardaba ese lugar.
« El recuerdo se mantiene fresco en su memoria. La semana anterior él fue a los aposentos de su padre con la intención de entablar una conversación de adulto a adulto, no quería hablar con el rey, quería pasar tiempo con su padre. Momentos reales. Fue entonces que una carta de suma importancia llegó con gran urgencia, directamente hacia él.
— ¡Su majestad, ha llegado una carta que debe leer con sus propios ojos! — Entró algún sirviente de confianza de su padre, sin levantar su cabeza en ni un momento. — Lamento interrumpirlo mi señor, pero, sería apropiado que usted lo leyera y fuera consciente de esto. Vea usted mismo su remitente.
Su padre toma el sobre elegantemente sellado entre sus largos dedos, su mirada siendo crítica y dura en cada momento, no pasando nada por alto. Él rompe el sello y saca una hoja, comenzando a leer.
Sus ojos se abren en grande a la par que sus cejas de alzan, para luego caer fruncidas.
— Es un-... Ugh, maldita sea. ¡Maldición! ¡Pierre, llama a Dubois de inmediato!
Jungkook se queda al margen sentado aún sobre uno de los futones bordados en oro, viendo como su padre se levanta y camina rápidamente fuera de la habitación, los guardias dejando las puertas cerradas.
Él deja caer la carta al suelo.
Con mucha curiosidad, camina lentamente hasta ella y se inclina para recogerla entre sus dedos.
