Tres años después de que el virus zombie ha destripado el país, un equipo de héroes cotidianos deben transportar al único sobreviviente conocido de la plaga de Nueva York a California, donde el último laboratorio en funcionamiento espera su sangre...
Después de una maravillosa matanza por parte de los tres coches que formaban aquella pequeña caravana que Aly habría llamado suicida, la gasolina se había esfumado. Claro, hay cosas con las que necesitamos contar sí o sí, y sin gasolina, no tenían como seguir.
-Mierda... Nos hemos quedado sin gasolina -exclamó Roberta Warren mientras detenía el coche y bajaba de él. Seguidamente, los otros dos coches se detuvieron también.
-Ha sido divertido -habló Addy desde dentro de otro vehículo. Había disfrutado atropellar a todos esos zetas.
-No tenemos gasolina -le comentó Warren pasando por su lado y chocando los cinco.
Justo cuando estaba por llegar al último coche, Doc notó que salía humo desde una de las ruedas, por lo que se bajó de este.
-Vale, parece que tienes un pinchazo -habló la teniente, dándole una patada a la rueda mientras Doc agarraba el gato.
-Esperad. Tenemos compañía -habló Mack al ver como se acercaban unos motoristas
-Eso es... Pasad de largo y todos seguiremos con vida para contarlo -murmuró Warren mientras miraba a uno de ellos, quien a su vez, clavaba su vista en la chica de la jaula. Cuando se fueron, volvieron manos a la obra. -Bien, vamos a hacerlo rápido.
Cuando sacaron aquella rueda, pudieron ver que una zeta estaba atascada ahí dentro, encogida y de una manera poco cómoda. Los chicos evitaron vomitar mientras miraban la escena.
-Eso explica que se me fuera a la izquierda -bromeó Doc.
***
Mientras todos buscaban gasolina en cualquier coche de la autopista, Doc, Aly y aquel chico se las apañaban para buscar a su manera. El chico buscaba gasolina, Doc cualquier cosa que le sirviera a él y Alycia se limitaba a escuchar a ambos.
-¿Cómo te llamas, niño? -preguntó Doc mientras se guardaba un cigarrillo en el bolsillo.
-Diez mil, 10k.
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-Eso no es un nombre, es un número.
-Es mi nombre, me lo puse yo mismo.
-Ya suponía que sería así. ¿Significa algo?
-Son los zombis que voy a matar.
-Eso son muchos zombis.
-Ya voy por mil cincuenta y cinco.
-Joder... -Doc lo miró sorprendido. -¿Y qué pasará cuando llegues a diez mil?
-Me cambiaré el nombre -habló levantándose.
-¿Por cuál? ¿Veinte mil?
-No, Jeff -la joven que los acompañaba soltó una pequeña carcajada. La había hecho reír. 10k se giró y la miró.
-¿Y tú como te llamas? No has hablado en todo el viaje.
-Ah, no lo hace desde que esto empezó. Su nombre es Alycia, Aly para todos.
-¿No habla? ¿Y no te aburres? -Aly volvió a jugar con su pulsera y comenzó a caminar hacia su hermana. -¿Qué le pasa? -le preguntó a Doc.
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-Según Addy, su hermana mayor, siempre tuvo AAF, autismo de alto funcionamiento, ella hablaba como cualquier otra persona, incluso era bailarina y estudiante universitaria de criminología, pero cuando esto pasó, tuvo una crisis y no ha vuelto a ser quien era. Aunque lo hará, y pronto además. Le has caído bien, se ha reído.
***
Cuando llegaron a la refinería, todos bajaron de la camioneta para poder lograr esa gasolina, pero los zombis parecían estar impidiéndolo, ya que perseguían un sonido en la parte superior de la plataforma donde podían lograrla. Mack y Addy fueron a detenerlo, mientras la chica de la jaula y un nuevo invitado motorista iban a la otra plataforma. 10k y Aly se fueron en silencio, sin que nadie lo notara.
-No hables, ¿de acuerdo? -murmuró 10k mirando a la chica. Esta se cruzó de brazos. -Ah, cierto. No puedes... Bueno, no hagas ruido -la joven rodó los ojos.
Aly solo lo siguió. Donde él quería ir, ella iría, tenía pinta de entender más. Cuando el caos se desató, ambos menores se encontraban en uno de los edificios, Aly trataba de proteger a 10k con su ballesta, en caso de que alguno se acercara por la espalda, y él trataba de proteger al exterior con un tirachinas, logrando así matar algunos.
-Y van 1058 -Aly frunció el ceño, realmente llevaba la cuenta de todos. Volvió a lanzar con el aparato. -1059 y... -Una vez más, dio en el clavo.
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-Ya van 1060, bien hecho, Chico -Exclamó Doc desde abajo, lo que ninguno había notado era que Aly también había contado.
Después de aquel desastre, fuego, y alguna que otra muerte, todos volvieron a la camioneta para poder volver a su camino.
-Esperen, ahí vienen el Niño y tu hermana -Exclamó Doc mirando a Addy. Cada uno llevaba una garrafa de gasolina y 10k tomaba la mano de Aly mientras ella miraba el cuerpo de un zeta en el suelo.
-Hemos encontrado esto -jadeó el chico debido a la carrera que acababan de dar.
-En serio, Niño. Eres la leche -Aly infló las mejillas y Doc soltó una carcajada. -Tú también, celosilla -pellizcó la mejilla de la joven y esta sonrió complacida, mientras soltaba la mano de 10k y corría a la camioneta. Después, el chico también subió y de nuevo, el viaje comenzó.
-Ey, Alycia, tienes un dedo en el pelo -Aly frunció el ceño y acercó su mano hacia su cabello, tomando el dedo y mirándolo. Subió la mirada a Addy y esta hizo una mueca asqueda.
-No, Aly, no te lo puedes quedar -Aly le suplicó con la mirada.- Si hablas te lo doy -La joven usó el dedo para fingir que le sacaba el dedo anular a su hermana y lo lanzó al bosque, molesta.
