Tres años después de que el virus zombie ha destripado el país, un equipo de héroes cotidianos deben transportar al único sobreviviente conocido de la plaga de Nueva York a California, donde el último laboratorio en funcionamiento espera su sangre...
Un tiro, dos tiros, y sorprendentemente dos zombis menos, gracias 10k.
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-¿Zombis amish? ¿Esto es en serio? -preguntó Addy observando la ropa de aquellos zetas.
-Decidieron aislarse del resto de la sociedad para que los zombis no extendieran la infección -habló Charlie, quien parecía ser todo un experto en el tema.
-Fue antes de saber que Romero tenía razón, ¿no? -preguntó Mack mientras se concentraba en arreglar la camioneta -Todos eran portadores del virus. No importaba quién fuera ni como muriera.
-"La noche de los muertos vivientes"... Gran película, penosa realidad -murmuró la pelirroja -¿Sabes qué es lo que no pillo? Si los zombies no extendieron el virus, ¿cómo es que estamos todos infectados?
-La mejor hipótesis que he oído es que lo extendieron las aves -le respondió Charlie. -Un parásito acoplado a la gripe aviar que está inactivo hasta que mueres.
-A ver... Te lo dice alguien que lo sabe de primera mano -intervino Murphy. -Además de que les encantan los cerebros, de los zombis nadie sabe nada.
-A mi solo me dio tiempo a estudiar uno de ellos, pero no pude sacar conclusiones, el capullo casi me ataca en el laboratorio -Alycia se encogió de hombros.-
Roberta volvió de lo que habían asignado como baño, y era el turno de Murphy. Se acercó a Addy que repartía el papel y no sin antes quejarse por la cantidad, se alejó de ellos. Doc, Cassandra, 10k y Alycia continuaban subidos en la camioneta. Alycia jugaba con la mano de 10k, acariciando su palma.
-Como te lo digo, ahí no hay nada. Ni pensamiento, ni recuerdos, ni alma. Nada -enumeró Doc mientras observaba a Cassandra.
-Pues no están muertos, quieren algo -Cassandra no dejaba de observar a 10k, quien parecía distraído.
-Claro, cerebros -volvió a hablar el anciano.
-No puedes querer algo si no eres consciente, si no tienes alma.
-Cuando hirieron a mi padre, me pidió que lo atara antes de convertirse -Alycia lo miró y lo abrazó levemente, mientras él jugaba con la punta de una lanza. -Me hizo prometer que tendría piedad cuando muriera, que le mataría el cerebro. No podía hacerlo... No podía herir a mi padre, daba igual en lo que se convirtiera. Lo miré a los ojos un buen rato, buscando alguna señal de que aún seguía ahí.
-¿Viste algo? -le preguntó la asiática, a lo que el chico negó con la cabeza.
-¿Qué hiciste? -preguntó esta vez Doc.
-Lo maté -habló sin pudor, aunque estuviera completamente roto.
-Joder, chico... ¿Tuviste que matar a tu propio padre?
-No lo maté a él, maté a esa cosa.
-Si no estaba vivo, ¿cómo lo mataste?
-Con una lanza. Aquí mismo. Mi primera víctima -suspiró y Alycia apretó su abrazo. -Siempre quise que supiera de alguna manera, que mantuve mi promesa -miró hacia su derecha y se aseguró de abrazar a aquella chica también.
